Repartan la publicidad Oficial y hagan cierta la prensa libre, el libre pensamiento

--------------------------------------------------------------
Mientras tanto no mientan tanto

martes, 30 de junio de 2009

Los políticos del poder en arenas movedizas


Que los Kirchner, los Schiaretti y los Sestopal sientan que el piso es resbaladizo


El juecismo garantizó la fiscalización de los comicios, y es un avance para la sociedad. Pero ya está fracturado en varios lugares, como en La Falda, aparentemente de manera irreconciliable



Por David Buccini


Hartos de las mentiras oficiales del kirchnerismo gobernante, los ciudadanos dieron por finalizado el liderazgo de Néstor y Cristina. Una de estas mentiras trató de ubicar a quienes critican a la pareja gobernante en la vereda de la derecha campestre y golpista. De burda, la mentira cayó hecha añicos como los números de la inflación oficial.
El ex Presidente contó con un importante apoyo al inicio de su gestión. Luego del exiguo 22 % obtenido frente a Carlos Menem, y ante la imperiosa necesidad de hacer pie ante una sociedad que venía de expulsar presidentes en la crisis del 2001, Kirchner avanzó con medidas tendientes a lograr esos apoyos de la opinión pública. Así, en los primeros meses, nombró nuevos miembros que prestigiaron la Corte Suprema de Justicia de la Nación, anuló la ley de Obediencia Debida, y mandó proyectos al Parlamento vinculados a la Ley de Bosques, de Reforma Política, con la eliminación de las listas sábanas incluida, entre otros que se encontraban en perfecta sintonía con las demandas populares. Pero una vez que hizo pié, ayudado por los vientos favorables de la economía internacional y los precios de los granos, Kirchner comenzó a mostrar su verdadero rostro. Así, la Ley de Bosques fue aprobada recién al comienzo del mandato de Cristina, pero luego que Green Peace presionara al Congreso con la presentación de un millón de firmas. Luego, el Ejecutivo demoró un año más en reglamentarla, al día siguiente de la tragedia de Tartagal. En tanto que el proyecto de reforma política, gestado por Kirchner al calor del “que se vayan todos”, todavía espera tratamiento legislativo. Y estos son apenas dos ejemplos de la mentira kirchnerista, sin entrar a considerar los escalofriantes casos y denuncias por corrupción en empinados miembros de su Gabinete.
El ejemplo más escandaloso fue el reciente veto Presidencial a la Ley de Protección del ambiente periglaciar, que establecía la prohibición de la minería a cielo abierto con contaminantes para las fuentes acuíferas. Los especialistas lo llamaron el veto “Barrick Gold”, en referencia a la mayor empresa minera del mundo, que se apresta gracias a los Kirchner a operar en la inmensidad de Pascua Lama, un territorio binacional compartido con Chile.
Así, aquellos negocios espurios del menemismo en los 90, vinculados a las privatizaciones en condiciones calamitosas para los ciudadanos, fueron reemplazados por el negocio minero contaminante en América Latina. En aquél proceso regional, Menem hizo lo que los Kirchner en este proceso regional de negocios corruptos que atentan en este caso contra el medio ambiente. También había prometido recuperar la red ferroviaria. Pero lo que hizo fue prorrogarles las concesiones a los empresarios beneficiados por Menem, a quienes les llenó los bolsillos de millonarios subsidios.

Arenas movedizas
Es un refugio a la razón que aún la ciudadanía no consagre a ninguno de estos dirigentes truchos con una masa de votos contundente. Imaginemos que, en lugar de haber perdido el domingo último, Kirchner hubiera ganado. E imaginemos además que algunos de estos políticos pudieran consolidar un mandato con el apoyo del 50 por ciento de los argentinos. En ese caso, no tendrían las mínimas barreras que hoy se le imponen, y arrasarían con lo poco de institucionalidad que nos queda. Analizado el punto, agradezco que allí arriba, en el poder nacional, provincial o municipal, se sientan parados como en arenas movedizas. Lo más importante de estas elecciones es que ningún gobernante haga pie. Que todos sientan la incertidumbre que sentimos todos frente a las perspectivas angostas de futuro. Si ellos no hacen pié, como no lo hizo Kirchner al comienzo, entonces estarán obligados a escuchar las demandas de la sociedad y a trabajar, al menos por un tiempo, en consecuencia.
Que el piso por donde caminan quienes nos gobiernan, mientras se trate de estos decadentes exponentes de la política, desde los Kirchner, los Schiaretti o los Sestopal, se mantenga resbaladizo. Es, por ahora, nuestro único reaseguro.

Tripartito y sin dueño
Es cierto, como dice Luís Juez, que los aparatos le apuntaron y que debió pelear con mínimos recursos contra billeteras gigantes. Tan cierto como que desde el comienzo de esta olvidable campaña política no logró sintonizar con las demandas actuales de los cordobeses para asegurarse una victoria más amplia, como pintaba. Su error estratégico más importante fue tal vez no haber advertido desde qué lugar partió en esta carrera. Cuando bajaron la bandera de largada, todos los cordobeses conocían a Juez. Y todos conocían sus denuncias. Y todos sabían que le habían choreado la elección a Gobernador, como le gusta decir ¿Por qué no aprovechó los cientos de minutos en medios audiovisuales y páginas enteras en diarios y revistas para proponer un camino? Juez, mal asesorado o acaso sin el mínimo asesoramiento, sólo repitió el discurso que ya todos conocían y, al parecer, cansó a varios.
Es cierto que ahora logró fiscalizar el interior y evitar otro fraude. Por ese sólo hecho, el respeto a la voluntad popular en un sistema electoral que pide cambios y garantías a gritos, hay que agradecerle al ex intendente de Córdoba, haya uno votado a quien haya votado. Es un avance.
Pero también es cierto que su armado político dista mucho de ser el ideal para enfrentar el desafío máximo de la Gobernación y el de cada municipio. Por caso, en La Falda su lista ganó. Pero mientras tanto ya existen en el Partido Nuevo local dos sectores en apariencia irreconciliables. Ninguno de ellos garantiza un triunfo sobre Unión por Córdoba en 2011. Muchos de ellos, lo saben, no tendrían las mínimas chances para aspirar a la intendencia. El tripartidismo de la Provincia se proyecta sobre cada ciudad y pueblo, casi matemáticamente. Los peronistas, se sabe, se unirán para las próximas por su especial sentido de preservación de la especie. Así lo han hecho siempre ¿Habrá alianza entre juecistas y radicales?

1 comentario:

  1. Muy interesante tu nota, ya la había leído en el Ecos y de ahí me trasladé a este blog, un gusto conocerte.
    Soy nueva habitante de La Falda y también colaboradora de una de las agrupaciones políticas así que leer a un periodista de opinión local es un verdadero aporte.
    Un gusto...

    ResponderBorrar

Todos pueden opinar, mucho mejor si no se trata de un anónimo.