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Mientras tanto no mientan tanto

jueves, 26 de enero de 2012

Cristina y el eterno retorno de la sanata política


Con un discurso de formas conchetas y argumentos incongruentes la Presidenta se refirió al caso de los allanamientos de las poderosas agencias calificadoras de riesgo económico que se realizan por estos días en Italia.

(ver video el video Aqui)

"Estaba mirando el allanamiento que se hizo en Italia a la consultora Fitch. Moreno es un príncipe al lado de los italianos. Y además no le pueden echar la culpa a Berlusconi. Imaginen Echegaray entrando a las consultoras... quedaría feito. No vi ningún editorial sobre ese tema".
Estas fueron parte de las declaraciones de la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner al reasumir sus funciones luego del intervento quirúrgico durante el cual, por fortuna, se descartó la presencia de células cancerígenas en su cuerpo.
Y desde aquí, desde esta Italia atravesada por la crisis y en pleno post berlusconismo sus afirmaciones resultan, al menos, curiosas y desinformadas no sólo del caso judicial en marcha, sino de elementales reglas de funcionamiento institucional. Vamos por parte.

La corrupción política y la Justicia
Desde que llegué aquí hace ya un año y medio no me han dejado de sorprender dos tipos de noticias constantes que aparecen en los medios. Unas son la enorme cantidad de casos de corrupción en la que se encuentran involucrados los funcionarios políticos y sus amigos del poder, tanto de la centro derecha como de la centro izquierda. Las otras son la gigantesca cantidad de casos judiciales en marcha y de ex poderosos tras las rejas. Aquí la Justicia funciona de un modo independiente del poder político, y esto se nota.
Como ejemplo cito dos casos que serían inimaginables para la Argentina. Aquí en la Región del Abruzzo, equivalente a una Provincia nuestra, el entonces Gobernador Ottaviano Del Turco fue detenido en su propio despacho por un flagrante caso de corrupción con la salud pública, mientras ejercía plenamente sus poderes constiitucionales. Por un caso de favoritismo en la contratación de servicios a privados fue detenido Luciano D’Alfonso, también en su propio despacho, intendente de la ciudad de Pescara, la capital de la Región. Para darnos una idea es como si en Córdoba una comisión policial fuera a detener hoy a José Manuel de la Sota (o a Eduardo Angeloz años atrás) en el pleno ejercicio de sus mandatos. O que ahora fueran diez policías con orden judicial a sacar de su despacho a Mauricio Macri en Buenos Aires. Inverosímiles acontecimientos porque en nuestro país es, por el momento, inimaginable una justicia independiente del poder político a este grado. Pero para no caer en confusiones y tentarse a pensar que esto ocurre a niveles inferiores de la política en Italia, basta recordar las decenas de veces que por causas diversas el ex Premier Silvio Berlusconi ha debido comparecer ante los tribunales durante el pleno ejercicio de su mandato, recordando que no sólo era el jefe del Gobierno sino el italiano más rico del país. Pocas semanas antes de dejar la presidencia Berlusconi fue sentenciado a pagar 500 millones de euros al Director del diario La Repubblica, acérrimo opositor a su Gobierno, con quien mantenía un litigio por haberse apropiado ilegalmente de una de sus empresas periodistica años atrás. Era la última instancia judicial, así que además de la condena millonaria el juez le ordenó al Presidente en funciones pagar en efectivo en un plazo máximo de diez días. Berlusconi despotricó otra vez contra “los jueces comunistas”, pero un día antes de que venciera el plazo hizo efectivo el pago.
Así que Italia desborda corrupción en su clase política, y esto sin entrar a considerar la cuestión de las mafias. Pero en ambos frentes la Justicia actúa con contundencia y una independencia admirable. “La legge è uguale per tutti”, se lee como lema insignia en cada sede judicial. Y “tutti” son todos, no todos menos los que están en el poder circunstancialmente.
Nuestros políticos han aprendido de los italianos sus peores características. Pero en Italia funciona, mal que le pese a muchos, una República que hace de la división de poderes una religión que la salva a su sociedad de la impunidad total y del discurso único siempre estimulado por los gobernantes. Aquí, más allá de la prensa que también denuncia, existen los jueces que investigan y condenan.

Feitos y prolijitos
Las groseras imprecisiones de Cristina hablando de un caso ocurrido en otro país demuestran el alto grado de sanata política que al máximo nivel gubernamental tenemos en Argentina y revelan la lógica de poder que nos gobierna desde hace décadas. Dijo que habían allanado “a una de las cuatro caificadoras más grande del mundo”, y al querer nombrarlas sólo nombró a tres, como son de hecho, dos estadounidenses y una francesa. “Y la cuarta, ehh, cuál es?... a Moody’s”, repitió una de las tres nombradas anteriormente por ella.
Y además no le pueden echar la culpa a Berlusconi, porque Berlusconi no está. Los que hicieron el allanamiento fueron los prolijitos del Fondo Monetario, todo el Gobierno técnico italiano”, afirmó suelta de cuerpo Cristina, donde su tono de voz y sus palabras conchetas suenan a las de Susana Gimenez, incluso por la inconsistencia de sus argumentos en este caso. No fue Berlusconi ni el Gobierno técnico de Mario Monti los que allanaron a la agencia calificadora. Fue la Justicia, pero ese dato no le resulta lógico a nuestra presidenta. Ella no puede imaginar un funcionamiento así de fuerte, independiente y poderoso de un fiscal cualquiera que actúa para hacer respetar la ley, caiga quien caiga.
Y para seguir la estructura de un discurso político mediocre y berreta que pone todo en blanco o negro, buenos y malos, ellos o nosotros, kirchneristas o golpistas, irónicamente se refirió a “prolijitos” ellos y “feitos” nosotros: “Imaginen Echegaray (jefe de la Afip) entrando a las consultoras... quedaría feito", observó Cristina en su discurso. Y no sé si quedaría “feito” pero por cierto podemos decir que sería, así planteado, un claro abuso de poder. Aquí no fue un funcionario político el que llegó a las oficinas de las consultoras más grandes del planeta, Standard&Poor’s, Moody’s y Fitch, sino la Procura della Repubblica (fiscalía federal) de la ciudad de Trani luego de una investigación realizada a partir de una denuncia de la federación de consumidores (Federconsumatori). En el desarrollo de esta investigación fueron tomados los testimonios de Mario Draghi, actual Presidente de la Banca Europea y uno de los cinco hombres más poderosos del planeta; el ex premier Romano Prodi y el entonces ministro de Economía del Gobierno Berlusconi, Giulio Tremonti. Luego de su investigación el Fiscal consideró que estas consultoras económicas cometieron el delito de “abuso de información privilegiada” y de “manipulación del mercado”. Además de investigar la difusión de un documento económico que la Procura consideró “infundado e imprudente” en el cual se anunciaba que el sistema bancario italiano se encontraba en un riesgo similar al de Grecia. Se considera en la Procura que toda esta información hizo crolar el valor de los títulos italianos favoreciendo la especulación.
Las oficinas fueron allanadas con ordenes judiciales fundadas por el fiscal Michele Ruggiero. La causa recién comienza, pero es sustancial destacar que estas agencias, tan cuestionadas por ser quienes por un lado califican el riesgo país pero por el otro tienen intereses económicos ramificados que se benefician con la especulación internacional con tíulos de deudas cuyos valores suben o caen en base a sus propios informes, serán por primera vez llevadas a juicio.
Quiero decir con esto que la denuncia pública es importante. Pero esa es, en todo caso, tarea de la prensa. La política no hace su tarea real si sólo la denuncia en los discursos. Argentina pudo haber denunciado a estas agencias callificadoras de riesgo en los tribunales por el caso de la deuda externa, y buscar de ese modo clarificar cuál parte de deuda era real y cuál parte de una defraudación derivada de la especulación financiera internacional. Pero se optó por sólo denunciar desde la tribuna, y pagar al FMI de contado hasta el último centavo. También se denuncia “al mundo financiero” en los discursos, mientras no aparece una ley que grave impositivamente estas transacciones especulativas. Esto si que es “feito”.

2 comentarios:

  1. 3 cantares diferentes:En Argentina,

    * La prensa no denuncia, escupe. Escupe mentiras y argumentos superficiales. De lo verdaderamente importante, ni media letra.
    * La Corte de Justicia vá avanzando, enjuiciando y sacudiéndose la impunidad.
    Vá dejando atrás epocas en que el ejecutivo se entrometía en el desempeño de los Tribunales, oscuras epocas en las que se debía obedecer al poder de turno.
    Hoy, al menos, se busca recuperar la transparencia.
    * Sobre CRISTINA y susana, lanzarse tal comparación desnuda una lamentable falta de juicio.
    Cristina habla de Dignidad.
    La otra, escupe.

    Nota: 1 de 2, o al escritor de esta nota se le cayó el sentido común cruzando el Atlántico, ó digirió pésimamente los últimos spaguetis.
    Prefiero creer en la 2.

    Laura Otero.-

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  2. David Buccini responde.
    Laura: Respecto a lo que escribiste en el blog me da un poco de cosa en el estómago que respondas así. Yo no escribí, es esta nota, sobre la política de derechos humanos del Gobierno, de la que comparto la revisión del pasado (acordate que marchamos contra la obediencia debida en 1987, y contra los indultos de Menem en el 89 sin el acompañamiento de los que hoy gobiernan, que casualmente estaban en el gobierno durante el indulto), pero cuestiono que la política de derechos humanos no sea extensiva con fuerza al presente. Pienso en la minería a cielo abierto (el agua es un derecho humano, verdad?), la depredación del mar argentino, la represión que sufren y la tierra negada a los pueblos originarios por el avance de la soja que la política del Gobierno en los hechos promueve y estimula, y las torturas en las comisarías que no se detienen, por citar algunos ejemplos de los derechos humanos hoy que no están en la agenda política del gobierno. Es largo el tema, pero no hablé en esta nota de eso. Tampoco escribí sobre la base de una información publicada en algún diario que yo no pudiera chequear desde aquí. En definitiva hice lo mismo que vengo haciendo desde que tengo 15 años (creo que a vos no debo explicarte mi vida en relación al periodismo). En este caso escuché no una opinión de otro sino las palabras de Cristina (dichas por cadena nacional como discurso, porque conferencias de prensa, curiosamente para un gobernande democrático, no hace). Y por otro lado conozco el tema del que habló porque lo sigo de cerca con ojo entrenado en casos judiciales. Y lo que dijo es, sin más, una huevada sin sustento de ningún tipo. Esto desde los argumentos del tema. Pero también me sorprendió su forma de hablar: “Feitos”, “prolijitos”, "too much", etc. Me pareció muy concheto su vocabulario, y esto sumado a que lo que dijo es una pavada sin fundamento, me sonó a Susana Giménez.
    Ahora bien. Estaría buenísimo que escribieras algo respecto a lo que puntualmente escribí. Qué pensás, por ejemplo, que un presidente cualquiera hable de un caso judicial de otro país confundiendo todos los roles institucionales y demostrando que no conoce el tema en profundidad (lo de "cuatro agencias calificadoras" es patético y suficientemente demostrativo de que no sabía con la necesaria profundidad que su investidura requiere de lo que hablaba). Una cosa así, en un periodista, es bochornoso. Y en un Presidente, vergonzoso. Esto es lo que escribí, sea Cristina o magoya quien gobierne.
    Desde siempre me he respetado a mi mismo, a este oficio-vocación de periodista. Y escribí y me enfrenté (cuando ninguno de los que ahora se llenan la boca lo hacían) contra las prácticas monopólicas y desinformativas de La Voz y el grupo Clarin en Córdoba, que es mi "habitat natural". "Nos mean, la prensa dice que llueve", reproduje en la presentación de un libro en 2001. Pero esto no quiere decir que me tenga que sentir comprometido con las cosas que un gobierno en mi opinión no hace bien, sólo porque pueda compartir algunas de sus líneas de acción.
    Lo peor que nos puede pasar a todos, querida Laury, es perder el sentido crítico frente a las cosas, desdibujarnos como seres de pensamiento independiente, capaces de razonar sin fanatismos, de diferenciar colores más allá del blanco y negro que desde los discursos de poder, históricamente, nos quieren imponer para manipularnos.
    PD: Los spaguetis me caen bárbaro, sobre todo los clásicos al aglio e olio, con vino rosso.
    PD 2: Podré pensar diferente a vos en cada cosa de estas, pero nunca dejaré de quererte, ni respetarte.

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