
Los precios sobrevaluados de las propiedades comerciales y viviendas de La Falda
La nota publicada en esta contratapa la primera semana de mayo, titulada “Una evidente estafa con los precios de los locales comerciales en La Falda”, ha despertado un debate inesperado y creciente. Es evidente, el tema afecta a demasiadas personas de diversas maneras. La carta de una lectora publicada en la versión digital de www.buccinipress.blogspot.com, es una buena síntesis de los comentarios recabados en la ciudad.
“La irracionalidad inmobiliaria ha trascendido Villa Edén y abarca otros barrios y ciudades. La culpa de esta burbuja que pronto explotará, viene impulsada por varias inmobiliarias y muchos “ingenuos” inversores, que poco saben de desarrollos inmobiliarios y juegan al “nuevo monopoly”. Poca ética comercial reflejan quienes hablan de rentabilidad presunta. La renta se asocia a la realidad del mercado y a la lógica comercial. Comparto que los precios de los alquileres y de las propiedades en general están sobrevaluadas y lo menciono con conocimiento, mi mejor amigo hoy construye sobra Av. Edén y sobre calle 9 de Julio .Constantemente hablamos de las inversiones, costos y mercado, muchos conocemos los costos y los por menores de la construcción y es una locura que inmobiliarias e inversores sostengan sumas siderales, por una comisión o por una rentabilidad absurda. Un departamento hoy en La Falda no puede superar los u$s 1200 el m2, y los locales sobre Av. Edén se pueden manejar entre u$s 2200 y u$s 2800 el m2.
Hoy en La Falda hay departamentos a u$s 1600 el m2. Conviene comprar en Córdoba o en Maini (Florida - u$s 1200 el m2. con un interesante retorno).
La inmobiliaria, principal culpable: ¿Cómo puede ofrecer una propiedad (local) a u$s 240.000 cuando la renta mensual es de $3500? O la inmobiliaria es cínica o el inversor es estúpido. Para los que saben, el porcentaje de la renta no condice con el valor de la inversión, solo moviendo ese dinero en el sistema financiero te daría unos $8000 o $10.000 mensuales. No tengo dudas que esto se quebrará en cualquier momento”. Firmado por Marta.
Monopoly, el juego que más representa al capitalismo salvaje
Se trata de un juego de mesa de bienes raíces, que es uno de los juegos de mesa comerciales más vendidos del mundo.
Como el nombre sugiere, el objetivo del juego es hacer un monopolio de oferta, poseyendo todas las propiedades inmuebles que aparecen en el juego. Los jugadores mueven sus respectivas fichas por turnos en sentido horario alrededor de un tablero, basándose en la puntuación de los dados, y caen en propiedades que pueden comprar de un banco imaginario, o dejar que el banco las subaste en caso de no ser compradas. Si las propiedades en las que caen ya tienen dueños, los dueños pueden cobrar alquileres o quien caiga podrá comprárselas.
El juego se hizo popular en los Estados Unidos en 1935, y tuvo su correlato argentino con el recordado “Estanciero”, donde se podían ir comprando territorios y provincias, acrecentando después su valor incorporando granjas y chacras.
La interpretación más acertada que los propios jugadores aceptan, es que el juego de Monopoly dramatiza al mundo capitalista y sus atractivos de acumulación de riqueza, competitividad y selección de los mejores para obtener los lugares de privilegio en la sociedad. Para acumular riqueza es necesario competir y ganarle a los demás, aunque esta ganancia genere pobreza o riesgo de vida en los otros que son considerados “contrincantes”. En el espacio lúdico desarrollamos nuestra participación en la expresión dramática de nuestra posibilidad de asumir riesgos para ganar aunque sea a costa de la dominación y sometimiento de los demás. Más clarito, echale agua.
El Monopoly está de moda en La Falda
Como puede observar cualquiera, un puñado de personas identificadas como “los Amigos del Poder”, parece que se pasan noches enteras diseñando estrategias para lograr un monopolio propietario que les permita, efectivamente, concentrar los precios de la oferta, manejando de este modo el mercado inmobiliario local.
Son actores privados, pero muy relacionados con el Gobierno del Gran Pez Marcos Sestopal, quien está totalmente decidido a favorecerlos con todas las medidas a su alcance. Por caso, casi todo lo que organiza el secretario de Turismo Daniel Buonamicco se concentra dramáticamente en la Avenida Edén, generando en verano una movida tal que termina confundiendo a visitantes con intenciones de radicarse en la ciudad. Y esto a pesar del enorme contrasentido que significa ofrecer todos los espectáculos gratuitos que traen mucha cantidad de gente pero con escaso poder de compra. Pero el detalle pareciera no importar. Quienes vienen a afincarse a la ciudad son en general personas que se alejan de las grandes ciudades, muchas sin experiencia comercial, que se deslumbran por el brillo efímero de las multitudes concentradas del verano, y que luego de onerosas inversiones comienzan marzo agarrándose la cabeza, sin entender cómo es posible que tanto dinero invertido no rinda ni para pagar los gastos. Y entendiendo, a mediados del primer invierno, que han sido víctimas silenciosas de una estafa.
Sin mayor inserción social, estas familias recién llegadas son engañadas en su buena fe y más temprano que tarde se van de la ciudad sin que nadie se entere, dejando el local comercial vacío como una trampa caza bobos a la espera de la próxima víctima.
Mientras tanto, los jugadores del Monopoly local siguen sumando ganancias y más propiedades, sin importar si generan pobreza o riesgo de vida. Todo sea por la dominación y el sometimiento de los demás.
¿Querrá alguno de ellos también gobernar La Falda, proponiéndose como próximo candidato a Intendente por el oficialismo?
No es imposible que ese sea el paso final para logar el soñado Monopoly