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Mientras tanto no mientan tanto

jueves, 15 de abril de 2010

El Gran Pez desprecia otra vez la participación de los vecinos

El ex Presidente del Consejo de la Ciudad, Juan Carlos Grenade, ladero de Sestopal

La obra de la Av. Edén, de concretarse en breve, es otra muestra cabal acerca del marcado autoritarismo del Intendente Marcos Sestopal


Tenía una imagen llena de contradicciones y por lo tanto no definida del ex presidente del Concejo de la Ciudad de La Falda, en dos períodos consecutivos, Juan Carlos Grenade.
El inicio de su partición pública ciudadana me llenó de dudas. Durante la época de nerviosas y multitudinarias Asambleas de Autoconvocados por el Gas a Precio Justo, se decidió exigir por nota al Intendente Marcos Sestopal que convocara de inmediato al Consejo de la Ciudad, anulado durante todo su primer mandato. Se le recordaba que la entidad estaba explícita en la Carta Orgánica, y que se recurriría a la Justicia si seguía negándola. Así que, sin previo aviso, el súper secretario Miguel Maldonado llamó a unos cuantos amigos por teléfono y convocó a una reunión para conformar la entidad y, de paso, elegir a las autoridades. Pero como era un momento de gran movilización social a causa del robo que se intentaba con el gas, la voz corrió rápido y muchos representantes de instituciones no invitadas por el oficialismo fueron a la convocatoria. Allí la cosa casi se le complica a al Gran Pez Sestopal y sus laderos, y por muy poco margen lograron, finalmente, imponer el primer presidente del Concejo de la Ciudad. El bendecido por el oficialismo fue, precisamente, Grenade.
En aquella primera reunión a las apuradas, después de cinco años de no convocar a las instituciones, el oficialismo intentó impedir la participación del arquitecto Armando Galera, aduciendo que no representaba a la entidad que decía representar. Papeles en mano, la aceptación fue inevitable en la próxima reunión. Y este hecho no fue menor, toda vez que Galera era, además, de la Comisión de los Autoconvocados por el Gas y uno de los firmantes de la nota que pedía resucitar dicho Consejo.

Patinando sobre el Siete Cascadas“Calláte flaco, cortála con las preguntas”, dijo Grenade a este cronista en la recordada Audiencia Pública por la nueva licitación del Siete Cascadas, hace más de un año atrás, en el concurrido salón del Automóvil Club. Y todo cuando se le pedía explicaciones públicas no a él, sino a los concejales del oficialismo, con Francisco Mendieta e Iván Aliverti a la cabeza de la desvergüenza granpecista, vociferando Aliverti que él no gobernaba para mí ¿?, y que sin importar lo que se dijera votarían cinco a tres y a cantarle a Magoya.
¿Por qué, mientras los vecinos, haciendo uso de los derechos que confiere la Audiencia Pública, preguntaban, el entonces Presidente del Consejo de la Ciudad quería cortar de cuajo el debate? Todo esto lo expresé en un artículo publicado en Ecos de Punilla, sembrando dudas acerca de la personalidad y las verdaderas intenciones de Grenade, quien mientras estaba al frente de la mayor entidad local, que reúne a todas las instituciones para el debate de los temas de interés general, adoptaba en ese momento una actitud tan cerrada y, por caso, prepotente.
Luego vino, meses más tarde, la reelección de Grenade al frente de la entidad. Pero las cosas ya no eran igual. Entonces, una mayoría de Consejeros optó por una fórmula de transición, renovando la confianza en Grenade pero “rodeándolo” y aclarando que como voceros de la entidad se alzaba ahora una especie de triunvirato. O sea se lo sostenía, pero con ciertas y evidentes reservas y limitaciones en su accionar político. Parece que algunos lo veían venir.

El Consejo se puso pantalones largos
Este nuevo esquema de poder dentro de la entidad madre comenzó a dar evidencias del cambio interno operado. Con más fuerza se presentaron resoluciones y análisis contrarios a las intenciones del oficialismo en varios campos. El más evidente fue durante la última Audiencia Pública sobre el Presupuesto Municipal, donde se emitió un comunicado muy duro concerniente al manejo de los dineros públicos por parte del Gran Pez y sus laderos.
Luego fue el turno del Plan de Desarrollo Estratégico que impulsó el Gobierno, contratando para ello, a unos 200 mil pesos en principio, a expertos de la universidades Católica y Nacional de Córdoba. Y apenas se largó la iniciativa, florecieron los problemas. Convocatorias pobres, encuestas flojitas, falta de ideas. En definitiva, mucho ruido y pocas nueces al amparo de los sellos de dos casas de altos estudios.
De cualquier manera, y a pesar de la poca convocatoria y las muchas dudas generadas, se estaba dando un paso importante. Pero fue poco lo que duró el romance, hasta que el propio ConSejo de la Ciudad emitió un durísimo documento sobre el trabajo que se venía realizando. De ahí al verano y ahora, otra vez, a las puertas del nuevo invierno.
La novedad fue que, en la nueva elección de autoridades del Consejo de la Ciudad, Grenade deja la Presidencia y pasa a una discreta segunda vocalía en representación del Centro Vecinal del barrio Villa Edén. Punto aparte.

La remodelación inconsulta de la Avenida Edén
Fiel a su estilo autoritario de Gobierno, el Gran Pez apenas informó sin mayores detalles a sus amigos con negocios sobre la Av. Edén acerca de los cambios que se vienen. “Esto no es como la obra del gas. Aquí el frentista no tiene que pagar nada… así que no habrá problemas con esto”, le respondió hace un par de semanas a Jorge Domínguez, de TDC, quien lo consultó por los incipientes reclamos de participación ciudadana.
De acuerdo al ideario que inspira a nuestro Intendente, si uno no paga la obra no tiene por qué ser informado ya que, se deduce, no tiene por qué opinar. Así de fascista su pensamiento profundo, despreciando a los vecinos como seres inferiores que acaso molesten de vez en cuando con sus inquietudes.
Pasan los años y Sestopal no aprende. Y ya se perdieron todas las esperanzas. Pero lo más curioso fue que, cuando “informaron” de la obra en el Concejo Deliberante, el vocero del Gran Pez fue nada menos que el mismo Grenade.
Este medio dio cuenta de esa sesión, del mamarracho esbozado como ante proyecto, de las imprecisiones y las dudas que generaron. Los que venían a informar, Grenade a la cabeza, poca idea tenían del proyecto. Incluso llegaron al ridículo al mostrar unos croquis a lápiz, tipo dibujitos de escuela primaria, con lo que sería, posiblemente, algunos detalles de ornamentación de la futura avenida.
Dos períodos al frente del Consejo de la Ciudad, impulsando la participación ciudadana, reclamando canales de diálogo al Gobierno, exigiendo que se cumplan las normas, y un verano más tarde siendo parte de una estrategia de ocultamiento de información pública por parte del Gobierno.
Hace dos semanas, en este semanario, el arquitecto Galera dio sobradas razones para que el Gran Pez reconsidere el modo de llevar adelante esta importante obra, informando, abriendo la participación, convocando como manda la Ley a un concurso de proyectos para elegir el más conveniente para la ciudad.
Tenía una imagen llena de contradicciones acerca de Grenade en razón de su zigzagueante participación pública comunitaria. Pero con esta última actuación suya, blandiendo un dibujito y riéndose junto al Gran Pez de la participación ciudadana, ya no quedan dudas.
Las imposturas no son fáciles de sostener.

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