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Mientras tanto no mientan tanto

sábado, 8 de diciembre de 2012

El triunfo de la vocación periodística

501 Ecos de Punilla ( ¿o 502?) “Froilán era un enamorado del oficio y sintió el pasante ahí estaba la cosa que hacía la diferencia”. Una historia que ocurre entre medios oligopólicos acostumbrados a extorsionar al poder y el “periodismo militante” que se obstina en desprestigiar los que Gabriel García Márquez llamó con acierto “el oficio más bello del mundo”.
A quince mil kilómetros de distancia me hice finalmente un espacio en la mente y me tiré de cabeza a escribir unas líneas por las 500 ediciones del Ecos de Punilla. A la distancia y gracias a la internet es posible seguir de cerca los acontecimientos de la Argentina y del pago chico. Pero la realidad cuando sólo se manifiesta de modo virtual hace de la dinámica del tiempo transcurrido “allá” un elemento menos aprehendible, algo gelatinoso que se te escapa de las manos. Uno sabe que el lunes debe hacer tantas cosas, pero océano de por medio se te pasa el cumpleaños 500 del Ecos. En fin, no busco justificar la demora de estas líneas sino sólo admitir cabalmente al inoportuno olvido como una de las derrotas que te inflige aunque no quieras la distancia multiplicada por el tiempo transcurrido. Nicolás Froilán Heredia Que una publiación como el Ecos de Punilla siga en pie dando testimonio en medio de una época donde los roles tendencialmente se confunden y el periodismo se transfigura en algo cada vez más horrible es más que un aliento a seguir. Es una esperanza en un sector inmenso de la prensa que resiste haciendo periodismo pero que no es visible ni siquiera en el orden provincial, en todas las provincias. El país los ignora pero los ecos están igual. Mientras tanto la escena la ocupan los grandes medios que se han dividido en un falso debate. Por un lado los oligopolios dominantes que extorsionan al poder político como Clarín con su cordobesa Voz del Interior; por el otro la decadente versión de “periodismo militante” que asume sin rubor su sometimiento al poder de turno vaciándose de contenido crítico, como ocurre con el multimedios de la Universidad Nacional de Córdoba, por citar sólo dos ejemplos paradigmáticos. Demorándome dos líneas en este punto, y tal vez porque ya sabíamos lo que era Clarín antes que se dieran cuenta desde el Gobierno, lo que me provoca más tristeza son los casos como el de los SRT. Estos, más allá de su carácter de medios públicos financiados por el Estado, debieran hacer de la razón crítica y el debate profundo su motor esencial, tanto como se supone que ese espíritu debiera regir los destinos de una Universidad pública cualquiera. Volviendo a nuestro Negro Nicolás Froilan Heredia, Director de Ecos, quería dar mis saludos con un pequeño obsequio, como una ofrenda que se da a la Pacha Mama para que nos siga dando el alimento necesario. Lo que sigue son una líneas del libro “El Pasante”, que aún no he publicado. Allí se relata la historia de un estudiante del último año de la facultad de ciencias de la información, Jano Redondo, que al final de su pasantía en el diario La Voz decide junto a sus amigos hacer una publicación propia como para contar las cosas que ha visto que pasan y de las que sin embargo nadie informa. La circunstancia está dada porque se han contactado, a través de otra persona, con el Directos del Ecos, a quien aún no conocen. Este cita los pasantes a la fiesta de presentación de un libro del poeta Chifling, en Barrio Güemes de Córdoba. Los pasantes quieren información sobre un caso que investigan para la revista que planean, pero esa noche reciben mucho más que eso cuando lo conocen a Froilan. El Pasante “Al final de la presentación el rito de los libros autografiados y los agradecimientos más o menos sentidos. Cuando la música volvió desde los parlantes se les acercó a los pasantes un morocho de estatura media, espalda ancha y barba cortita como estatua de emperador romano de oreja a oreja y recortada a la perfección en todas sus líneas oblicuas y rectas ascendentes y descendentes. Pulcro, peinado con énfasis, regando fragancia Old Spice en el ambiente, mocasines de cuero negro relucientes, briosos, briosos culiado, acotaría Daniel más tarde creando una categoría entre los adjetivos que corresponden al color negro. La impecable camisa azul con rayas blancas o viceversa y con bayenitas en el cuello, pantalón de gabardina azul al coincidente tono que se veían de un modo que el pasante había creído, hasta ese momento, que era tecnicamente imposible llegar a esa perfección del alisado mediante el uso de una plancha familiar. Soy Froilán dijo con su voz grave y ronca, seguro de estar saludando a las personas correctas, estirando la mano y sonriendo con su boca grande donde brillaba como luna llena la espesa dentadura. No engañamos a nadie susurró a sus amigos Jano Redondo sintiéndose de algún modo descubierto también en este otro ambiente lejano del poder. Esa minúscula verdad se manifestaba en los hechos cuando sin que nadie los presentara formalmente Froilán ya sabía que eran ellos los del llamado telefónico para el encuentro ¿Cómo lo supo? ¿Quién se lo dijo si aquí no conocemos a nadie?, se preguntaba y repreguntaba a sí mismo el pasante. En la misma noche de Córdoba ocurría en paralelo esta reunión en el galpón de barrio Güemes y aquella del salón Lugones del Sheraton Hotel. Aquí también parecía que se multiplican las coincidencias, el intercambio de información y otras complicidades. Jano era testigo presencial de las dos realidades simultáneas y pagaba el costo su hígado más que cualquier otra cosa por el vino y el champán. Pero poco a poco descubrió que las personas que comparten ese vino por lo general -aunque no siempre- son seres más sencillos; personas que creen estar haciéndolo no por dinero sino por un amor difuso a la humanidad mucho más allá de los límites acotados y regularmente enfermizos y asfixiantes en los que se desenvuelven las propias estructuras de poder. Sesgados sin embargo por el porvenir de las corrientes internas cuando se sientan en los sillones importantes, se ponen entonces a disfrutar de los viajes en primera clase, la vida segura del country, la 4 x 4, las vacaciones exóticas o el goce infiel a la carta de crédito y se van olvidando de querer alterar la ecuación central para cuyo cambio fue cada uno llamado alguna vez quizás desde el gong bribrante de su fibra más íntima. Froilán caminaba con pasos cortos y rápidos y se movía eléctricamente. Apenas saludó fue por unos vinos que repartió generoso y en seguida fue al grano, simpático pero directo, haciendo mil preguntas acerca de lo que estaban haciendo, requiriendo precisiones por las investigaciones que los pasantes tenían en marcha. El experimentado y jóven Director del Ecos de Punía también ofrendó una montaña de datos obtenidos de los múltiples informes periodísticos que producían desde su semanario. Más allá de las intenciones que combinaron, de los temas variados y siempre relacionados que abordaron en la charla explosiva con música electrónica ahora de fondo sonoro, Froilán les hizo sentir todo el respaldo en la aventura que estaban ya emprendiendo. Desde su vida de periodista, desde su puesto de trabajo como director del pequeño periódico regional les dio un aliento tan contundente que los pasantes se sintieron impulsados por la fuerza de un huracán. Su periodismo comprendieron los pasantes era grandioso y no temía enfrentar patrones de estancias locales o provinciales desde sus páginas, denunciando y señalando atropellos del poder sin buscar la fama personal, entregando el entero tiempo de su vida al servicio social. Froilán era un enamorado del oficio y sintió el pasante ahí estaba la cosa que hacía la diferencia. En esta reunión había multiplicidad de acuerdos inorgánicos, nacidos de otro motor esencial. ¡Chifling!, gritó Froilán y caminó hacia el centro del salón unos pasos siempre cortitos, como ensimismados, estirando la mano y trayéndolo del brazo amablemente entre risas al poeta. Chifling saludó a todos y reveló que Froilán ya lo había puesto al tanto del proyecto y se ofreció a colaborar. Los pasantes a esta hora estaban ya alucinados por los avances que lograban. Después el grupo se desarmó. Froilán regresaba a las sierras esa misma noche, pero no se quería ir tarde. Así que de pronto y tan inadvertido como cuando los saludó, desapareció. Sospecharon los pasantes que el bravo periodista no pensaba dormir solo esa noche”.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Pequeño homenaje a las víctimas del terror

Al iniciarse la histórica causa de La Perla por la represión y desaparición de personas ocurridas allí me vino a la mente un capítulo de "Quién mató a Regino - la novela del caso Maders" que pude publicar en el Informe Córdoba allá por 1998. Este capítulo relata el caso de uno de los represores y reconstruye sus pesadillas devenidas luego de participar en la disposición de los cuerpos en las fosas comunes.
El D2 en el centro de la escena Se levantó de la cama más liviano por primera vez en mucho tiempo, y se hizo unos mates siempre amargos y cebados con agua hirviendo, quemando la yerba y haciendo flotar los palos al tercero o al cuarto de la larga serie. Los cebó esa mañana en soledad, como cuando estaba con la Pelada o alguna otra dama de turno que pudiera conquistar en los entretiempos que le dejaba algún trabajo, o entre sus carreras de rally donde llegó, en su mejor “momento deportivo”, a ser copiloto de Juniors, el sobrino del Hermano Eduardo. Y es que la soledad nunca dependió de estar acompañado, habrá sentido. Es la condición humana tal vez más acabada y permanente. Nacemos solos, morimos solos ¿Qué rara filosofía, qué rincones oscuros de cualquier religión nos hace creer que no somos solos a lo largo de nuestras vidas? La mañana era serena y fresca sobre el patio de la casa de su madre, en un rincón de la República de San Vicente. Era su refugio último y perfecto, adonde recurría para recibir afecto sin ser interrogado más que por su salud, su estado de ánimo o los pequeños desenlaces de la cotidianidad. Bajo la sombra de los paraísos la mañana se hizo más clara y la frescura de la tierra desafiaba con fortuna el calor que traía, poco a poco, el empinado sol del mediodía. Todo era de un verde intenso en ese rincón preferido del planeta y las ideas transcurrían ondulantes como suaves olas, como las caricias que le ofrecía a la gata marmolada que jugaba por debajo de sus piernas. Ya con el agua fría y el mate finalmente abandonado en un ángulo de la mesa, lo ganó por primera vez en mucho tiempo una certeza de esas que nunca se explican desde la razón, pero que determinan la dirección de nuestros pasos con una seguridad que creíamos extraviada por el resto de nuestros días. Sintió la idea como un relámpago y se hizo la luz en los recovecos desquiciados de su mente. Ahora todo era de un patetismo más terminal. Se dio cuenta, sintió que no tenía más remedio y que su vida colgaba ahora de la parte más delgada del hilo. “Antes de caer debo hablar”, se dijo mientras se incorporó pateando a la gata de su madre sin darse cuenta. Fue hasta la pieza, buscó en los bolsillos de su vaquero gastado y sacó un puñado de papelitos sucios y ajados. En uno manchado con grasa para motores tenía de un lado la cuenta de una gomería y del otro el teléfono del Juzgado. Pidió con Johnson & Williams. - El Juez está ocupado. ¿Por qué lo busca? - Dígale que habla Fierrito y que es muy urgente. Sin atenderlo por teléfono el Juez le mandó a decir que si era tan urgente se llegara hasta el Juzgado antes de las tres de la tarde. Cortó y se cambió el vaquero por un ambo Pierre Cardin gris oscuro, camisa blanca, zapatos acordonados negros y libre de corbata partió. Una hora más tarde, sentado otra vez frente a Johnson & Williams, Fierrito comenzó a disparar palabras como si fuesen balas. Revelaciones en el Juzgado Durante las casi cuatro horas que habló por segunda vez ante Johnson & Williams parecieron revelarse secretos escondidos en las paredes más subterráneas de la ciudad, enterrados en los subsuelos del hampa. Su testimonio fue una verdadera orgía de informaciones que sólo podrá interpretarse en su contexto histórico y en la ilación de cada uno de los pasos dados por cada personaje. - Mire Fierrito, ya he tenido una mala experiencia con usted. Le pido que si no tiene algo importante para decir, por favor no me haga perder el tiempo. - Doctor, quiero contar la verdad, imploró de manera extraña. - ¿Usted sabe las veces que he escuchado “la verdad” durante este proceso? respondió el Juez aquella siesta de julio de 1993. - Pero me tiene que escuchar Doctor, insistió el Nazi, por primera vez seguro en mucho tiempo. - Es que usted promete la verdad de los hechos y a mí, escuchar esas palabras, ya me causa gracia. Ah... Ustedes son geniales y creen que uno es un boludo sin causa y sin arreglo. Pero no se confunda, Fierrito. Si usted quiere volver a hablar lo voy a interrogar a fondo y, le advierto, puede volver a quedar detenido si encuentro algún indicio que así lo indique. ¿Supongo que vendrá su abogado? El Juez que de tantas trampas había sido víctima no quería tomarle la declaración sin su presencia porque después no tendría ningún valor legal. Esa treta ya la utilizó con éxito en el asesinato del Empresario ¿No es cierto? Antes de que Fierrito pudiera contestar aquella pregunta fuera de sus precisos cálculos y de la toma formal del testimonio, Johnson & Williams siguió con su discurso pero ahora más enérgico que de costumbre. Y golpeando con su puño sobre el antiguo escritorio de roble que seguía prestando servicio desde su despacho en el Juzgado, le dijo “!Le advierto que si trata de engañarme otra vez la pasará muy mal! Y eso sin considerar, además, que todo cuanto diga tendrá que ser un aporte real a la investigación del caso porque ya estoy harto y no estoy dispuesto a seguir dando vueltas en círculos”, bramó ahora Johnson & Williams, que ya a esta altura estaba desengañado de la Policía, de algunas estructuras judiciales y hasta del Código de Procedimiento Penal y sus intersticios procuradores de impunidad. - Lo que sucede Doctor, y disculpe que meta las narices en asuntos que no me corresponden, dijo Fierrito con astucia y sobreactuada humildad, pero la investigación nunca va a llegar muy lejos si usted sigue confiando en los policías de la Brigada de Investigaciones. -Mire, se impacientó el Juez, agudizando su parca mirada sobre los ojos de Fierrito. Yo sé que no puedo confiar en casi ninguna persona para este caso. Pero también sé que usted ha andado siempre con los de la Brigada haciendo todo tipo de acuerdos y cometiendo toda clase de delitos. Así que no la juegue ahora de inocente y dígame ¿Desde cuando conoce a todos estos personajes? - Al Gordo Cacho, comenzó revelando Fierrito, lo conozco hace unos quince años, aunque le aclaro que nunca llegamos a ser amigos íntimos. Los dos éramos copilotos de rally, pero yo dejé de participar regularmente en 1980. Ese año ocupó mi lugar el actual comisario Zabala, que junto a Buzeppa, también policía en actividad y el hermano del Faisán, ahora comisario, iban siempre al quiosco bar del Gordo Cacho, donde tenía un puesto de venta de panchos electrónicos ¿Los ubica? - ¿A estos comisarios? - No, a los panchos electrónicos. Esos que... - Sí, si, Fierrito. Siga por favor. - Bueno. Ese quiosco bar estaba sobre la avenida Colón, frente a la galería Cinerama. Pero había decenas en toda la ciudad. Los permisos truchos se los conseguía el Cara de Buen Pastor. Y vendían de todo. Usted me entiende, Doctor, acotó inclinando la cabeza hacia abajo y elevando hacia arriba sus ojos, en dirección a los del Juez. Pero en realidad a los de la Brigada los conocí mucho antes, cuando trabajé como empleado del Banco de Córdoba. -¿Así que usted era empleado del banco oficial? ¿Qué hacía? ¿Era cajero en una sucursal?, punzó ahora Johnson & Williams con inocente ironía. - No Doctor. Yo iba en los camiones blindados transportadores de caudales que pertenecían al Banco. - ¿Usted cuidaba la plata de los blindados? preguntó, y con complicidad comentó; Me imagino qué seguros viajarían esos recursos de la Provincia - Es que la paga no era mala y digamos que siempre se podía hacer una extra, me explico Doctor - Sí, perfectamente, dijo Johnson & Williams que atendió en ese momento un llamado telefónico muy corto y antes de colgar pidió al Secretario que no le pasara más llamadas. Disculpe, lo escucho. - En esa tarea de custodia de los blindados éramos acompañados siempre por los policías del Departamento de Informaciones. Así se llamaba en aquella época, por los años 74, 75, lo que hoy sería la Dirección General de Inteligencia. - Ahá, fue la corta expresión del Juez, quien acababa de certificar que estaba enfrentando directamente a los sicarios del temible D2, aquel centro de tortura con el que la Policía de Córdoba pasó a engrosar la larga lista de las vergüenzas universales de la humanidad. Fierrito había estado con ellos desde el principio, al igual que el Faisán. Y los de la Brigada de Investigaciones que trabajaban para “esclarecer” el asesinato de Regino. De jóvenes aprendieron que los buenos negocios requieren, más que de una oficina bien puesta en el centro y la correspondiente habilitación municipal, de una nueve milímetros en la cintura. ¿Acaso esta especie de asesinos asalariados no existía antes de los años 70? Nada de eso. Pero cuando el poder entró en descomposición, como siempre sucede en estos casos, los violentos no encuentran límites para sus paladares voraces de sangre, para sus espíritus destructivos y despiadados a la hora de dar o recibir órdenes. Y la cosa se agravó desde el 76, cuando llegaron al poder los militares y el Cachorro Menendez agarró la manija. Entonces, se sabe, todo fue más organizado y sistemático. Había un plan y un Jefe. Fue el apogeo del D2 y de sus bestias. La sombra en la que se movían se amplió hasta el extremo, hasta el último paraje de la provincia, y mientras la gran ciudad mediterránea palpitaba en sus entrañas el terror, al ras de la tierra el silencio, la resignación y la complicidad. La dictadura los hizo descender a la escala de monstruos, de insaciables y descarnados perros salvajes, desfigurando para siempre sus sentidos y llenándolos de pesadillas y fantasmas. “Yo me encargaba de tapar los cuerpos con cal viva, en las fosas comunes del cementerio de San Vicente, para que no quedaran rastros”, le confesó una noche el Loco Sintonía al Gordo Morete, cuando se encontraron las primeras veces en Villa Revol. El vino y algo, un poco de cocaína para festejar ese encuentro, terminaron desatando sus implacables cuerdas interiores que le sujetaban con fuerza el alma. “Y algunas veces vienen por las noches los cuerpos desde el fondo de la fosa, sin sexo, sin ojos. Están en el fondo como un plato de spaghettis blancos como la nieve, las piernas, los brazos, los cuerpos empiezan a temblar y yo inmóvil, paralizado, parado en la punta de la fosa con la pala en la mano. Tiemblan con fuerza los cuerpos en la fosa, se están comunicando, empiezan a organizarse. Algo están haciendo y me pregunto repetidas veces qué podrán hacer, qué cosas pueden hacerme esos perdidos en la imprecisa masa carnal. Es cuando comienzan a girar sus cabezas sin rostro. Ahora la giran a alta velocidad, como si la estuvieran desenroscando de sus cuerpos. Están como locos, agitados, conjurando algo, de eso estoy seguro. De repente toc, una cabeza se clava, deja de girar y me apunta con los ojos cerrados primero, y abiertos después. Tiene las cóncavas vacías, huecas, pero sé que me mira. Toc, toc, toc, se van deteniendo de a una las cabezas que giraban allá abajo en la fosa, me miran y se convulsionan, hacen arcadas asquerosas, profundas y vomitan cal viva a chorros contra mi cuerpo ¿Yo qué mierda les hice, si ya estaban muertos? le grito furioso, desencajado, aterrorizado, inmóvil. Pero nadie contesta mientras me van cubriendo con esa cal del vómito pegajoso. Es como una pasta viscosa, espesa, repugnante. Y quema la cal. Ahora mi cuerpo levanta temperatura !Me estoy quemando vivo! !Dios, qué cosas he hecho para merecer este infierno! !Por qué a mí! Me quemo, me quemo, me quemo !Por favor! !Piedad! Me quemo vivo, me quemo. La piel se me cae a pedazos y la carne se deshace como si fuera de cera !Me quemo vivo! Los vómitos no cesan y están serios, muy serios destrozándome. Los huesos, siento la médula y el cerebro hirviendo, burbujeando !Sé que no tengo perdón! Y entonces despierto empapado en sudor, agitado, con las pulsaciones a mil y la cabeza hacia atrás y tensada al máximo. Durante esas mañanas cada vez más frecuentes ni siquiera puedo desayunar”. Por aquellas oscuridades habían estado todos nuestros personajes más temibles, en aquella escuela del terror. Pero ya con el regreso de la democracia trataron de reubicarse, de amoldarse a “los nuevos tiempos”. Varios fueron perdiendo su lugar en las filas policiales porque a veces algunos de sus “nuevos excesos” trascendían a la prensa, pero no perdieron sus relaciones ni contactos ni sus hábitos. Tampoco dejaron de pertenecer a esa Hermandad que aglutina a los peores policías, a los más peligrosos hombres de la Side, la Secretaría de Inteligencia del Estado, y a unos cuantos mesiánicos de verde oliva. Toda esa siniestra Hermandad volvía como una ola sobre el despacho de Johnson & Williams, en el corazón palpitante del caso Maders. Embarrando la cancha - Y dígame, Fierrito ¿Hasta cuando trabajó para el Banco de Córdoba? siguió el Juez con su interrogatorio. - Hasta 1989, cuando me puse un negocio de venta de neumáticos y repuestos de autos. Me fue bastante bien hasta el año pasado, Doctor. Le proveía de neumáticos a la Policía, para los patrulleros, por lo que seguí en contacto con los de la Hermandad. Pero a ese negocio iban todos, hasta Bazar Duró, cuando estaba como Jefe de Policía y a quien le costó el cargo una investigación sobre venta de drogas que lo llevó hasta el despacho del Cara de Buen Pastor, en la Legislatura provincial. Parece que su novia también vendía, esa que vive en los departamentos de la avenida Sabattini. La novia del Cara de Buen Pastor fue la que conoció el Faisán mientras estaba a cargo de la comisaría del lugar, cuando le robaron el pasacasette. Allí nació el vínculo directo entre los dos. “Así que tenemos a Fierrito como proveedor de la Policía”, pensó Johnson & Williams sin salir del asombro. Y tenemos a los del D2 asociados al Cara de Buen Pastor a través del Gordo Cacho, en principio”. Pero Fierrito no se detuvo. Estaba casi entusiasmado con su relato y tenía que dejar la cancha más embarrada que cuando lo hicieron salir a jugar de prepo, tras la declaración trucha de la Pelada, que lo había dejado con la soga ajustándole el cuello. Y dijo más. - Ahora, Doctor, en el ambiente se dice que el Gordo Cacho, el Cara de Buen Pastor, el Gallego García, su fallecida novia noruega y el ex Jefe de Policía Grigionti habían aterrizado un Cessna bimotor en la pista clandestina de Pampa Blanca, a unos pocos kilómetros de Tanti. Ese es un campo de la familia Grigionti. - Escuchemé, Fierrito. Usted se aparece de pronto, después de casi un año, y cuenta un montón de historias pero sin aportar pruebas de ningún tipo. ¿Qué pretende? - Nada Doctor. Quiero terminar con esta historia y que dejen de perseguirme los de la Brigada. Yo sé que no tengo pruebas que demuestren lo que digo, pero, usted tiene que conocer los detalles, Doctor. Yo lo vi al Gordo Cacho, el año pasado, con el fiscal Sirrossi conversando en el bar que está a la entrada de la galería Cinerama. Tomaban café frente al quiosco bar de los panchos electrónicos. - Le aclaro que usted está mencionando al Fiscal. - Sí Doctor. Pero lo más curioso fue que varios días después, cuando me llegué hasta el Juzgado, Sirrosi me dijo: “Fierrito, te han hecho una propuesta y más vale pájaro en mano que cien volando. Vos acá no tenés nada para ganar, todo lo tenés para perder. Porque no la agarrás y te las tomás”. Y esto me llamó la atención porque unos días antes el Gordo Cacho me había dicho que tenía una propuesta de 300 mil dólares para que asuma el asesinato y me rajara del país. Lo pensé mucho pero no acepté porque no tengo nada que ver con el asunto y porque mi familia iba a quedar aquí, convertida en una letrina. Creo que el Gordo Cacho le pudo haber contado a Sirrossi, pero tanto no sé Doctor. Todo esto sucedió cuando me entregué la otra vez, pero usted verá Doctor que no podía hablar demasiado en aquella circunstancia.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Evo Morales y la nueva ley sobre la madre tierra que veta los latifundios y prohibe las semillas transgénicas. El texto es increiblemente claro e hipermoderno. Enfrenta con esta ley un drama esencial de la tierra con visión de futuro y en furiosa contraposición a la política agroalimentaria y minera de la derecha kirchnerista en el poder aliada de Monsanto y la Barrick Gold. Dijo Evo al presentarla: “Si no hay naturaleza no hay vida ni humanidad y nuestra propuesta con esta ley más bien es cómo vivir con armonía y en complementariedad (con la Madre Tierra)”, señaló. Ver informe en: http://www.eldeber.com.bo/nota.php?id=121015233320

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Mates en silencio

Tomábamos unos mates en silencio con el amigo, en un curioso momento de rélax debo decir, y sentimos en la radio a Cristina que decía en una universidad de EE.UU: "Néstor Kirchner logró (en Agentina) la transformación política, económica, social y educativa más importante de la que se tenga en cuenta con la escala en la que se la mida". Mi amigo siguió chupando la bombilla como si nada. Yo esperé, pensaba en eso de la superación total de las escalas de medida posible para medir los logros del gobierno, trataba de incitarlo con la mirada pero nada, no dijo nada. Pienso que no podía creer lo que escuchaba.

domingo, 5 de agosto de 2012

Cristina ofrece el agua y la patagonia a Monsanto

“Tenemos también la Patagonia y agua, para extender la barrera agropecuaria”, les dice como a buenos amigos la Presidenta Cristina Kirchner ¿a quién? A los muchachos de Monsanto, en 2008, cuando anunciaron la “inversión” en Córdoba. Cristina se revela en este video una vendedora / entregadora de nuestros recursos naturales a Monsanto como lo han hecho con la Barrick Gold. Y es patética otra vez con su discursito de maestra ciruela que ensayó media hora antes. ¿Qué pueden esperar los pueblos originarios del Gobierno Nacional (y popular)? Más palos y alguna noteboock, con suerte. Esta planta de Monsanto en Còrdoba, afirma Cristina, es fundamental en el "Plan Alimentario 2020", plan que fue presentado como parte de una curiosa lucha en favor del pueblo, de la que se siente abanderada.
Este video fue realizado por la historiadora y periodista francesa Marie-Monique Robin, notable divulgadora internacional que ha colaborado a desenmarcarar a la criminal Monsanto. Ingresando en este link el informe http://www.youtube.com/watch?v=8Dqp1zld2KI

martes, 24 de julio de 2012

De la sota huele sangre otra vez

Como frente a la crisis de 2001, otra vez ahí como Gobernador, sus ansias presidenciales hacen crecer los colmillos que apenas disimula con los cuentos del abuelito José Manuel De la Sota se jugaba entonces su tercera y tal vez última oportunidad de acceder a la gobernación, paso imprescindible para su proyecto político central: la Presidencia de la Nación, su gran obsesión personal. Para no errar el tiro, se tomó de la mano del entonces presidente Carlos Menem quien, a cambio, entre otras cosas, le endosó de regalo a su hijo político predilecto, Germán Luis Kammerath Gordillo”. Esta primera frase del libro “Modelo Cordobés, nuevo menemismo”, de 2001, que reúne crónicas que compartimos con el poeta periodista / ángel y demonio Omar Hefling, está enmarcada en la época en que el Gobernador desesperaba por ser nominado por el peronismo en la oposición que se afilaba los dientes mientras tambaleaba para el nockaut el gobierno de Fernando De la Rúa. Eran días donde el presidente radical mostraba toda su impericia y la palabra “destituyente” no figuraba en el léxico político mediático. Y desear y manifestar públicamente para que se fuera un gobierno inepto y sospechado de corrupción que nos hundía en la tormenta económica por propia impericia no conformaba parte de un atentado a la democracia sino un claro derecho ciudadano de supervivencia. Cómo nos cambia el tiempo ¿verdad? “Que se vayan todos” fue una consigna que pecó de generalidad al punto que, a diez años de aquella crisis, están todos, camuflados, travestidos, enrocados pero toooodos ahí. El tiempo pasa, los actores son los mismos En aquél tobogan que aceleraba su pendiente hacia diciembre de 2001 el peso político más fuerte estaba en manos de Carlos Ruckauf, el sorridente gobernador de Buenos Aires, quién patinó fuerte y también fue arrastrado por la crisis. Y cuando en medio del desbarranque total vino la masacre represiva, minutos después que el helicóptero despegara de Casa Rosada con el Presidente en fuga, nuestro De la Sota ya estaba en los estudios de tv de Buenos Aires explicando su receta para salir de la crisis, fregándose las manos ante la insólita oportunidad que encontraba su carrera política y su obsesión personal: la Presidencia de la República. La increíble tensión de la realidad de esas horas lo mostró más desnudo que nunca tal vez. Por una parte era admirable su determinación de querer agarrar las papas calientes cuando otros guapos gobernadores salían corriendo. Creo que más que un armado político posible tuvo una osada decisión de lanzarse a cualquier precio. Y como siempre una visión de la política real que le permitía estar seguro de la primera regla de oro de cualquier país: Alguien tiene que gobernar. Con su gato grisáceo haciendo gala en su cabeza la suerte no estuvo de su parte en 2001. No le faltó coraje, pero tal vez no tenía aún la experiencia casi total como jefe peronista que ostenta ahora, y se apuró demasiado. Como quien dice se desbocó el caballo. Ahora, diez años más tarde, con el gato blanco nieve y look de “los cuentos del abuelito”, el tipo vuelve a la carga, está otra vez en la pole position, huele sangre. Sus competidores directos han sido acorralados por lo que algunos observadores políticos llaman la “izquierda o progresimo peronista”, extraña criatura que ven en el kirchnerismo nacional. Daniel Scioli y Mauricio Macri, los que podrían disputarle espacio a De la Sota en lo que aquellos mismos observadores llaman “derecha peronista”, no pueden asomar la cabeza sin ligar una serie consistentes de cachetazos. Y frente a este gobierno de registros patoteros por donde se lo mire ahí está parado dando batalla con sus nuevos cuentitos nuestro abuelito. Antes nos dijo que había que hacer como papá Menem y privatizar todo y quedarse con partes de ese todo enajenado. Así ganó Córdoba la primera vez, en épocas en que también Néstor y Cristina Kirchner eran tan menemistas como nuestro modelo cordobés en su modelo Santa Cruz. Ahora sólo hace falta decir que hay inflación para diferenciarse. Pero como su tiro esta vez no puede fallar, el De la Sota 2012 apunta al corazón del problema: la violencia social imperante y su amarga secuela de inseguridad ciudadana, que la aceleración del proceso inflacionario profundizará dramáticamente. Pero como aún más viejo y experimentado el abuelito sigue siendo el mismo, entonces representará con magistrales clases teatrales sus recetas explosivas, cabalgando la piel sensible de la opinión pública. Su receta de seguridad será el corazón de su propuesta. Y habrá que leerla con atención, porque cuando arrancó diciendo en su carrera a la primera gobernación “30 % menos de impuestos”, la osadía le alcanzó para ganar la partida (y desfinanciar la provincia). De la Sota, lo sabemos, sabe cómo aliviar los peores sentimientos de una sociedad desbandada que normalmente no respeta los códigos de convivencia jodiéndose los unos a los otros. El gobierno nacional, que sigue cerrando los ojos y haciéndose el boludo mientras diezmadas poblaciones indígenas sufren el desalojo y la represión policial, no tiene hoy en el escenario alguien que pudiera vencer a De la Sota en una eventual interna. Ninguno de sus principales aliados políticos, los gobernadores megamineros o los que arrasan bosques para avanzar con la soja tienen hoy proyección nacional. Y De la Sota es el único, además, que se ha plantado con una estrategia distinta frente al poder kirchnerista, impulsando los mismos intereses (el asentamiento de la criminal Monsanto en Córdoba es prueba suficiente) pero sin someterse discursivamente. O sea más de lo mismo con distinto olor emitido desde el mundo mediático. Cerrada la posibilidad de reforma constitucional y de re-reelección después de las declaraciones de los más empinados jueces de la Nación, Ricardo Lorenzetti y el Raúl Zaffaroni, la partida está oficialmente abierta. Ningún argumento basado en datos empíricos de la realidad del peronismo nos indica que, incluso, sea nuestro De la Sota el futuro candidato del kirchnerismo. El discurso oficial se refugiaría aceptando a regañadientes que se trata “del Alvear de Yrigoyen”, “la salida por derecha condicionados por el poder anti kirchnerista acumulado”, y boludeces por el estilo dicha por personas que actúan de igual modo en lo esencial pero utilizan distintas palabras para auto representarse. Y mientras se seguirán enriqueciendo con la plata que a todos nos roban, para los comunes mortales será más de lo mismo, algunos añitos de fiesta consumista seguido por otro momento de pagar los platos rotos, cada vez más caros. Un círculo hasta ahora imbatible de acontecimientos que nos acerca siempre un poco más a nuestro infierno.

sábado, 7 de julio de 2012

Manual de pequeñas creencias y cavilaciones

(no apto para lo que necesitan ver las cosas en blanco y negro) ¿Si soy de derecha? No porque pienso que el capitalismo es irracional, injusto e inmoral tanto en su esencia propulsora, la codicia, como en sus consecuencias catastróficas, la pobreza, las hambrunas y la destrucción de la naturaleza. ¿Si soy liberal? Si porque creo en el ser humano como verdadero factor del cambio, en el individuo, en cada uno asociándose libremente por las causas justas en cualquier tiempo y en cualquier lugar. ¿Si creo en el Estado? Más o menos, y cada vez menos que más. A través de la historia y de la propia experiencia siempre vi entre nosotros a los que se abusan por ser mayoría circunstancial y se olvidan de que la ley es igual para todos especialmente si están en el poder. Me rebela lo absurdo de querer imponer una verdad por medio de la fuerza bruta, o por el número resultante de la “matemática política”. ¿Si creo en la democracia? Claro que si, al menos hasta que se nos ocurra una manera más eficaz que el diálogo para resolver los problemas de manera pacífica y perdurable. ¿Si creo en los líderes? Poco y nada. Más que nada desconfío. Casi siempre terminan anulando a las personas y se los ve disfrutar con frecuencia mientras atentan contra la inteligencia colectiva. ¿Si creo en la libertad? Es lo único en lo que no puedo dejar de creer (no me rompan los huevos). ¿Si soy de izquierda? No porque crea en la dictadura de ningún tipo, ni de la élite ni del proletario. Si porque creo en el sentido comunitario de la vida social, en la convivencia humana generadora de felicidades comunes y bienestar. Y porque el sentimiento de solidaridad y sus acciones consecuentes están salvando al mundo como bien señaló Borges. ¿Si creo en la política? No cuando es para declarar una guerra o para robar. Si, si logra establecer los consensos mínimos para establecer el progreso humano de una comunidad cualquiera. ¿Si creo en los honestos? Tanto que si de vez en cuando odio algo siempre es un corrupto. ¿Si creo en la Justicia? No si es divina; Si cuando da a cada uno lo que corresponde. ¿Si creo en el matrimonio? Hago uso de mi derecho a no responder. ¿Si creo en las Garantías Constitucionales? Sí, claro, me acaban de dar derecho a no responder. ¿Si Creo en la Constitución? Si, pero cuando hagamos una muy elemental que garantice los mismos derechos y obligaciones para todos los hombres y mujeres del planeta. ¿Si creo en los diarios? La pregunta también es retórica porque ¿que o quiénes son “los diarios”? ¿La mierda de Clarín y la mierda en que trasformaron Página 12, o la lucha osada y valerosa de los Froilanes que hacen el Ecos de Punilla por todo el mundo y contra cualquier tipo de tiranía? ¿Si creo en los periodistas? Si en aquellos aunque pueden cambiar de ideas como humana consecuencia del debate; Nunca en los que cambian abandonando los nobles principios que inspiran el oficio. ¿Si creo en la verdad? Creo que no existe, que es un sueño permanente que tenemos y nos mueve. Pero respeto aquellas personas que en su búsqueda no se apartan de la honestidad. Sobre una verdad podemos discutir, tanto que es necesario a nuestra evolución y subsistencia discutir en cada tiempo las verdades del momento. Pero sobre cómo caminar hacia la verdad ya no siento que valga la pena discutir. El medio ES el fin porque la verdad, por su carácter de inalcanzable, sólo permite expresarnos (y ser visualizados por el otro) en la forma en que uno va, en los medios que se emplean para ir. ¿Si creo en Argentina? Si, como en una mujer hermosa e irresistrible que sin embargo te envenena a cada beso, con cada abrazo. ¿Si soy Argentino? Si, porque allí nací y allí pienso morir bajo la sombra blanca de la Cruz del Sur, junto a mis hermanos de historia. No, porque los nacionalismos los siento cada vez más absurdos y lejanos y ser argentino o chino no hacen a la esencia vivificadora del hombre. Hay buena gente en todo el mundo pude ver. E hijos de puta por doquier. ¿Si creo en los derechos humanos? ¿Y de qué carajo estamos hablando ahora? Aclaro que no creo en los hijos de puta ni en los boludos, pero reconozco que esa alianza milenaria sigue gobernando. ¿Si creo en el amor? Eso es claro, sigo escribiendo. PD: Me despertaron estas líneas a la distancia mi admiración por “Los Amigos del Museo Ambato”. Son parte de aquellas personas que se ignoran entre si pero están salvando al mundo, como bien señaló Jorge Luis Borges mucho antes de la existencia de internet, gracias a la cual podemos reconocernos un poco más fácilmente.

domingo, 20 de mayo de 2012

Click, se nos fue Ricardo Sisti

Nunca tuve dificultad para iniciar las crónicas periodísticas que siempre siento la necesidad de escribir y que alguno termina por ahí leyendo. No es que las considere buenas ni malas, pero tienen la ventaja de que terminan impresas en alguna publicación siempre valiente como ahora en el Ecos, donde tantas personas las conservan por tiempos indeterminados o que se conservan a pesar de las personas y finalmente están allí, impresas e invitando a la lectura. Ahora que quiero evocar con algunas palabras a Ricardo Sisti, nuestro Se Lui, sucede que debo dar esta vuelta retórica para empezar a recordarlo. Y es que cuando me dio de lleno la noticia de su ausencia física definitiva inicié un involuntario viaje hasta épocas remotas de mi vida, cuando empezamos con un gigantesco grupo de amigos a publicar las primeras mentiras verdaderas desde la revista El Quid, allá por junio de 1983. Desde siempre, desde el inicio de mi tormentosa vida periodística Ricardo estuvo allí, capturando las imágenes que darían una fuerza adicional a nuestros informes, crónicas y denuncias periodísticas. Decenas, cientos de notas con sus fotografías; tapas de revistas que resultaron históricas, como aquella de El Q
uid de 1987, cuando metidos en medio de las manifestaciones de Semana Santa contra los alzamientos militares carapintadas que acechaban la incipiente democracia, fue Se Lui el único que captó el instante exacto en que el entonces gobernador Eduardo César Angeloz tomó de la mano al jefe de la opocisión José Manuel De la Sota y alzó los brazos y clikc, ahora o nunca aunque vinieran empujando. O aquella foto a color que con una extrañísima máquina para sacar en diapositiva hizo de una representación que varios de los integrante de equipo de la revista hicimos frente a las escaleras del Colegio Comercial. Queríamos representar jóvenes universitarios porque se había anunciado que una extensión de la U.N.C. se asentaría en La Falda. Si no me falla la memoria, creo que entre otros jóvenes de la época en esa tapa está también el actual intendente Cacho Arduh. O las centenas de fotos que hacíamos del Hotel Edén en ruinas. “Hacíamos” digo porque lo acompañaba y en todo caso le tenía su caja/cartera donde llevaba siempre pegado a su cuerpo su cámara y las lentes. Tuve la fortuna de trabajar con él no sólo en función periodística; compartimos dos muestras fotográficas, él con magníficas fotografías que me permitió acompañar con breves textos. Recuerdo dos viejos gauchos montados con sus sombreros y espuelas a una moto gigante, creo que una Honda de 1000 cc. Y otra donde estaba fumando recostado en una cama que estaba en medio de la calle. Y recuerdo esas y tantas imágenes pero no los textos. Ahí están los clicks de Ricardo en mi vida. Era algo surrealista Se Lui; las imágenes se le fijabam primero en su mente y después salía a cazarlas. Lo he visto andar meses detrás de una sola. En el bar Ugolino expuso durante meses su muestra sobre el lastimoso abandono de los ferrocarriles en Cruz del Eje. Fue lo último que compartimos. Conocí la misteriosa sala de revelados fotográficos que tenía en un pequeño cuarto de su casa donde podíamos pasar horas planificando notas. Ricardo no sólo hacía click desde su máquina, también participaba en toda la discusión previa de los argumentos. Era uno más de nosotros queriendo difundir algo que valiera la pena o queriendo denunciar una injusticia doliente. Por eso para mí no fue sólo un fotógrafo con ojo artistico y sensible sino además un cronista gráfico instintivo, animal. Fue uno de los tipos más pacíficos que conocí en mi vida, uno de esos que se puede decir sin temor a equivocarse que era más bueno que el Quaker. Y fue también un tipo con pelotas que puso su cuota de coraje en ciertas situaciones a las que te lleva a veces el oficio periodístico. Decir de una persona que fue honrada no es para mi un dato menor o formal. Ricardo Sisti fue un tipo honesto. Lo digo con orgullo de amigo. Cuando con la inconsciencia que nos caracterizaba decidimos que debíamos dar un paso adelante y hacer El Quid para toda la provincia nos vimos obligados a trasladarnos a la ciudad de Córdoba. Todos los que pudieran acompañar eran bienvenidos. Ricardo se vino y se trajo su moto Siambretta con la que se movilizaba. La pintamos a nueva, le hicimos una montadura para su caja de herramientas fotográficas y le inscribimos con pretensión y descaro en letra roja “Revista El Quid – Móvil Uno”. Montado a esa maravilla mecánica surcamos durante casi dos años las calles y avenidas de Córdoba buscando las crónicas y las imágenes para representarlas. Aquí en un pequeño y antigüo pueblito del Abruzzo italiano, a quince mil kilómetros de distancia, se conservan unas costumbres ancentrales que impactan. Por ejemplo en dos o tres muros del centro, cerca de la Municipalidad y de la Iglesia, la gente pega manifestos con el nombre y la foto de la persona que ha muerto. Sólo agregan la fecha de nacimiento y la de la muerte reciente. Es muy curioso y golpea llegar a estos pueblitos de montaña y ver estos afiches con los rostros de los que acaban de morir. Esta para nosotros curiosa costumbre podríamos relacionarla con la más conocida de publicar los anuncios fúnebres en los diarios. En los muros como en los diarios uno ve rostros de personas desconocidas que posiblemente por primera vez son noticia. Todo lo que han hecho en vida pareció haber sido parte de una normalidad tal que no meritaba ser publicada, difundida, comentada abiertamente. Todo menos morir. La muerte sigue siendo entre nosotros la noticia más importante que tenemos para dar de una persona. Es como el acontecimiento único e irrepetible al que estamos condenados. Su emulación podría ser el instante fotográfico, ni un segundo antes, ni un segundo después. Click. Se Lui. Click. Al amigo Ricardo, los que van a morir te saludan.

sábado, 7 de abril de 2012

Mario Decara y su costumbre de comprar propiedades sin querer pagarlas


El empresario Franco Runca y su litigio por la Estancia Alto San Pedro, donde se desnuda el “modus operandi” del Defensor del Pueblo de Córdoba. La loca historia de “corruptos malos” y “corruptos patriotas”.

Había un tiempo en que la política era una actividad de honor, adonde se llegaba con ideas claras y vocación de servicio. Hombres pre claros que podían terminar perdiendo sus propiedades y en la pobreza después de haber servido al país. Sabemos, además, que la cosa no es tan lineal respecto a lo que fue y lo que es, toda vez que en el pasado también siempre existió la corrupción y en el presente existen muchas personas, de diversos sectores, que trabajan honestamente por la comunidad. Pero desde hace un par de décadas, especialmente desde el menemismo de los años 90, la corrupción política se ha extendido como una mancha que a ciertas alturas del poder político parece abarcar a todos o a casi todos. Ahora, en este presente político, la corrupción se ha hecho endémica y hasta encuentra curiosas justificaciones en las cumbres del poder, donde los intelectuales del kirchnerismo hacen la curiosa distinción entre quienes habrían robado vendiendo el país a las corporaciones (o sea los corruptos malos) y quienes aparentemente han sido casi impulsados por las circunstancias a corromperse para hacerse fuertes económicamente y así enfrentar patrióticamente a esos poderes (o sea los corruptos buenos). Este es un razonamiento de por sí absurdo, porque cuando se roba desde la función pública se le roba, siempre, al conjunto de la sociedad. Pero es además un razonamiento hipócrita de los políticos oficialistas de hoy, que en su casi totalidad y desde lo más alto fueron cómplices y partícipes necesarios del latrocinio menemista del que formaron parte activa.
Con el caso del Defensor del Pueblo Mario Decara parece confirmarse esta obsesión patológica de la mayor parte de nuestros políticos gobernantes por apropiarse de lo ajeno, por hacerse de cada vez más y más propiedades y, en todos los casos, con una condición intrínseca al negocio próspero inmobiliario que desarrollan, esto es, no pagando con dinero propio lo que se compra, o pagando dos pesos lo que vale mil (¿se acuerdan de los terrenos que Néstor compró en El Calafate? Un ejemplo de corrupción patriótica).
Lo más actual de esta patología es el escandaloso caso del vicepresidente Amado Bodou, el “concheto” de Puerto Madero devenido segundo en la sucesión del mando político del gobierno Nacional & Popular, ungido en ese cargo por el dedo de Cristina Kirchner, a quien le resultará dificil en este caso echarle la culpa a los 90 de los que fue parte en su esencia estructural, con puede observarse en otro caso de actualidad con YPF, donde como senadora recomendó apoyar la privatización menemista de la entonces petrolera estatal.

Alto San Pedro, la joya de Villa Giardino
Todo vuelve a la luz pública por la acción judicial que lleva adelante el empresario gastronómico Franco Runca, quien ya logró demostrar, en dos instancias judiciales que le dieron la razón, que fue estafado por su ex socio Adrián Agra, luego que juntos compraran la Estancia Alto San Pedro con sus mil cien hectáreas. La historia que cuenta Runca es que luego de haber hecho el negocio y de haber puesto en marcha otra vez ese gran emprendimiento turístico, su socio, sin una razón aparente o que al menos diera a conocer, lo traiciona y, de la noche a la mañana, primero lo acusa a Runca de haberse quedado con dinero de la sociedad, y luego le alquila con opción a compra a dos personas notoriamente allegadas a Mario Decara y que incluso trabajan para él: Roberto Rodríguez y Bernardo Szeibert.
Agra, quien posee juanto a unos tales “otros” el 56 % de la sociedad, termina por vender la propiedad a estas personas que, a su vez, se la venden luego a su amigo, empleador y jefe político Mario Decara, actual propietario que en su declaración pública como Defensor del Pueblo hace figurar el inmueble a un valor económico irrisorio, tal como se acostumbra en estos casos.
Runca es una persona de trabajo, un emprendedor con gran habilidad comercial y de éxitos notorios en la región. Y seguramente este espírtu de querer crecer lo ha llevado a ingresar a arenas más movedizas, donde los riezgos no comerciales de un negocio suelen ser lo más importante. Y digo esto porque de su extensa y detallada exposición pública, primero ante La Voz del Interior y luego en el programa Hablemos Claro, durante la entrevista que le hicieran Mario Thibout y Nicolás Heredia, dejó en mi opinión un punto clave al oscuro que dispara la siguiente pregunta ¿Runca negoció la conformación de una sociedad para comprar Alto San Pedro con Adrián Agra o directamente con Mario Decara, representado en el acto formal por Adrián Agra?
¿Cómo es que, tras la sorpresiva ruptura que tiene con Agra, éste decide alquilarle con opción a compra a dos representantes directos de Decara? ¿Casualidad o causalidad? ¿Empieza aquí la historia de Decara en Alto San Pedro, con sus dos soldados alquilando a Agra a espaldas de Runca, o es sólo la continuidad de una historia en la que el Defensor del Pueblo partició desde el principio?
Si recordamos que es Runca el que asegura, conoce, sabe que quienes alquilan con opción a compra a su ex socio son personas ligadas a Decara, se hace entonces más difícil creer su version de los hechos.
En síntesis, Runca dice “mi socio, Agra y ‘otros’, me traicionaron”. Pero en verdad la historia pareciera ser que la pelea, por razones que se desconocen, fue entre los verdaderos socios Runca – Decara, que el Defensor del Pueblo saldó a su favor con todas sus armas a disposición, esto es terceras personas a las que involucra y lo representan, sumado al alto grado de impunidad que se tiene desde las cumbres del poder político.

El primer Mandamiento de nuestros políticos
Sobre el final de la entrevista radial, Runca pronunció unas palabras claves para entender el asunto: “Yo sólo quiero cobrar mi parte, lo que me corresponde. No puede ser que te quiten todo, y de pecho”. Seguramente porque esto es así la Justicia le dio la razón.
El problema, a todo esto, fue que, como emprendedor de evidente coraje pero no ajeno a la historia, Runca no temió enfrentar a Decara con toda su fuerza, logrando estas dos sentencias que lo favorecen y que, si se hacen efectivas algún día, podrían llevar al Defensor del Pueblo a violar el primer mandamiento de su propia religión: no pagar con propios recursos un inmueble del que se ha apropiado.

lunes, 13 de febrero de 2012

Megaminería y derechos humanos en la era kirchnerista


Los derechos humanos que se atropellan hoy son el desafío de un gobierno amenazado por las consecuencias directas de sus propias políticas públicas. Los medios kirchneristas, igual de chotos que los del grupo Clarín.

La sensación que más bronca me ha dado siempre, como periodista, es cuando un gobernante cualquiera nos trata a todos de boludos. Prefiero discutir fuerte desde el antagonismo de los argumentos, y prefiero a un funcionario que defienda aquello que desde mis principios puedo considerar indefendible a uno que me quiera hacer creer que estamos de acuerdo en la cuestión de fondo, mientras la evidencia de sus acciones se empeñan en afirmar lo contrario.
Así sencillamente planteado podría resumirse el problema central de ubicación personal ante el poder que padecen tantos periodistas de frente a la estrategia de comunicación del kirchnerismo gobernante.
Es evidente que después de tantos años de impulsar las razones y apoyar los reclamos de las víctimas y de las organizaciones de derechos humanos para que se juzgue a todos los responsables de las atrocidades de la última dictadura ha sido lógico que el gobierno se ganara legítimamente un amplio consenso. Pero hubiese sido más razonable que, más allá de un concreto apoyo a una acción de gobierno, quienes se sienten periodistas no dejaran de serlo a partir de una coincidencia, por trascendente que esta fuese. Peor aún no considerar desde el análisis las circunstancias en que se desarrolla la acción de gobierno aplaudida (post crisis 2001, “que se vayan todos”), ni considerar la historia personal de los actores principales y las razones políiticas del momento. Se trata, en cualquier caso, de la importancia crucial del contexto en que se desarrolla una noticia, tal como sucede con el análisis de la historia. Por caso, enfrentar el poder militar durante los primeros años de la recuperación de la democracia, cuando los asesinos tenían aún las armas y el comando efectivo del aparato militar del Estado en su poder, no es lo mismo que hacerlo veinte años después, cuando ya son unos viejos chotos repudiados por la sociedad y la historia (Juicio a las Juntas Militares mediante) y sin conexión operativa con lo que queda de las fuerzas armadas en actividad. Y esto sin ingresar a considerar otros datos de la realidad incontrastables, como que cuando Carlos Menem indultó a los jerarcas militares como Videla y Massera, que cumplían condenas a cadena perpetua dictadas por la Justicia ordinaria, no se produjo ni un sólo comunicado de repudio por parte del entonces gobernador Néstor Kirchner, de quien si recordamos haber declarado públicamente a Menem como “el mejor Presidente de la historia”. Es importante destacar que aquellos indultos también incluyeron a la cúpula de Montoneros en proceso de juzgamiento por actos criminales cometidos bajo un gobierno democratico elegido en las urnas, y al asesino de Luciano Benjamín Menéndez, a pesar de que aún no había sido condenado, cosa que no prevé la figura del indulto, sólo legalmente posible a quienes cumplen condenas. Se indulta la pena impuesta por la Justicia, no un proceso judicial en marcha.
Otro dato incontrastable de la realidad que hace al contexto de la noticia es que no se conoce ni una sóla acción de Kirchner orientada a la defensa de presos políticos durante la dictadura. Tampoco partcipó de la Asamblea Permanente que en plena dictadura presentó denuncias de desaparición de personas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Ya en democracia, tampoco participó ni él ni los legisladores nacionales de su grupo en la Conadep presidida por Ernesto Sábato, quienes registraron hasta el momento el único documento oficial de personas desaparecidas durante la cobarde represión militar, sentando las bases probatorias del juicio a las Juntas.
Ahora bien, el hecho de que no se haya tratado precisamente de un luchador por los derechos humanos no le quita el mérito a la acción política de impulsar los juicios. Sólo que impone o debiera imponer un límite a esta manía propagandística de querer transformarlo en una especie de héroe nacional. Y todo esto sin considerar otro dato de la realidad que es el siguiente. Cuando con el Pacto de Olivos entre Menem y Raúl Alfonsín se habilitó la reforma de la Constitución Nacional sucedieron allí varias cosas. Una, la más resonante, fue acortar el mandato presidencial único de seis años a la posibilidad de dos de cuatro años cada uno, reeleción mediante. No fue lo único que se modificó. En aquella reforma se incorporó a la Constitución el Pacto de San José de Costa Rica sobre derechos humanos al que había adherido el país. Al tener rango constitucional este Pacto se hizo de cumplimiento obligatorio. Y este cumplimiento no era compatible con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, claudicaciones del gobierno de Alfonsín luego de las asonadas militares de Semana Santa del 87. Los tiempos de la historia ya habían condenado estas leyes de impunidad, con fecha de vencimiento desde que se incorporaron a la Constitución.
Por la sensibilidad de los kirchneristas de buena fe, insisto, en no querer restar mérito al gobierno que en efecto las derogó quitándole de esta forma el escudo protector a los asesinos. Pero tener en claro el contexto de una noticia, por trascendente que esta fuere, nos lleva a mantener el equilibrio y la equidistancia que como periodistas debemos tener frente al poder.
Y es en mi opinión esta permanencia legítima del kirchnerismo lograda en las últimas elecciones democráticas las que le darán la verdadera dimensión a su propia génesis. El kirchnerismo sigue gobernando y ahora enfrenta sin posibilidad de hacerse el distraído los problemas con violaciones de derechos humanos actuales. Y en la cancha, como se sabe, se ven los pingos.

Cristina, con poca memoria, reclama el debate
En una de sus últimas apariciones, cuando felicitó a un “obrero” de la minería que en realidad resultó ser un dirigente político del oficialismo, la presidenta Cristina Fernandez de Kirchner aseguró que sobre el tema “debemos darnos un debate”.
Es curiosa su afirmación. Yo creía que los debates se daban en el Congreso y no en teleconferencias armadas burdamente.
Con el Decreto 1.837 del año 2008 la misma Presidenta que en 2012 pide un debate serio por la megaminería vetó la Ley de Protección de los Glaciares que fue aprobada por unanimidad por el Senado de la Nación el 22 de octubre de aquél año ¿No lo habían debatido nuestros representantes?
La Ley creaba un Inventario Nacional de Glaciares, reconociendo su importancia como reservas hídricas; y enfatizaba la necesidad de su adecuada protección, control y monitoreo. Durante el breve tiempo de su vigencia fue considerada como una ley de vanguardia en el orden internacional en relación a la protección de glaciares, siendo única en una Amércia Latina históricamente expoliada en sus recursos naturales. No había sido un proyecto del oficialismo, pero fue la oportunidad más clara que le dio la historia al kirchnerismo para diferenciarse del menemismo que la impuso. No casualmente se conoce el veto de Cristina como el “veto Barrick Gold”, por la empresa canadiense que destruye el medio ambiente con su minería a cielo abierto donde utiliza impresionantes cantidades de cianuro y otros elementos de altísima contaminación ambiental largamente comprobada.

Pagina 12 y el periodismo trucho
No creo que en el noble oficio del periodismo se pueda establecer una categoría de “militante”. Me resulta un debate absurdo. Un periodista, por definición, es impulsado por la defensa de principios filosóficos, políticos, éticos. La acepción “militante” podría ser la de quien mediante prácticas periodísticas se calza una camiseta partidaria. Hoy, “periodista militante”, por absurdo que suene, es ser “periodista oficialista”. Es en definitiva una elección personal, respetable, de quien ejerce el oficio. Pero la categoría que no debe soslayarse es la ser un periodista honesto o un periodista trucho. Este debiera ser el debate.
Ayer, 12 de febrero, recibí en mi casilla de correo electrónico una gacetilla de prensa de la Unión de Asambleas Ciudadanas donde se denunciaba el “estado de sitio minero en Andalgalá”. Allí se afirma que “por estos días el pueblo de Andangalá se encuentra sitiado por una patota pro minera que controla los accesos a la ciudad para evitar el ingreso de personas que intentan unirse a la lucha de este pueblo en contra de la mega minería a cielo abierto”. El comunicado detalla que “hace cinco días esta patota pro minera, avalada por los gobiernos provincial y nacional, y financiada por Bajo la Alumbrera, entre otras empresas, actúa con total impunidad cortando los caminos hacia Andalgalá”.
Patotas fianciadas por el capital extranjero y avaladas por el gobierno, lo más parecido a los mecanismos de terrorismo de Estado que sufrimos con sus bandas parapoliciales.
La misma información llegó a los medios, pero Página 12 publicó su crónica mencionando a “la patota prominera financiada por La Alumbrera”, sin dar señales de la referencia al aval de los gobiernos provincial y nacional denunciados. Además inició la crónica con palabras Secretario de Medio Ambiente de la Nación, Juan José Mussi, quien con mucho coraje afirmó que “se debe exigir a las empresas que utilicen en la Argentina los mismos métodos que utilizan en sus países de orígenes”.
Como supongo que Mussi no es loco, concluyo que también nos trata de boludos ¿Quién debe exigir, el gobierno de la China o el que integra?
Tuvieron que repercutir en los medios nacionales estas protestas y sus violentas represiones para que se decidieran a hablar del tema. Mientras tanto nada dicen los funcionarios de la aplicación por parte de los jueces de la aberrante Ley Antiterrorista recientemente aprobada por el kirchnerismo y aplicada ya a los manifestantes anti megaminería.
El ejemplo que doy es pequeño, pero como muestra vale un botón. La lectura atenta y comparativa de diarios y sitios informativos revela que hay toda una metodología de la desinformación puesta en marcha por los medios oficialistas que, como ya advertimos en notas anteriores, no se diferencian de los medios del universo Clarín. Con precisas exepciones de ambos lados, son la misma mierda con distinto olor.
En el medio nosotros, los boludos históricos, los que creemos que el acceso al agua y la protección de sus fuentes naturales, la preservación del medio ambiente y el derecho a la información son derechos humanos que deben ser respetados por todos y tutelados por el Estado, gobierne quien gobierne.

Megaminería y derechos humanos en la era kirchnerista


Los derechos humanos que se atropellan hoy son el desafío de un gobierno amenazado por las consecuencias directas de sus propias políticas públicas. Los medios kirchneristas, igual de chotos que los del grupo Clarín.

La sensación que más bronca me ha dado siempre, como periodista, es cuando un gobernante cualquiera nos trata a todos de boludos. Prefiero discutir fuerte desde el antagonismo de los argumentos, y prefiero a un funcionario que defienda aquello que desde mis principios puedo considerar indefendible a uno que me quiera hacer creer que estamos de acuerdo en la cuestión de fondo, mientras la evidencia de sus acciones se empeñan en afirmar lo contrario.
Así sencillamente planteado podría resumirse el problema central de ubicación personal ante el poder que padecen tantos periodistas de frente a la estrategia de comunicación del kirchnerismo gobernante.
Es evidente que después de tantos años de impulsar las razones y apoyar los reclamos de las víctimas y de las organizaciones de derechos humanos para que se juzgue a todos los responsables de las atrocidades de la última dictadura ha sido lógico que el gobierno se ganara legítimamente un amplio consenso. Pero hubiese sido más razonable que, más allá de un concreto apoyo a una acción de gobierno, quienes se sienten periodistas no dejaran de serlo a partir de una coincidencia, por trascendente que esta fuese. Peor aún no considerar desde el análisis las circunstancias en que se desarrolla la acción de gobierno aplaudida (post crisis 2001, “que se vayan todos”), ni considerar la historia personal de los actores principales y las razones políiticas del momento. Se trata, en cualquier caso, de la importancia crucial del contexto en que se desarrolla una noticia, tal como sucede con el análisis de la historia. Por caso, enfrentar el poder militar durante los primeros años de la recuperación de la democracia, cuando los asesinos tenían aún las armas y el comando efectivo del aparato militar del Estado en su poder, no es lo mismo que hacerlo veinte años después, cuando ya son unos viejos chotos repudiados por la sociedad y la historia (Juicio a las Juntas Militares mediante) y sin conexión operativa con lo que queda de las fuerzas armadas en actividad. Y esto sin ingresar a considerar otros datos de la realidad incontrastables, como que cuando Carlos Menem indultó a los jerarcas militares como Videla y Massera, que cumplían condenas a cadena perpetua dictadas por la Justicia ordinaria, no se produjo ni un sólo comunicado de repudio por parte del entonces gobernador Néstor Kirchner, de quien si recordamos haber declarado públicamente a Menem como “el mejor Presidente de la historia”. Es importante destacar que aquellos indultos también incluyeron a la cúpula de Montoneros en proceso de juzgamiento por actos criminales cometidos bajo un gobierno democratico elegido en las urnas, y al asesino de Luciano Benjamín Menéndez, a pesar de que aún no había sido condenado, cosa que no prevé la figura del indulto, sólo legalmente posible a quienes cumplen condenas. Se indulta la pena impuesta por la Justicia, no un proceso judicial en marcha.
Otro dato incontrastable de la realidad que hace al contexto de la noticia es que no se conoce ni una sóla acción de Kirchner orientada a la defensa de presos políticos durante la dictadura. Tampoco partcipó de la Asamblea Permanente que en plena dictadura presentó denuncias de desaparición de personas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Ya en democracia, tampoco participó ni él ni los legisladores nacionales de su grupo en la Conadep presidida por Ernesto Sábato, quienes registraron hasta el momento el único documento oficial de personas desaparecidas durante la cobarde represión militar, sentando las bases probatorias del juicio a las Juntas.
Ahora bien, el hecho de que no se haya tratado precisamente de un luchador por los derechos humanos no le quita el mérito a la acción política de impulsar los juicios. Sólo que impone o debiera imponer un límite a esta manía propagandística de querer transformarlo en una especie de héroe nacional. Y todo esto sin considerar otro dato de la realidad que es el siguiente. Cuando con el Pacto de Olivos entre Menem y Raúl Alfonsín se habilitó la reforma de la Constitución Nacional sucedieron allí varias cosas. Una, la más resonante, fue acortar el mandato presidencial único de seis años a la posibilidad de dos de cuatro años cada uno, reeleción mediante. No fue lo único que se modificó. En aquella reforma se incorporó a la Constitución el Pacto de San José de Costa Rica sobre derechos humanos al que había adherido el país. Al tener rango constitucional este Pacto se hizo de cumplimiento obligatorio. Y este cumplimiento no era compatible con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, claudicaciones del gobierno de Alfonsín luego de las asonadas militares de Semana Santa del 87. Los tiempos de la historia ya habían condenado estas leyes de impunidad, con fecha de vencimiento desde que se incorporaron a la Constitución.
Por la sensibilidad de los kirchneristas de buena fe, insisto, en no querer restar mérito al gobierno que en efecto las derogó quitándole de esta forma el escudo protector a los asesinos. Pero tener en claro el contexto de una noticia, por trascendente que esta fuere, nos lleva a mantener el equilibrio y la equidistancia que como periodistas debemos tener frente al poder.
Y es en mi opinión esta permanencia legítima del kirchnerismo lograda en las últimas elecciones democráticas las que le darán la verdadera dimensión a su propia génesis. El kirchnerismo sigue gobernando y ahora enfrenta sin posibilidad de hacerse el distraído los problemas con violaciones de derechos humanos actuales. Y en la cancha, como se sabe, se ven los pingos.

Cristina, con poca memoria, reclama el debateEn una de sus últimas apariciones, cuando felicitó a un “obrero” de la minería que en realidad resultó ser un dirigente político del oficialismo, la presidenta Cristina Fernandez de Kirchner aseguró que sobre el tema “debemos darnos un debate”.
Es curiosa su afirmación. Yo creía que los debates se daban en el Congreso y no en teleconferencias armadas burdamente.
Con el Decreto 1.837 del año 2008 la misma Presidenta que en 2012 pide un debate serio por la megaminería vetó la Ley de Protección de los Glaciares que fue aprobada por unanimidad por el Senado de la Nación el 22 de octubre de aquél año ¿No lo habían debatido nuestros representantes?
La Ley creaba un Inventario Nacional de Glaciares, reconociendo su importancia como reservas hídricas; y enfatizaba la necesidad de su adecuada protección, control y monitoreo. Durante el breve tiempo de su vigencia fue considerada como una ley de vanguardia en el orden internacional en relación a la protección de glaciares, siendo única en una Amércia Latina históricamente expoliada en sus recursos naturales. No había sido un proyecto del oficialismo, pero fue la oportunidad más clara que le dio la historia al kirchnerismo para diferenciarse del menemismo que la impuso. No casualmente se conoce el veto de Cristina como el “veto Barrick Gold”, por la empresa canadiense que destruye el medio ambiente con su minería a cielo abierto donde utiliza impresionantes cantidades de cianuro y otros elementos de altísima contaminación ambiental largamente comprobada.

Pagina 12 y el periodismo trucho
No creo que en el noble oficio del periodismo se pueda establecer una categoría de “militante”. Me resulta un debate absurdo. Un periodista, por definición, es impulsado por la defensa de principios filosóficos, políticos, éticos. La acepción “militante” podría ser la de quien mediante prácticas periodísticas se calza una camiseta partidaria. Hoy, “periodista militante”, por absurdo que suene, es ser “periodista oficialista”. Es en definitiva una elección personal, respetable, de quien ejerce el oficio. Pero la categoría que no debe soslayarse es la ser un periodista honesto o un periodista trucho. Este debiera ser el debate.
Ayer, 12 de febrero, recibí en mi casilla de correo electrónico una gacetilla de prensa de la Unión de Asambleas Ciudadanas donde se denunciaba el “estado de sitio minero en Andalgalá”. Allí se afirma que “por estos días el pueblo de Andangalá se encuentra sitiado por una patota pro minera que controla los accesos a la ciudad para evitar el ingreso de personas que intentan unirse a la lucha de este pueblo en contra de la mega minería a cielo abierto”. El comunicado detalla que “hace cinco días esta patota pro minera, avalada por los gobiernos provincial y nacional, y financiada por Bajo la Alumbrera, entre otras empresas, actúa con total impunidad cortando los caminos hacia Andalgalá”.
Patotas fianciadas por el capital extranjero y avaladas por el gobierno, lo más parecido a los mecanismos de terrorismo de Estado que sufrimos con sus bandas parapoliciales.
La misma información llegó a los medios, pero Página 12 publicó su crónica mencionando a “la patota prominera financiada por La Alumbrera”, sin dar señales de la referencia al aval de los gobiernos provincial y nacional denunciados. Además inició la crónica con palabras Secretario de Medio Ambiente de la Nación, Juan José Mussi, quien con mucho coraje afirmó que “se debe exigir a las empresas que utilicen en la Argentina los mismos métodos que utilizan en sus países de orígenes”.
Como supongo que Mussi no es loco, concluyo que también nos trata de boludos ¿Quién debe exigir, el gobierno de la China o el que integra?
Tuvieron que repercutir en los medios nacionales estas protestas y sus violentas represiones para que se decidieran a hablar del tema. Mientras tanto nada dicen los funcionarios de la aplicación por parte de los jueces de la aberrante Ley Antiterrorista recientemente aprobada por el kirchnerismo y aplicada ya a los manifestantes anti megaminería.
El ejemplo que doy es pequeño, pero como muestra vale un botón. La lectura atenta y comparativa de diarios y sitios informativos revela que hay toda una metodología de la desinformación puesta en marcha por los medios oficialistas que, como ya advertimos en notas anteriores, no se diferencian de los medios del universo Clarín. Con precisas exepciones de ambos lados, son la misma mierda con distinto olor.
En el medio nosotros, los boludos históricos, los que creemos que el acceso al agua y la protección de sus fuentes naturales, la preservación del medio ambiente y el derecho a la información son derechos humanos que deben ser respetados por todos y tutelados por el Estado, gobierne quien gobierne.

jueves, 26 de enero de 2012

Cristina y el eterno retorno de la sanata política


Con un discurso de formas conchetas y argumentos incongruentes la Presidenta se refirió al caso de los allanamientos de las poderosas agencias calificadoras de riesgo económico que se realizan por estos días en Italia.

(ver video el video Aqui)

"Estaba mirando el allanamiento que se hizo en Italia a la consultora Fitch. Moreno es un príncipe al lado de los italianos. Y además no le pueden echar la culpa a Berlusconi. Imaginen Echegaray entrando a las consultoras... quedaría feito. No vi ningún editorial sobre ese tema".
Estas fueron parte de las declaraciones de la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner al reasumir sus funciones luego del intervento quirúrgico durante el cual, por fortuna, se descartó la presencia de células cancerígenas en su cuerpo.
Y desde aquí, desde esta Italia atravesada por la crisis y en pleno post berlusconismo sus afirmaciones resultan, al menos, curiosas y desinformadas no sólo del caso judicial en marcha, sino de elementales reglas de funcionamiento institucional. Vamos por parte.

La corrupción política y la Justicia
Desde que llegué aquí hace ya un año y medio no me han dejado de sorprender dos tipos de noticias constantes que aparecen en los medios. Unas son la enorme cantidad de casos de corrupción en la que se encuentran involucrados los funcionarios políticos y sus amigos del poder, tanto de la centro derecha como de la centro izquierda. Las otras son la gigantesca cantidad de casos judiciales en marcha y de ex poderosos tras las rejas. Aquí la Justicia funciona de un modo independiente del poder político, y esto se nota.
Como ejemplo cito dos casos que serían inimaginables para la Argentina. Aquí en la Región del Abruzzo, equivalente a una Provincia nuestra, el entonces Gobernador Ottaviano Del Turco fue detenido en su propio despacho por un flagrante caso de corrupción con la salud pública, mientras ejercía plenamente sus poderes constiitucionales. Por un caso de favoritismo en la contratación de servicios a privados fue detenido Luciano D’Alfonso, también en su propio despacho, intendente de la ciudad de Pescara, la capital de la Región. Para darnos una idea es como si en Córdoba una comisión policial fuera a detener hoy a José Manuel de la Sota (o a Eduardo Angeloz años atrás) en el pleno ejercicio de sus mandatos. O que ahora fueran diez policías con orden judicial a sacar de su despacho a Mauricio Macri en Buenos Aires. Inverosímiles acontecimientos porque en nuestro país es, por el momento, inimaginable una justicia independiente del poder político a este grado. Pero para no caer en confusiones y tentarse a pensar que esto ocurre a niveles inferiores de la política en Italia, basta recordar las decenas de veces que por causas diversas el ex Premier Silvio Berlusconi ha debido comparecer ante los tribunales durante el pleno ejercicio de su mandato, recordando que no sólo era el jefe del Gobierno sino el italiano más rico del país. Pocas semanas antes de dejar la presidencia Berlusconi fue sentenciado a pagar 500 millones de euros al Director del diario La Repubblica, acérrimo opositor a su Gobierno, con quien mantenía un litigio por haberse apropiado ilegalmente de una de sus empresas periodistica años atrás. Era la última instancia judicial, así que además de la condena millonaria el juez le ordenó al Presidente en funciones pagar en efectivo en un plazo máximo de diez días. Berlusconi despotricó otra vez contra “los jueces comunistas”, pero un día antes de que venciera el plazo hizo efectivo el pago.
Así que Italia desborda corrupción en su clase política, y esto sin entrar a considerar la cuestión de las mafias. Pero en ambos frentes la Justicia actúa con contundencia y una independencia admirable. “La legge è uguale per tutti”, se lee como lema insignia en cada sede judicial. Y “tutti” son todos, no todos menos los que están en el poder circunstancialmente.
Nuestros políticos han aprendido de los italianos sus peores características. Pero en Italia funciona, mal que le pese a muchos, una República que hace de la división de poderes una religión que la salva a su sociedad de la impunidad total y del discurso único siempre estimulado por los gobernantes. Aquí, más allá de la prensa que también denuncia, existen los jueces que investigan y condenan.

Feitos y prolijitos
Las groseras imprecisiones de Cristina hablando de un caso ocurrido en otro país demuestran el alto grado de sanata política que al máximo nivel gubernamental tenemos en Argentina y revelan la lógica de poder que nos gobierna desde hace décadas. Dijo que habían allanado “a una de las cuatro caificadoras más grande del mundo”, y al querer nombrarlas sólo nombró a tres, como son de hecho, dos estadounidenses y una francesa. “Y la cuarta, ehh, cuál es?... a Moody’s”, repitió una de las tres nombradas anteriormente por ella.
Y además no le pueden echar la culpa a Berlusconi, porque Berlusconi no está. Los que hicieron el allanamiento fueron los prolijitos del Fondo Monetario, todo el Gobierno técnico italiano”, afirmó suelta de cuerpo Cristina, donde su tono de voz y sus palabras conchetas suenan a las de Susana Gimenez, incluso por la inconsistencia de sus argumentos en este caso. No fue Berlusconi ni el Gobierno técnico de Mario Monti los que allanaron a la agencia calificadora. Fue la Justicia, pero ese dato no le resulta lógico a nuestra presidenta. Ella no puede imaginar un funcionamiento así de fuerte, independiente y poderoso de un fiscal cualquiera que actúa para hacer respetar la ley, caiga quien caiga.
Y para seguir la estructura de un discurso político mediocre y berreta que pone todo en blanco o negro, buenos y malos, ellos o nosotros, kirchneristas o golpistas, irónicamente se refirió a “prolijitos” ellos y “feitos” nosotros: “Imaginen Echegaray (jefe de la Afip) entrando a las consultoras... quedaría feito", observó Cristina en su discurso. Y no sé si quedaría “feito” pero por cierto podemos decir que sería, así planteado, un claro abuso de poder. Aquí no fue un funcionario político el que llegó a las oficinas de las consultoras más grandes del planeta, Standard&Poor’s, Moody’s y Fitch, sino la Procura della Repubblica (fiscalía federal) de la ciudad de Trani luego de una investigación realizada a partir de una denuncia de la federación de consumidores (Federconsumatori). En el desarrollo de esta investigación fueron tomados los testimonios de Mario Draghi, actual Presidente de la Banca Europea y uno de los cinco hombres más poderosos del planeta; el ex premier Romano Prodi y el entonces ministro de Economía del Gobierno Berlusconi, Giulio Tremonti. Luego de su investigación el Fiscal consideró que estas consultoras económicas cometieron el delito de “abuso de información privilegiada” y de “manipulación del mercado”. Además de investigar la difusión de un documento económico que la Procura consideró “infundado e imprudente” en el cual se anunciaba que el sistema bancario italiano se encontraba en un riesgo similar al de Grecia. Se considera en la Procura que toda esta información hizo crolar el valor de los títulos italianos favoreciendo la especulación.
Las oficinas fueron allanadas con ordenes judiciales fundadas por el fiscal Michele Ruggiero. La causa recién comienza, pero es sustancial destacar que estas agencias, tan cuestionadas por ser quienes por un lado califican el riesgo país pero por el otro tienen intereses económicos ramificados que se benefician con la especulación internacional con tíulos de deudas cuyos valores suben o caen en base a sus propios informes, serán por primera vez llevadas a juicio.
Quiero decir con esto que la denuncia pública es importante. Pero esa es, en todo caso, tarea de la prensa. La política no hace su tarea real si sólo la denuncia en los discursos. Argentina pudo haber denunciado a estas agencias callificadoras de riesgo en los tribunales por el caso de la deuda externa, y buscar de ese modo clarificar cuál parte de deuda era real y cuál parte de una defraudación derivada de la especulación financiera internacional. Pero se optó por sólo denunciar desde la tribuna, y pagar al FMI de contado hasta el último centavo. También se denuncia “al mundo financiero” en los discursos, mientras no aparece una ley que grave impositivamente estas transacciones especulativas. Esto si que es “feito”.
Con un discurso de formas conchetas y argumentos incongruentes la Presidenta se refirió al caso de los allanamientos de las poderosas agencias calificadoras de riesgo económico que se realizan por estos días en Italia.


"Estaba mirando el allanamiento que se hizo en Italia a la consultora Fitch. Moreno es un príncipe al lado de los italianos. Y además no le pueden echar la culpa a Berlusconi. Imaginen Echegaray entrando a las consultoras... quedaría feito. No vi ningún editorial sobre ese tema".
Estas fueron parte de las declaraciones de la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner al reasumir sus funciones luego del intervento quirúrgico durante el cual, por fortuna, se descartó la presencia de células cancerígenas en su cuerpo.
Y desde aquí, desde esta Italia atravesada por la crisis y en pleno post berlusconismo sus afirmaciones resultan, al menos, curiosas y desinformadas no sólo del caso judicial en marcha, sino de elementales reglas de funcionamiento institucional. Vamos por parte.

La corrupción política y la Justicia
Desde que llegué aquí hace ya un año y medio no me han dejado de sorprender dos tipos de noticias constantes que aparecen en los medios. Unas son la enorme cantidad de casos de corrupción en la que se encuentran involucrados los funcionarios políticos y sus amigos del poder, tanto de la centro derecha como de la centro izquierda. Las otras son la gigantesca cantidad de casos judiciales en marcha y de ex poderosos tras las rejas. Aquí la Justicia funciona de un modo independiente del poder político, y esto se nota.
Como ejemplo cito dos casos que serían inimaginables para la Argentina. Aquí en la Región del Abruzzo, equivalente a una Provincia nuestra, el entonces Gobernador Ottaviano Del Turco fue detenido en su propio despacho por un flagrante caso de corrupción con la salud pública, mientras ejercía plenamente sus poderes constiitucionales. Por un caso de favoritismo en la contratación de servicios a privados fue detenido Luciano D’Alfonso, también en su propio despacho, intendente de la ciudad de Pescara, la capital de la Región. Para darnos una idea es como si en Córdoba una comisión policial fuera a detener hoy a José Manuel de la Sota (o a Eduardo Angeloz años atrás) en el pleno ejercicio de sus mandatos. O que ahora fueran diez policías con orden judicial a sacar de su despacho a Mauricio Macri en Buenos Aires. Inverosímiles acontecimientos porque en nuestro país es, por el momento, inimaginable una justicia independiente del poder político a este grado. Pero para no caer en confusiones y tentarse a pensar que esto ocurre a niveles inferiores de la política en Italia, basta recordar las decenas de veces que por causas diversas el ex Premier Silvio Berlusconi ha debido comparecer ante los tribunales durante el pleno ejercicio de su mandato, recordando que no sólo era el jefe del Gobierno sino el italiano más rico del país. Pocas semanas antes de dejar la presidencia Berlusconi fue sentenciado a pagar 500 millones de euros al Director del diario La Reppublica, acérrimo opositor a su Gobierno, con quien mantenía un litigio por haberse apropiado ilegalmente de una de sus empresas periodistica años atrás. Era la última instancia judicial, así que además de la condena millonaria el juez le ordenó al Presidente en funciones pagar en efectivo en un plazo máximo de diez días. Berlusconi despotricó otra vez contra “los jueces comunistas”, pero un día antes de que venciera el plazo hizo efectivo el pago.
Así que Italia desborda corrupción en su clase política, y esto sin entrar a considerar la cuestión de las mafias. Pero en ambos frentes la Justicia actúa con contundencia y una independencia admirable. “La legge è uguale per tutti”, se lee como lema insignia en cada sede judicial. Y “tutti” son todos, no todos menos los que están en el poder circunstancialmente.
Nuestros políticos han aprendido de los italianos sus peores características. Pero en Italia funciona, mal que le pese a muchos, una República que hace de la división de poderes una religión que la salva a su sociedad de la impunidad total y del discurso único siempre estimulado por los gobernantes. Aquí, más allá de la prensa que también denuncia, existen los jueces que investigan y condenan.

Feitos y prolijitos
Las groseras imprecisiones de Cristina hablando de un caso ocurrido en otro país demuestran el alto grado de sanata política que al máximo nivel gubernamental tenemos en Argentina y revelan la lógica de poder que nos gobierna desde hace décadas. Dijo que habían allanado “a una de las cuatro caificadoras más grande del mundo”, y al querer nombrarlas sólo nombró a tres, como son de hecho, dos estadounidenses y una francesa. “Y la cuarta, ehh, cuál es?... a Moody’s”, repitió una de las tres nombradas anteriormente por ella.
“Y además no le pueden echar la culpa a Berlusconi, porque Berlusconi no está. Los que hicieron el allanamiento fueron los prolijitos del Fondo Monetario, todo el Gobierno técnico italiano”, afirmó suelta de cuerpo Cristina, donde su tono de voz y sus palabras conchetas suenan a las de Susana Gimenez, incluso por la inconsistencia de sus argumentos en este caso. No fue Berlusconi ni el Gobierno técnico de Mario Monti los que allanaron a la agencia calificadora. Fue la Justicia, pero ese dato no le resulta lógico a nuestra presidenta. Ella no puede imaginar un funcionamiento así de fuerte, independiente y poderoso de un fiscal cualquiera que actúa para hacer respetar la ley, caiga quien caiga.
Y para seguir la estructura de un discurso político mediocre y berreta que pone todo en blanco o negro, buenos y malos, ellos o nosotros, kirchneristas o golpistas, irónicamente se refirió a “prolijitos” ellos y “feitos” nosotros: “Imaginen Echegaray (jefe de la Afip) entrando a las consultoras... quedaría feito", observó Cristina en su discurso. Y no sé si quedaría “feito” pero por cierto podemos decir que sería, así planteado, un claro abuso de poder. Aquí no fue un funcionario político el que llegó a las oficinas de las consultoras más grandes del planeta, Standard&Poor’s, Moody’s y Fitch, sino la Procura della Repubblica (fiscalía federal) de la ciudad de Trani luego de una investigación realizada a partir de una denuncia de la federación de consumidores (Federconsumatori). En el desarrollo de esta investigación fueron tomados los testimonios de Mario Draghi, actual Presidente de la Banca Europea y uno de los cinco hombres más poderosos del planeta; el ex premier Romano Prodi y el entonces ministro de Economía del Gobierno Berlusconi, Giulio Tremonti. Luego de su investigación el Fiscal consideró que estas consultoras económicas cometieron el delito de “abuso de información privilegiada” y de “manipulación del mercado”. Además de investigar la difusión de un documento económico que la Procura consideró “infundado e imprudente” en el cual se anunciaba que el sistema bancario italiano se encontraba en un riesgo similar al de Grecia. Se considera en la Procura que toda esta información hizo crolar el valor de los títulos italianos favoreciendo la especulación.
Las oficinas fueron allanadas con ordenes judiciales fundadas por el fiscal Michele Ruggiero. La causa recién comienza, pero es sustancial destacar que estas agencias, tan cuestionadas por ser quienes por un lado califican el riesgo país pero por el otro tienen intereses económicos ramificados que se benefician con la especulación internacional con tíulos de deudas cuyos valores suben o caen en base a sus propios informes, serán por primera vez llevadas a juicio.
Quiero decir con esto que la denuncia pública es importante. Pero esa es, en todo caso, tarea de la prensa. La política no hace su tarea real si sólo la denuncia en los discursos. Argentina pudo haber denunciado a estas agencias callificadoras de riesgo en los tribunales por el caso de la deuda externa, y buscar de ese modo clarificar cuál parte de deuda era real y cuál parte de una defraudación derivada de la especulación financiera internacional. Pero se optó por sólo denunciar desde la tribuna, y pagar al FMI de contado hasta el último centavo. También se denuncia “al mundo financiero” en los discursos, mientras no aparece una ley que grave impositivamente estas transacciones especulativas. Esto si que es “feito”.