lunes, 24 de mayo de 2010
Monopoly: el juego preferido de los Amigos del Poder
Los precios sobrevaluados de las propiedades comerciales y viviendas de La Falda
La nota publicada en esta contratapa la primera semana de mayo, titulada “Una evidente estafa con los precios de los locales comerciales en La Falda”, ha despertado un debate inesperado y creciente. Es evidente, el tema afecta a demasiadas personas de diversas maneras. La carta de una lectora publicada en la versión digital de www.buccinipress.blogspot.com, es una buena síntesis de los comentarios recabados en la ciudad.
“La irracionalidad inmobiliaria ha trascendido Villa Edén y abarca otros barrios y ciudades. La culpa de esta burbuja que pronto explotará, viene impulsada por varias inmobiliarias y muchos “ingenuos” inversores, que poco saben de desarrollos inmobiliarios y juegan al “nuevo monopoly”. Poca ética comercial reflejan quienes hablan de rentabilidad presunta. La renta se asocia a la realidad del mercado y a la lógica comercial. Comparto que los precios de los alquileres y de las propiedades en general están sobrevaluadas y lo menciono con conocimiento, mi mejor amigo hoy construye sobra Av. Edén y sobre calle 9 de Julio .Constantemente hablamos de las inversiones, costos y mercado, muchos conocemos los costos y los por menores de la construcción y es una locura que inmobiliarias e inversores sostengan sumas siderales, por una comisión o por una rentabilidad absurda. Un departamento hoy en La Falda no puede superar los u$s 1200 el m2, y los locales sobre Av. Edén se pueden manejar entre u$s 2200 y u$s 2800 el m2.
Hoy en La Falda hay departamentos a u$s 1600 el m2. Conviene comprar en Córdoba o en Maini (Florida - u$s 1200 el m2. con un interesante retorno).
La inmobiliaria, principal culpable: ¿Cómo puede ofrecer una propiedad (local) a u$s 240.000 cuando la renta mensual es de $3500? O la inmobiliaria es cínica o el inversor es estúpido. Para los que saben, el porcentaje de la renta no condice con el valor de la inversión, solo moviendo ese dinero en el sistema financiero te daría unos $8000 o $10.000 mensuales. No tengo dudas que esto se quebrará en cualquier momento”. Firmado por Marta.
Monopoly, el juego que más representa al capitalismo salvaje
Se trata de un juego de mesa de bienes raíces, que es uno de los juegos de mesa comerciales más vendidos del mundo.
Como el nombre sugiere, el objetivo del juego es hacer un monopolio de oferta, poseyendo todas las propiedades inmuebles que aparecen en el juego. Los jugadores mueven sus respectivas fichas por turnos en sentido horario alrededor de un tablero, basándose en la puntuación de los dados, y caen en propiedades que pueden comprar de un banco imaginario, o dejar que el banco las subaste en caso de no ser compradas. Si las propiedades en las que caen ya tienen dueños, los dueños pueden cobrar alquileres o quien caiga podrá comprárselas.
El juego se hizo popular en los Estados Unidos en 1935, y tuvo su correlato argentino con el recordado “Estanciero”, donde se podían ir comprando territorios y provincias, acrecentando después su valor incorporando granjas y chacras.
La interpretación más acertada que los propios jugadores aceptan, es que el juego de Monopoly dramatiza al mundo capitalista y sus atractivos de acumulación de riqueza, competitividad y selección de los mejores para obtener los lugares de privilegio en la sociedad. Para acumular riqueza es necesario competir y ganarle a los demás, aunque esta ganancia genere pobreza o riesgo de vida en los otros que son considerados “contrincantes”. En el espacio lúdico desarrollamos nuestra participación en la expresión dramática de nuestra posibilidad de asumir riesgos para ganar aunque sea a costa de la dominación y sometimiento de los demás. Más clarito, echale agua.
El Monopoly está de moda en La Falda
Como puede observar cualquiera, un puñado de personas identificadas como “los Amigos del Poder”, parece que se pasan noches enteras diseñando estrategias para lograr un monopolio propietario que les permita, efectivamente, concentrar los precios de la oferta, manejando de este modo el mercado inmobiliario local.
Son actores privados, pero muy relacionados con el Gobierno del Gran Pez Marcos Sestopal, quien está totalmente decidido a favorecerlos con todas las medidas a su alcance. Por caso, casi todo lo que organiza el secretario de Turismo Daniel Buonamicco se concentra dramáticamente en la Avenida Edén, generando en verano una movida tal que termina confundiendo a visitantes con intenciones de radicarse en la ciudad. Y esto a pesar del enorme contrasentido que significa ofrecer todos los espectáculos gratuitos que traen mucha cantidad de gente pero con escaso poder de compra. Pero el detalle pareciera no importar. Quienes vienen a afincarse a la ciudad son en general personas que se alejan de las grandes ciudades, muchas sin experiencia comercial, que se deslumbran por el brillo efímero de las multitudes concentradas del verano, y que luego de onerosas inversiones comienzan marzo agarrándose la cabeza, sin entender cómo es posible que tanto dinero invertido no rinda ni para pagar los gastos. Y entendiendo, a mediados del primer invierno, que han sido víctimas silenciosas de una estafa.
Sin mayor inserción social, estas familias recién llegadas son engañadas en su buena fe y más temprano que tarde se van de la ciudad sin que nadie se entere, dejando el local comercial vacío como una trampa caza bobos a la espera de la próxima víctima.
Mientras tanto, los jugadores del Monopoly local siguen sumando ganancias y más propiedades, sin importar si generan pobreza o riesgo de vida. Todo sea por la dominación y el sometimiento de los demás.
¿Querrá alguno de ellos también gobernar La Falda, proponiéndose como próximo candidato a Intendente por el oficialismo?
No es imposible que ese sea el paso final para logar el soñado Monopoly
viernes, 7 de mayo de 2010
Una evidente estafa con los precios de los locales comerciales en La Falda
Algunas inmobiliarias venden/alquilan comercios con una rentabilidad presunta que no es cierta
Un local comercial en la Av. Edén vale siete veces más que en Puerto Madero. Y los alquileres son impagables en relación a la economía ¿Por qué hay que poner dinero de todos en la obra de remodelación, sin costo para los frentistas propietarios, que son millonarios?
Una elite propietaria con pretensiones absurdas está dejando a La Falda fuera de contexto para potenciar un desarrollo comercial y económico sustentable. Especialmente en locales comerciales sobre la Av. Edén, pero no sólo allí, los precios de los alquileres son ridículamente altos en comparación con la rentabilidad presunta de los mismos, durante todo el año. Y como una reafirmación de esta cosa generalizada en la ciudad, los valores de alquiler y de venta siguen subiendo, sin tope aparente, a pesar de los magros resultados económicos de las últimas temporadas y de los inviernos cada vez más duros, como el que estamos enfrentando por estos días.
Toda este desequilibrio no es sólo una responsabilidad de los propietarios, sino de un grupo de inmobiliarias que fija precios absurdamente altos para la región y, como veremos, incluso en comparación con las zonas más caras de la Argentina.
La Edén, más cara que Puerto Madero y PinamarPor los locales recientemente construidos en la esquina de Av. Edén y Argentina, donde termina la mano única en dirección al Cuadrado, sus propietarios lo tienen a la venta en u$s 240.000 (sí, dólares). Unos locales a punto de construirse en Av. Edén y Mariano Moreno, cuyas dimensiones serán de 32 M2, se está ofreciendo por estas horas a u$s 210.000, o sea la friolera de u$s 6.562 el M2. Leyó bien, casi siete mil dólares el metro cuadrado de un local sobre Av. Edén. En tanto que en el centro de Pinamar, lugar top de la costa Atlántica, un coqueto local en una estructura enorme de ladrillo visto, tejas y madera, de 42 M2, se puede comprar en u$s 50.000 (1), a razón de u$s 1.190 el M2, o sea menos del 20 % del valor que piden en La Falda, con una afluencia turística menor y con turistas de menos poder adquisitivo.
Pero la odiosa comparación resulta más reveladora cuando llevamos el ejemplo al absurdo. En Puerto Madero, Azopardo 500 (2), una fabulosa esquina comercial de 350 m2(foto que ilustra esta nota), con una circulación incomparable de personas con poder adquisitivo durante todo el año, se puede comprar en u$s 330.000, menos de mil dólares el metro cuadrado, contra los siete mil de La Falda, que apenas trabaja comercialmente, con suerte, unos cien días al año ¿En qué cabeza cabe? ¿Cuál es la intención de este evidente sobre precio pretendido aquí?
También en el valor de los alquileres la incongruencia es evidente.
En Av. Edén al 300, un enorme local que hasta hace poco tiempo fue una librería, pretenden $ 11.000 pesos por mes de alquiler ¿Qué rubro puede ser rentable en La Falda para pagar esa suma mensual, sólo en alquiler?
La primera consecuencia nefasta de estos precios desfasados de la realidad económica de la zona es la altísima tasa de rotación que puede observarse en los comercios. Sólo permanecen en el tiempo aquellos comercios que son explotados por sus propietarios. O los de familiares de personas muy adineradas, que evidentemente no viven de la actividad.
Cualquier local con seis, ocho metros de frente no vale menos de cuatro o cinco mil pesos por mes ¿Quién puede razonablemente pagarlo?
16 mil habitantes, dos mil comercios La Oficina de Comercio de la Municipalidad de La Falda parece mucho más ordenada que años atrás. Algunas reformas normativas, como la revalidación anual de la habilitación comercial, y el ordenamiento administrativo de miles de expedientes defectuosos, entre otras tareas, le han dado al área que dirige el peronista histórico René Martini un marco más previsible y ordenado. Allí se encuentran hoy registrados unos 2.000 comercios habilitados que generaron un ingreso anual por tasa de comercio, en el año 2009, de aproximadamente tres millones de pesos. En el año 2004, justo antes del despegue económico post crisis 2001, esa cifra alcanzaba apenas los $ 241.000. El crecimiento comercial ha sido, en este lustro, exponencial. Y con ese crecimiento parecen haberse disparado también los precios de los alquileres y venta de locales comerciales. Pero en la actualidad esta situación parece haber llegado a un techo. Y los precios, mucho más altos de lo razonable, se espera que en breve, invierno mediante, tiendan a la baja.
En cualquier caso, y más allá de que La Falda pueda considerarse el centro comercial del aglomerado urbano de algo más de 30 mil personas que viven desde Valle Hermoso hasta Villa Giardino, los dos mil comercios suenan a una cantidad exagerada que sólo podría entenderse a partir de temporadas turísticas espectaculares en cantidad de visitantes, y con buen poder adquisitivo. Como cualquiera puede darse cuenta, ninguna de las dos cosas ocurren. Pero igual, como si en una burbuja se viviera, los precios siguen subiendo ¿Por qué?
Si no es una estafa ¿Qué es? “Te venden una rentabilidad que no es real”, afirma sin vueltas un agente inmobiliario local, serio e histórico en el rubro.
Desesperados por la inseguridad de las grandes ciudades, hartos del desquicio urbano que sufren, miles de personas optan, año a año, por afincarse en alguna ciudad pequeña o pueblo del interior. Y llena de gente en temporada alta, con todas las actividades oficiales concentradas en la Av. Edén, la cosa llama a engaño. Así, muchos agentes inmobiliarios se aprovechan de la necesidad de estas personas y les arrebatan sus ahorros vendiendo una ilusión que, ya en febrero, comienza a revelarse como una farsa.
¿Por qué todo el esfuerzo municipal se concentra en una avenida céntrica en desmedro de todo lo demás? ¿A quiénes favorece semejante disposición de dineros públicos sino sólo a un puñadito de propietarios privilegiados que te quieren cobrar el metro cuadrado de un local comercial siete veces más de lo que sale en Puerto Madero, lo más caro del país? Y como si fuera poco, a estos especuladores consuetudinarios a quienes evidentemente no les interesa que los comercios sean volátiles ni que a la gente engañada con la renta presunta pierda sus dineros, ahora se les donará la friolera de cinco millones de pesos con la remodelación de la Av. Edén, que hará crecer la brecha entre esa única arteria y el resto de la ciudad.
Son un grupo de privilegiados que desequilibran la economía del lugar, que sólo miran sus intereses mezquinos, pero que no dudan a la hora de presionar al Intendente amigo Marcos Sestopal para que la ciudad siga poniendo todo en su propio beneficio.
Hay muchos locales vacíos en la Edén. Ojalá estas líneas colaboren para que quede un desierto allí donde algunos propietarios y sus agentes inmobiliarios buscan chuparle la sangre a los desprevenidos, desmereciendo el desarrollo armónico y sustentable de la ciudad.
(1) http://www.adoos.com.ar/post/2795339/venta_o_alquiler_de_local_en_pinamar
(2) http://aviso.zonaprop.com.ar/356057-azopardo-500-puerto-madero-capital-federal
viernes, 23 de abril de 2010
El crimen del Banco de Córdoba, sucursal La Falda
Foto de fachada de Sede Central del Banco de Córdoba ¿También será reformada por los genios que diseñan "la nueva imagen" de la entidad?
Sin miramientos ni consideraciones, las máximas autoridades del Banco de Córdoba consumaron el desguace de uno de los edificios más tradicionales de la ciudad. Una parte más de nuestra identidad, tirada a la basura
Ingresar al Banco de Córdoba de La Falda genera una angustia sin consuelo al comprobar el crimen que las autoridades provinciales de la entidad han cometido con el interior del edificio histórico.
Ya no está el piso de parqué con su cálida madera en toda la gran extensión del salón principal. Ahora, algunos genios del marketing han considerado que eso era algo viejo, tal vez pasado de moda, y entonces lo levantaron todo, lo tiraron a la calle, y pusieron un piso de porcelanato blanco, como el que puede encontrarse en los baños de las estaciones de servicio y por donde cientos de jubilados harán un tránsito difícil, resbaladizo y más inseguro hasta las cajas donde les pagan sus magras jubilaciones.
El enorme mostrador de madera trabajada, con detalles en metal y las clásicas ventanitas con barras de bronce de cada cajero corrió la misma, ingrata suerte. Fue desguazado y arrojado a la calle. Lo mismo ocurrió con las fotos gigantes que revestían la enorme pared del lado derecho, siempre en su interior. Recuerdo una de la Avenida Edén, cuando era doble mano. Otra vista general de La Falda tomada desde un lugar cercano al Retiro Betaña. Y otra de similares dimensiones de un corral para animales, posiblemente ya en Pampa de Oláen, décadas atrás.
Así que ahora uno ingresa a una especie de baño gigante, blanco, brilloso el piso, sin la mínima calidez. Un espacio abierto visualmente gélido, que bien podría ser la sucursal de un banco cualquiera en un barrio de una gran ciudad.
Al final de la enorme sala, unas cajas de madera blanca con un vidrio medio verdoso que va desde el techo más bajo en ese sector hasta la altura de mostrador, donde los empleados pierden el rostro. En esos cubículos horribles bien se podría en breve poner unos cajeros automáticos y, por qué no, algunas máquinas traga monedas, para cerrar el desplume de jubilados y jornaleros.
La identidad perdida
Si uno ingresa a la página web del Banco de Córdoba, que por caso ya no se llama así, sino BanCor, se puede ingresa al link “Historia y Patrimonio”, donde se destaca que “la sede central (en calle San Jerónimo) es uno de los primeros edificios construidos especialmente para una entidad financiera en América Latina y constituye una de las obras más relevantes del patrimonio arquitectónico de la provincia. Fue declarado monumento histórico provincial en 1993 y nacional en el 2000”.
Y seguramente gracias a estas declaraciones patrimoniales los genios del rediseño del Banco no están pensando en tirarlas abajo, tal vez cambiando sus columnas al ingreso por alguna marquesina con neón.
En La Falda, como seguramente está ocurriendo u ocurrirá en todas las sucursales de la Provincia, las autoridades del Bancor están destruyendo la identidad local, sin ningún tipo de miramientos, de modo autoritario, inconsulto, constituyendo un verdadero atropello que no mide nada. De acuerdo a la poca información que este medio pudo obtener, todo se trata de la “nueva imagen institucional” que está en marcha. Que es, dicho sea de paso, una curiosa manera de conservar una imagen cuando se destruye la arquitectura original, ya casi antigua y totalmente ligada a la historia de un pueblo y se la reemplaza por algo uniforme, diseñado en alguna oficina para todos igual, e iguales a todos los otros bancos.
Lo que están haciendo las autoridades del Bancor en un crimen premeditado de la identidad forjada de estas sucursales históricas, tradicionales en los pueblos y ciudades del interior. Y no es descabellado pensar que tanto desatino y tanta prepotencia sólo haya sido posible en la concreción de algún negocio espurio. En este país, en esta provincia, en esta ciudad, el perfeccionamiento de la corrupción está dado en que ya no sólo hacen una nueva obra para afanar, sino que si es necesario se destruye el patrimonio. Estaríamos, desde esta perspectiva, ante un estadio superior de la corrupción: destruir para afanar, o afanar destruyendo.
Además ¿a ninguna institución, escuela, lo que sea, le servía eventualmente los muebles que fueron a parar a la basura? El desdén es manifiesto. El desprecio al patrimonio histórico local, total.
¿Se pueden salvar las puertas de ingreso?
El interior ya fue devastado ¿Hay posibilidad de que se salve la fachada? ¿Podrían declararse Patrimonio Municipal?
Como puede observarse, las gigantescas puertas metálicas labradas del frente están a punto de desaparecer. De las tres puertas, dos ya tienen por delante vidrios fijos, lo que augura su pronta desaparición.
¿A qué normativa responde todo este desguace? ¿No había ninguna posibilidad de adaptar estas nuevas normas al interior arquitectónico y decorativo tradicional, histórico? ¿Alguien se imagina que destruyan todo el mobiliario y modifiquen el ingreso de la sede central, diseñada por el arquitecto Tamburini, en pos de la seguridad?
Los genios del Bancor han transformado un edificio tradicional de La Falda en una escenografía kitsch, destemplada, más emparentada a las grandes urbes que a una pequeña ciudad serrana, que otra vez ha sido avasallada, despojada sin consulta de uno de sus edificios y mobiliario más tradicionales, vejada su identidad, en este caso por las autoridades del Banco de La Provincia.
jueves, 15 de abril de 2010
El Gran Pez desprecia otra vez la participación de los vecinos
El ex Presidente del Consejo de la Ciudad, Juan Carlos Grenade, ladero de Sestopal
La obra de la Av. Edén, de concretarse en breve, es otra muestra cabal acerca del marcado autoritarismo del Intendente Marcos Sestopal
Tenía una imagen llena de contradicciones y por lo tanto no definida del ex presidente del Concejo de la Ciudad de La Falda, en dos períodos consecutivos, Juan Carlos Grenade.
El inicio de su partición pública ciudadana me llenó de dudas. Durante la época de nerviosas y multitudinarias Asambleas de Autoconvocados por el Gas a Precio Justo, se decidió exigir por nota al Intendente Marcos Sestopal que convocara de inmediato al Consejo de la Ciudad, anulado durante todo su primer mandato. Se le recordaba que la entidad estaba explícita en la Carta Orgánica, y que se recurriría a la Justicia si seguía negándola. Así que, sin previo aviso, el súper secretario Miguel Maldonado llamó a unos cuantos amigos por teléfono y convocó a una reunión para conformar la entidad y, de paso, elegir a las autoridades. Pero como era un momento de gran movilización social a causa del robo que se intentaba con el gas, la voz corrió rápido y muchos representantes de instituciones no invitadas por el oficialismo fueron a la convocatoria. Allí la cosa casi se le complica a al Gran Pez Sestopal y sus laderos, y por muy poco margen lograron, finalmente, imponer el primer presidente del Concejo de la Ciudad. El bendecido por el oficialismo fue, precisamente, Grenade.
En aquella primera reunión a las apuradas, después de cinco años de no convocar a las instituciones, el oficialismo intentó impedir la participación del arquitecto Armando Galera, aduciendo que no representaba a la entidad que decía representar. Papeles en mano, la aceptación fue inevitable en la próxima reunión. Y este hecho no fue menor, toda vez que Galera era, además, de la Comisión de los Autoconvocados por el Gas y uno de los firmantes de la nota que pedía resucitar dicho Consejo.
Patinando sobre el Siete Cascadas“Calláte flaco, cortála con las preguntas”, dijo Grenade a este cronista en la recordada Audiencia Pública por la nueva licitación del Siete Cascadas, hace más de un año atrás, en el concurrido salón del Automóvil Club. Y todo cuando se le pedía explicaciones públicas no a él, sino a los concejales del oficialismo, con Francisco Mendieta e Iván Aliverti a la cabeza de la desvergüenza granpecista, vociferando Aliverti que él no gobernaba para mí ¿?, y que sin importar lo que se dijera votarían cinco a tres y a cantarle a Magoya.
¿Por qué, mientras los vecinos, haciendo uso de los derechos que confiere la Audiencia Pública, preguntaban, el entonces Presidente del Consejo de la Ciudad quería cortar de cuajo el debate? Todo esto lo expresé en un artículo publicado en Ecos de Punilla, sembrando dudas acerca de la personalidad y las verdaderas intenciones de Grenade, quien mientras estaba al frente de la mayor entidad local, que reúne a todas las instituciones para el debate de los temas de interés general, adoptaba en ese momento una actitud tan cerrada y, por caso, prepotente.
Luego vino, meses más tarde, la reelección de Grenade al frente de la entidad. Pero las cosas ya no eran igual. Entonces, una mayoría de Consejeros optó por una fórmula de transición, renovando la confianza en Grenade pero “rodeándolo” y aclarando que como voceros de la entidad se alzaba ahora una especie de triunvirato. O sea se lo sostenía, pero con ciertas y evidentes reservas y limitaciones en su accionar político. Parece que algunos lo veían venir.
El Consejo se puso pantalones largos
Este nuevo esquema de poder dentro de la entidad madre comenzó a dar evidencias del cambio interno operado. Con más fuerza se presentaron resoluciones y análisis contrarios a las intenciones del oficialismo en varios campos. El más evidente fue durante la última Audiencia Pública sobre el Presupuesto Municipal, donde se emitió un comunicado muy duro concerniente al manejo de los dineros públicos por parte del Gran Pez y sus laderos.
Luego fue el turno del Plan de Desarrollo Estratégico que impulsó el Gobierno, contratando para ello, a unos 200 mil pesos en principio, a expertos de la universidades Católica y Nacional de Córdoba. Y apenas se largó la iniciativa, florecieron los problemas. Convocatorias pobres, encuestas flojitas, falta de ideas. En definitiva, mucho ruido y pocas nueces al amparo de los sellos de dos casas de altos estudios.
De cualquier manera, y a pesar de la poca convocatoria y las muchas dudas generadas, se estaba dando un paso importante. Pero fue poco lo que duró el romance, hasta que el propio ConSejo de la Ciudad emitió un durísimo documento sobre el trabajo que se venía realizando. De ahí al verano y ahora, otra vez, a las puertas del nuevo invierno.
La novedad fue que, en la nueva elección de autoridades del Consejo de la Ciudad, Grenade deja la Presidencia y pasa a una discreta segunda vocalía en representación del Centro Vecinal del barrio Villa Edén. Punto aparte.
La remodelación inconsulta de la Avenida Edén
Fiel a su estilo autoritario de Gobierno, el Gran Pez apenas informó sin mayores detalles a sus amigos con negocios sobre la Av. Edén acerca de los cambios que se vienen. “Esto no es como la obra del gas. Aquí el frentista no tiene que pagar nada… así que no habrá problemas con esto”, le respondió hace un par de semanas a Jorge Domínguez, de TDC, quien lo consultó por los incipientes reclamos de participación ciudadana.
De acuerdo al ideario que inspira a nuestro Intendente, si uno no paga la obra no tiene por qué ser informado ya que, se deduce, no tiene por qué opinar. Así de fascista su pensamiento profundo, despreciando a los vecinos como seres inferiores que acaso molesten de vez en cuando con sus inquietudes.
Pasan los años y Sestopal no aprende. Y ya se perdieron todas las esperanzas. Pero lo más curioso fue que, cuando “informaron” de la obra en el Concejo Deliberante, el vocero del Gran Pez fue nada menos que el mismo Grenade.
Este medio dio cuenta de esa sesión, del mamarracho esbozado como ante proyecto, de las imprecisiones y las dudas que generaron. Los que venían a informar, Grenade a la cabeza, poca idea tenían del proyecto. Incluso llegaron al ridículo al mostrar unos croquis a lápiz, tipo dibujitos de escuela primaria, con lo que sería, posiblemente, algunos detalles de ornamentación de la futura avenida.
Dos períodos al frente del Consejo de la Ciudad, impulsando la participación ciudadana, reclamando canales de diálogo al Gobierno, exigiendo que se cumplan las normas, y un verano más tarde siendo parte de una estrategia de ocultamiento de información pública por parte del Gobierno.
Hace dos semanas, en este semanario, el arquitecto Galera dio sobradas razones para que el Gran Pez reconsidere el modo de llevar adelante esta importante obra, informando, abriendo la participación, convocando como manda la Ley a un concurso de proyectos para elegir el más conveniente para la ciudad.
Tenía una imagen llena de contradicciones acerca de Grenade en razón de su zigzagueante participación pública comunitaria. Pero con esta última actuación suya, blandiendo un dibujito y riéndose junto al Gran Pez de la participación ciudadana, ya no quedan dudas.
Las imposturas no son fáciles de sostener.
La obra de la Av. Edén, de concretarse en breve, es otra muestra cabal acerca del marcado autoritarismo del Intendente Marcos Sestopal
Tenía una imagen llena de contradicciones y por lo tanto no definida del ex presidente del Concejo de la Ciudad de La Falda, en dos períodos consecutivos, Juan Carlos Grenade.
El inicio de su partición pública ciudadana me llenó de dudas. Durante la época de nerviosas y multitudinarias Asambleas de Autoconvocados por el Gas a Precio Justo, se decidió exigir por nota al Intendente Marcos Sestopal que convocara de inmediato al Consejo de la Ciudad, anulado durante todo su primer mandato. Se le recordaba que la entidad estaba explícita en la Carta Orgánica, y que se recurriría a la Justicia si seguía negándola. Así que, sin previo aviso, el súper secretario Miguel Maldonado llamó a unos cuantos amigos por teléfono y convocó a una reunión para conformar la entidad y, de paso, elegir a las autoridades. Pero como era un momento de gran movilización social a causa del robo que se intentaba con el gas, la voz corrió rápido y muchos representantes de instituciones no invitadas por el oficialismo fueron a la convocatoria. Allí la cosa casi se le complica a al Gran Pez Sestopal y sus laderos, y por muy poco margen lograron, finalmente, imponer el primer presidente del Concejo de la Ciudad. El bendecido por el oficialismo fue, precisamente, Grenade.
En aquella primera reunión a las apuradas, después de cinco años de no convocar a las instituciones, el oficialismo intentó impedir la participación del arquitecto Armando Galera, aduciendo que no representaba a la entidad que decía representar. Papeles en mano, la aceptación fue inevitable en la próxima reunión. Y este hecho no fue menor, toda vez que Galera era, además, de la Comisión de los Autoconvocados por el Gas y uno de los firmantes de la nota que pedía resucitar dicho Consejo.
Patinando sobre el Siete Cascadas“Calláte flaco, cortála con las preguntas”, dijo Grenade a este cronista en la recordada Audiencia Pública por la nueva licitación del Siete Cascadas, hace más de un año atrás, en el concurrido salón del Automóvil Club. Y todo cuando se le pedía explicaciones públicas no a él, sino a los concejales del oficialismo, con Francisco Mendieta e Iván Aliverti a la cabeza de la desvergüenza granpecista, vociferando Aliverti que él no gobernaba para mí ¿?, y que sin importar lo que se dijera votarían cinco a tres y a cantarle a Magoya.
¿Por qué, mientras los vecinos, haciendo uso de los derechos que confiere la Audiencia Pública, preguntaban, el entonces Presidente del Consejo de la Ciudad quería cortar de cuajo el debate? Todo esto lo expresé en un artículo publicado en Ecos de Punilla, sembrando dudas acerca de la personalidad y las verdaderas intenciones de Grenade, quien mientras estaba al frente de la mayor entidad local, que reúne a todas las instituciones para el debate de los temas de interés general, adoptaba en ese momento una actitud tan cerrada y, por caso, prepotente.
Luego vino, meses más tarde, la reelección de Grenade al frente de la entidad. Pero las cosas ya no eran igual. Entonces, una mayoría de Consejeros optó por una fórmula de transición, renovando la confianza en Grenade pero “rodeándolo” y aclarando que como voceros de la entidad se alzaba ahora una especie de triunvirato. O sea se lo sostenía, pero con ciertas y evidentes reservas y limitaciones en su accionar político. Parece que algunos lo veían venir.
El Consejo se puso pantalones largos
Este nuevo esquema de poder dentro de la entidad madre comenzó a dar evidencias del cambio interno operado. Con más fuerza se presentaron resoluciones y análisis contrarios a las intenciones del oficialismo en varios campos. El más evidente fue durante la última Audiencia Pública sobre el Presupuesto Municipal, donde se emitió un comunicado muy duro concerniente al manejo de los dineros públicos por parte del Gran Pez y sus laderos.
Luego fue el turno del Plan de Desarrollo Estratégico que impulsó el Gobierno, contratando para ello, a unos 200 mil pesos en principio, a expertos de la universidades Católica y Nacional de Córdoba. Y apenas se largó la iniciativa, florecieron los problemas. Convocatorias pobres, encuestas flojitas, falta de ideas. En definitiva, mucho ruido y pocas nueces al amparo de los sellos de dos casas de altos estudios.
De cualquier manera, y a pesar de la poca convocatoria y las muchas dudas generadas, se estaba dando un paso importante. Pero fue poco lo que duró el romance, hasta que el propio ConSejo de la Ciudad emitió un durísimo documento sobre el trabajo que se venía realizando. De ahí al verano y ahora, otra vez, a las puertas del nuevo invierno.
La novedad fue que, en la nueva elección de autoridades del Consejo de la Ciudad, Grenade deja la Presidencia y pasa a una discreta segunda vocalía en representación del Centro Vecinal del barrio Villa Edén. Punto aparte.
La remodelación inconsulta de la Avenida Edén
Fiel a su estilo autoritario de Gobierno, el Gran Pez apenas informó sin mayores detalles a sus amigos con negocios sobre la Av. Edén acerca de los cambios que se vienen. “Esto no es como la obra del gas. Aquí el frentista no tiene que pagar nada… así que no habrá problemas con esto”, le respondió hace un par de semanas a Jorge Domínguez, de TDC, quien lo consultó por los incipientes reclamos de participación ciudadana.
De acuerdo al ideario que inspira a nuestro Intendente, si uno no paga la obra no tiene por qué ser informado ya que, se deduce, no tiene por qué opinar. Así de fascista su pensamiento profundo, despreciando a los vecinos como seres inferiores que acaso molesten de vez en cuando con sus inquietudes.
Pasan los años y Sestopal no aprende. Y ya se perdieron todas las esperanzas. Pero lo más curioso fue que, cuando “informaron” de la obra en el Concejo Deliberante, el vocero del Gran Pez fue nada menos que el mismo Grenade.
Este medio dio cuenta de esa sesión, del mamarracho esbozado como ante proyecto, de las imprecisiones y las dudas que generaron. Los que venían a informar, Grenade a la cabeza, poca idea tenían del proyecto. Incluso llegaron al ridículo al mostrar unos croquis a lápiz, tipo dibujitos de escuela primaria, con lo que sería, posiblemente, algunos detalles de ornamentación de la futura avenida.
Dos períodos al frente del Consejo de la Ciudad, impulsando la participación ciudadana, reclamando canales de diálogo al Gobierno, exigiendo que se cumplan las normas, y un verano más tarde siendo parte de una estrategia de ocultamiento de información pública por parte del Gobierno.
Hace dos semanas, en este semanario, el arquitecto Galera dio sobradas razones para que el Gran Pez reconsidere el modo de llevar adelante esta importante obra, informando, abriendo la participación, convocando como manda la Ley a un concurso de proyectos para elegir el más conveniente para la ciudad.
Tenía una imagen llena de contradicciones acerca de Grenade en razón de su zigzagueante participación pública comunitaria. Pero con esta última actuación suya, blandiendo un dibujito y riéndose junto al Gran Pez de la participación ciudadana, ya no quedan dudas.
Las imposturas no son fáciles de sostener.
viernes, 9 de abril de 2010
Las obras que no están, es la guita que se afanaron
Ahora es oficial: El precio del gas natural en La Falda era caro, muy caro
Ahora lo dijo el Gran Pez por TDC. Tres años después, inflación mediante, el reinicio de la obra del gas será al mismo costo por frentista que en abril de 2007, cuando muchos vecinos consideraron abusivo el precio
Con el invalorable aporte del periodista Jorge Domínguez, figura emblemática y excluyente de TDC, la única señal televisiva local, los vecinos de La Falda y la región centro de Punilla se han informado, en las últimas semanas, sobre dos detalles trascendentes que fueron el epicentro de la discusión entre Autoconvocados y el gobierno del Gran Pez por el tema de la red de gas natural: la ausencia de una compulsa de precios y el consecuente alto costo de la obra.
Y la verdad fue dicha no ya por periodistas temperamentales, ni por políticos de la oposición, ni por vecinos despechados o avaros que no quieren pagar por un beneficio, o que no son solidarios con los que menos tienen. La verdad ha sido dicha por dos voces oficiales, dos autoridades políticas de la región. Un concejal de Villa Giardino, Raúl Mandayo, y por el Intendente de La Falda Marcos Sestopal, el Gran Pez, que siempre nos termina revelando las verdades que se ha empeñado en ocultar, desde su propia boca.
Desde el monopolio televisivo que ostenta, Domínguez se ha transformado en el máximo e incansable, verdaderamente incansable defensor de las políticas oficialistas y de cada brillante idea que surge de la boca del Gran Pez.
Tanta es la admiración que evidencia por el actual Gobierno, que parece haber perdido el mínimo e indispensable sentido crítico que podría hacer más consistentes las conclusiones de sus argumentos, que sin embargo defiende con pasión, y hasta el cansancio. Domínguez es como un boxeador que saca un empate sin poner una piña, porque es capaz de cansar al contrincante.
Así, con su particular estilo, se empeña entonces, micrófono en mano, héroe villano al fin, en la cerrada defensa del Gran Pez. Pero lo curioso del caso es que las conclusiones a la que arriba, le dan toda la razón a quienes cuestionan a su defendido.
Uno: Paquete cerrado; no hubo compulsa de precios
Tarde de sol, sentados a una mesa en un bar de Villa Giardino, a Domínguez se le acaba de inflar el pecho de emoción. Escucha que Raúl Mandayo, concejal de la oposición allí, declara que están todos muy conformes, oficialismo, oposición y en general los vecinos, porque una empresa ha presentado su Iniciativa Privada para la obra de la extensión de red de gas natural. Podrían ser hasta veinte mil metros de cañerías, prácticamente el casco céntrico extendido, un paso decisivo en la gasificación del pueblo.
Con los ojitos iluminados, Domínguez arremete, “y qué le diría a la gente de La Falda, que tanto se opuso a la obra, y ahora aquí en Giardino es igual, por Iniciativa Privada”.
Algo desorientado por la pregunta arrebatada y fuera de contexto, Mandayo rebobinó en el tiempo y aclaró: “Nada que ver. Aquí se presenta la Iniciativa Privada, y si se acepta entonces se llama a licitación pública. La empresa que presentó la Iniciativa tiene unos puntos de ventaja por el proyecto, pero debe compulsar con otras ofertas de precios. En La Falda, fue un paquete cerrado”. Lo que se dice un traje a medida para los amigos de Combustibles Serranos, que tuvieron la “iniciativa”.
El año pasado y a pesar que Domínguez parece no haberse enterado, a instancias de la oposición se modificó la aberrante Ordenanza que regulaba la Iniciativa Privada para la ciudad. La modificación más importante que ahora se le hizo, obliga al Intendente a llamar a licitación ante la presentación y aceptación de cualquier proyecto presentado bajo este régimen. La ordenanza que propuso el Gran Pez, y que entonces se aprobó apenas unos días antes y por la que se adjudicó la obra del gas, le daba la potestad de entregar la obra, directamente, a quien presentaba la iniciativa, sin más trámite que su aprobación personal. Así de fácil, como diría Sestopal.
Queda claro. “Paquete cerrado” con moñito, traje a medida, régimen de Iniciativa Privada tan trucho que fue recientemente modificado. Lo cierto es que el Gran Pez no pudo y aún no puede decirnos que el elegido fue el mejor precio, la mejor oferta técnica. Nunca trabajó para buscar la conveniencia de los vecinos.
Dos: Precio abusivo
La Semana Pasada, otra vez la señal local de televisión nos iluminó con otra verdad.
Muy suelto de cuerpo, evidenciando un entusiasmo incongruente, el Gran Pez anunció desde la pantalla que se completaría un nuevo tramo de la obra de gas, que acompañará a la remodelación de la Av. Edén y de la que nadie fuera del entorno del Intendente conoce, cercenando otra vez el elemental derecho a la información de los vecinos.
Anunció que la extensión iría desde la calle Meirovich hasta Córdoba, por la vereda norte de la Edén, y por la paralela 25 de Mayo.
¿Y qué costo tendrá para cada frentista?, preguntó Domínguez con voz de confesionario.
“El mismo que la factura original de abril de 2007”, dijo Sestopal en un clima de gozo, de felicidad compartida entre entrevistado y entrevistador.
O sea que tres años más tarde (si es que se empezara la obra de la Av. Edén en abril, ya que depende en exclusiva de un aporte del Gobierno de Córdoba que no se sabe cuándo llegará), y con cierto desfachatado orgullo, el Gran Pez nos dice que, pese al 60 / 70 % de inflación registrado, ahora los frentistas deberán pagar lo mismo que entonces.
¿Y entonces? ¿Nos afanaron?
Dirá que la ganancia empresarial de aquella primera parte frustrada por los vecinos ahora no está contemplada y por eso el menor costo tras el descuento de la inflación de tres años.
¿Y a una empresa que no compitió por los precios, con ordenanza y escritura que cede el cobro de pago obligatorio para el frentista, se le da un margen de ganancia del 60 / 70 %?
¿Ante qué clase de abuso estamos? Hay un abuso de poder por parte de un Intendente que ni discutió el precio de la obra, que ni se esforzó en buscar un precio mejor para los vecinos que con sus actos representa. Un abuso de una empresa única que impone un costo con la complicidad de los funcionarios. Abuso de poder del Intendente y su secretario de Hacienda Jorge Pafundo, cuando firmaron ante escribano público la sesión del cobro de una obra cara, sobre valuada, con la garantía de cobro del régimen por mejoras a la propiedad, cediendo estos derechos a una empresa privada, empernando a los vecinos.
Ahora que viene el reconocimiento oficial de la trampa del gas, los vecinos sacarán sus conclusiones. Y algunos de estos, defensores a ultranza de la obra tal cual estaba, dirán sin embargo que es preferible una obra cara a que no se haga.
Por suerte, hay muchos otros vecinos que no estuvieron dispuestos a que las autoridades les roben sus dineros sobre facturando obras esenciales para el desarrollo.
Si no hay más infraestructura en esta ciudad, no es porque algunos vecinos se opusieron al sobre precio ahora reconocido de la obra del gas.
Si no hay más obras, infraestructura y mejores servicios públicos en la ciudad, es porque se afanaron un montón de guita con la que se pudo haber hecho lo que aún nos falta.
jueves, 1 de abril de 2010
Daniel Buonamico, un embaucador en la secretaría de Turismo
Friedrich Nietzsche: “La ignorancia es irrefutable”
Embaucar: Engañar, alucinar, prevaliéndose de la inexperiencia o candor del engañado.
Por suerte para la ciudad, una encuesta encargada por Buonamico para medirse como candidato a intendente “le dio como el culo”.
Participar de una conferencia de prensa ofrecida por el secretario de Turismo de La Falda, Daniel Buonamico, es una experiencia esclarecedora para observar y darse cuenta cómo es el manejo político del funcionario granpecista, cuáles son sus valores, cuáles sus argumentos, cuáles sus mentiras abiertas y descaradas, dichas siempre con un aire de presunto conocimiento del caso.
La mejor guía turística del país la hace Buonamico
El funcionario afirma ante un coro mudo de medios y periodistas cualquier cosa, y esas palabras quedan convalidadas por el silencio o la siguiente pregunta tipo ¿Estará lindo el tiempo en Semana Santa?
De pequeñas afirmaciones inverosímiles a conceptos erráticos que en una comunidad y un gobierno serio debieran significar poco menos que su alejamiento de la función pública, el Secretario ha hecho un estilo.
“La Falda tiene una guía turística que no tiene ninguna otra ciudad”, afirmó ante la mirada aprobatoria de un auditorio adicto de personas que hacen negocios con los dineros de la Secretaría a su cargo.
Dicho al pasar, como lo dijo, uno puede pensar que en todo el país no hay una ciudad turística que tenga la guía que tenemos aquí, y eso nos hace sentir orgullosos del logro de este Secretario.
Perdón Buonamico, preguntó este cronista ¿Usted afirma que en todo el país no hay una guía como la que tiene La Falda? ¿No exagera con lo que dice? ¿Cómo puede afirmar semejante cosa?
Bueno, yo hablo de guías oficiales. Por ahí hay otras pero son privadas. La nuestra es única, sacamos el modelo de la ciudad de Mendoza.
Ahí está la pata corta de la mentira. No es única, fue copiada a otra ciudad. Y difícilmente La Falda cuente con una guía turística y cultural mejor que la de Mendoza, Rosario, Capital Federal y decenas de ciudades más. Pero el tipo saca pecho, afirma un imposible, pone cara de conocedor de la materia, escucha otra vez el silencio de la platea y sigue divagando.
¿Secretaría de Cultura o agencia de espectáculos?
Como se sabe, la Secretaría a su cargo es de Turismo, Cultura y Deportes. Así que como responsable del área se lo consultó por la política de cultura desarrollada en estos años. Su respuesta fue hacer un recorrido por una serie de actividades que no creó desde su área, y a las que se remite a pasarle unos pesos de vez en cuando. Así que nombró al Coro Municipal, al Puan, a la Biblioteca Babel, al Ballet José Hernández, etc. Todas actividades nacidas de la vecindad en donde personas de buena fe terminan recurriendo al apoyo del Estado para concretar ciertos proyectos. Así que Buonamico reparte migajas entre estas instituciones (comparado con los millones que gasta en espectáculos), y eso es la política de cultura que dice tener. El Secretario confunde, entre otras cosas, la actividad, producción y promoción cultural con un escenario con muchas luces de colores. Sin dudas puede considerarse un buen promotor de espectáculos, siempre exitoso pagando los cachets más caros del país con el dinero de todos y el control flojo o casi nulo que lograron armar de manera sistemática. Como promotor privado de grandes eventos recordamos la realización del Festival La Falda Rock 87, el más calamitoso que se recuerde, con suspensión de la última noche con las entradas ya vendidas, hecho que generó la reacción del público que terminó haciendo desmanes en las proximidades del Auditorio. Fue irresponsable con su propio dinero, pero en aquél caso no tenía los fondos de los vecinos para pagar sus desmanes y se retiró, hasta volver, años más tarde, con el amparo de la chequera municipal que disimula (y estimula). .
¿Cuánta plata pone Buonamico en el Hotel Edén?
El tema es un misterio y las sospechas de que se trata de una gran cantidad de dinero las aviva el propio Buonamico. Primero respondió que Turismo no había puesto plata para el fracaso de Sofovich. Después reconoció lo evidente, un cartel gigante frente a la Secretaría y toda la folletería oficial que lo promocionó. Pero se le insistió en que la pregunta era referida al Hotel Edén, que casi desconoce como emprendimiento privado: “La propiedad es del Municipio”, dijo. “Pero está concesionado por treinta años a una empresa privada que, según se dijo, venía a invertir a la ciudad”, respondió este cronista, para reiterar la sencilla pregunta ¿Cuánto dinero de las arcas municipales van a pagar gastos de los empresarios privados del Hotel Edén? Fue entonces que Buonamico empezó a decir, tímidamente, que bueno, que algunas cosas se pagaban ¿Cuántas, qué montos?, se insistió. Y como haciendo un esfuerzo de memoria simuló recordar un evento, después otro, y otro más.
El misterio continúa, pero más temprano que tarde las cuentas saldrán a la luz, y estas mentiras también quedarán reveladas.
El periodismo según Buonamico
Sin que pretendiera transformarlo en un tema de la conferencia, pero a raíz de la discusión que se elevaba, dije que nunca, jamás, se me había invitado a una conferencia de prensa de Turismo. Fiel a su estilo, ligero de caderas, le echó la culpa al encargado de prensa del área.
-¿Pero usted no controla el área de prensa de Turismo?
-Bueno, sí, pero no es mi responsabilidad.
-Entonces no la controla
-Bueno, además, yo no sé si usted es periodista, si tiene título.
Por primera vez en 27 años de oficio abrí mi billetera y saqué el carnet de periodista para dejarlo caer sobre la mesa de Buonamico.
-Ahh, pero esto es del Cispren (Círculo Sindical de la Prensa de Córdoba), dijo el Secretario como si nada tuviera que ver una cosa con la otra, revelando su ignorancia.
Le expliqué entonces que el periodismo es un oficio antes que una profesión. Que la carrera (de Comunicador Social, no de periodista) comenzó recién en 1986, y le pedí que me nombrara diez personas que el consideraba que eran periodista en el país, para darles sobrados ejemplos acerca de lo que le estaba diciendo.
Buonamico es un mentiroso que trata todo el tiempo de vender peras por manzanas, creando espejismos, actuando desde la mayor ignorancia y con la soltura de un soberbio.
Por fortuna, una encuesta encargada por el propio Buonamico a principios de marzo, donde se midió como candidato a Intendente, y según palabras de sus propios amigos y allegados, “le dio para el culo”. Por eso tal vez dijo en un momento que estas eran las últimas actividades suyas en la función pública, para que las siga o las revise el próximo gobierno, del que evidentemente no participará.
Es un aliento, una esperanza y un síntoma del cambio que asoma.
jueves, 25 de marzo de 2010
Mario Decara, el millonario Defensor del Pueblo preocupado por la pobreza
Declara un millón de dólares en propiedades, pero asegura que “somos cada día más pobres”
Una excepcional habilidad para los negocios lo ha hecho millonario durante el brevísimo tiempo en que no vivió de un sueldo del Estado, según su declaración jurada. Al igual que el Ministro Carlos Caserio, sus patrimonios personales crecieron mientras creció la pobreza en la sociedad que gobiernan.
“Llámese inflación, reacomodamiento de precios, incremento de precios relativos, estacionalidad, consecuencia de la sequía o porque llovió, lo cierto es que somos cada día más pobres”.
Así lo expresó textual Mario Decara, el Defensor del Pueblo de la Provincia, en una columna suya publicada en La Voz del Interior, el matutino que intenta anestesiarnos cada mañana para que no sepamos qué es lo que ocurre en Córdoba, haciéndonos más miopes, ignorantes y socialmente retrasados.
La Voz se encargó del título de la nota editorial de Súper Mario. Bajo la volanta “El drama social”, titula: “La inflación y la pobreza generan exclusión”. Un visionario este Decara, que posa con rostro compungido en la foto del diario porque el salario mínimo de $ 1.500 apenas cubre la canasta básica y eso deja a “muchas familias cordobesas por debajo de la línea de la pobreza”. Pero como buen Defensor del Pueblo, Decara combate el flagelo social a brazo partido, empezando por el principio: su sueldo era en octubre de 2008 de $ 9.930 (más de seis veces que el de un pobre asalariado). Y los sueldos del batallón de empleados y asesores de la Defensoría, arribados en su mayoría de la mano de Súper Mario, rondan los $ 6.000 por cabeza.
Veinte y cinco años trabajando en la política
Desde 1983 a la fecha, Súper Mario ha gozado el privilegio de contar durante veinte años de un sueldito del Estado. Dos veces intendente de Huerta Grande, senador provincial, diputado provincial, unos cinco años de descanso en la función pública, y luego Defensor del Pueblo.
Su meteórica carrera política se inició siendo electo por el voto ciudadano. Podría afirmarse que hasta su elección como senador, en 1991, Decara buscó y gozó del reconocimiento popular, exponiéndose abiertamente ante el electorado. Pero luego de Senador fue electo Diputado, yendo en la lista sábana del Partido, y sin más necesidad de exponerse públicamente. Así, a partir de 1995, Súper Mario se refugió ciento por ciento en la operación política y el tráfico de influencias. Prefirió poner candidatos, hombres y mujeres en lugares con expectativas de poder en intendencias, concejos deliberantes y la Legislatura de Córdoba, pero sin aparecer más que como una sombra detrás del poder que construía. También impulsó al estudio Piñeiro y Asociados en la procuración de decenas de municipios.
Luego apareció en la lista de candidatos a diputados nacionales, y sin hablar ni con sus vecinos esperó el resultado trabajando en las sombras. No se le dio.
Finalmente, cosechando ahora sí los frutos de su trabajo empecinado en la política, logró que una ajustada y cuestionada mayoría de legisladores provinciales lo eligiera, Carlos Caserio mediante, como Defensor del Pueblo. Y fue cuando se expuso por primera vez en casi quince años ante la opinión pública, que lo recibió con una tormenta que volvió a afectar su imagen pública, de por sí gastada entre quienes lo conocen más de cerca, en el centro de Punilla.
Si tenemos en cuenta que ingresó a la función pública con menos de treinta años de edad, y que por más de veinte años vivió de un sueldo público en estos 26 años de democracia continuados, llegaremos a la conclusión de que es un récord la fortuna personal que ha amasado en tan poco tiempo de actividad comercial privada, considerando que, como se supone, no puede una persona hacerse millonario con los sueldos del Estado, por muy buenos en términos relativos que estos fuesen.
Súper Mario declara un millón de dólares en propiedades, más un par de autos que suman $ 144.000, más u$s 54.211 en depósitos bancarios en moneda extranjera, y $ 17.840 en depósitos en moneda nacional, todo de él y su cónyuge, según la Declaración Jurada Patrimonial presentada el 07 de octubre de 2008, la última que puede rastrearse en Internet.
La pobreza social y la riqueza de los dirigentes
“El pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes”, subraya uno de los fundamentos dogmáticos de nuestro sistema de representación político. Por analogía, y en términos generales, el pueblo no se enriquece o empobrece sino a través de sus representantes, que son quienes tienen a su cargo por elección popular la administración general de recursos.
¿Cuál fue la evolución de la riqueza y la pobreza de nuestra sociedad en los últimos 25 años? A nadie le cabe duda del palpable crecimiento de la pobreza. No sólo del mayor número de pobres e indigentes, sino de la pauperización de lo que queda de la clase media. O sea que en términos sociales, somos más pobres hoy que ayer. Pero la excepción a esta regla impiadosa han sido los Decaras, los Caserios, y los Amigos del Poder que anidan bajo sus alas, quienes no paran de hacer crecer sus riquezas personales en un contexto que va en sentido contrario.
Bajo el gobierno de este tipo de representantes políticos nos empobrecimos. Y bajo su gobierno se enriquecieron, en términos relativos, de modo desmesurado.
Sus millones de dólares en propiedades son una bofetada al sentir común de los vecinos.
Y lo peor que puede pasarnos es creer que ellos, precisamente, vienen ahora a preocuparse por los pobres y los indigentes. A defendernos de los ladrones con la Policía que tienen a su cargo, y de los abusos del poder desde la Defensoría del Pueblo.
viernes, 19 de marzo de 2010
Buonamico sigue haciendo negocios privados desde Turismo
“La Falda es una mierda”, dijo el ciudadano ilustre de La Falda, Gerardo Sofovich
En otro de sus grandes éxitos de temporada, el Secretario de Turismo Daniel Buonamico anunció con bombos y platillos que el decadente espectáculo “El show de la noche del domingo”, con Gerardo Sofovich y elenco, se desarrollaría todos los jueves, sábados y domingo de enero y febrero en el Hotel Edén de los Amigos del Poder. En la cumbre del éxtasis, alzando la copa de champán, Sofovich felicitó a los faldenses la noche de apertura de temporada “por el Intendente que tienen aquí”, en referencia al Gran Pez Marcos Sestopal, casualmente esa noche en la ciudad que ¿gobierna?
Luego hubo una presentación del espectáculo para la prensa e invitados. Y más luego la primera función con entrada paga, a la que no asistió casi nadie. Apenas una semana más tarde, en Villa Carlos Paz, Sofovich dijo en rueda de amigos y en presencia de algunos faldendenses: “La Falda es una mierda”, y dio por terminada su aventura serrana en esta ciudad, cuyas autoridades no dudaron en prostituir su principal monumento histórico para poner en el ingreso del Edén Hotel una gigantografía con el rostro de actores decadentes y gatitas de la tv ¿Para eso fue concesionado por 30 años? ¿Este es el proyecto que haría al desarrollo turístico de la ciudad?
Lejos de toda preocupación por la suerte de los vecinos cuyos interesas comunes administra, no sólo pasó de ser monumento histórico a teatro de revistas con fantasmitas que se aparecen ridículamente por las habitaciones del Edén, sino que aún puede verse otra gigantografía del fantoche de Sofovich ocupando toda una inmensa cartelera frente a la Secretaría de Turismo local, en la ex Estación del Ferrocarril.
Con los dineros de todos, Buonamico y el Gran Pez les pagan toda la propaganda y los gastos a los empresarios que venían a invertir en la ciudad. Y lo hacen como si fuera lo único que puede ofrecer La Falda. El Edén fue concesionado por 30 años, pero nadie nos había advertido que las aventuras empresariales de estos Amigos del Poder debíamos pagarlas entre todos. Nadie imaginaba, o tal vez sí y por ello los reparos de entonces, que se bastardeara el monumento histórico de la forma en que se lo hace. Pero como podemos observar, a la pareja Buonamico – Sestopal no les tiembla el pulso a la hora de pagar los gastos y las “inversiones” de los amigos.
“Vendí el negocio por una cuestión de ética”
Así salió a decir Buonamico tras la venta de “La Casa de Nelly”, el lugar de vinos y tablas de calle San Lorenzo, justito donde armó otra vez el escenario con espectáculos de entrada libre, mal llamados gratuitos, sobre todo cuando van apareciendo los montos de los contratos artísticos y “los gastos anexos” que incluyen. O sea nada de gratuito para la ciudad.
La increíble frase de Buonamico era en respuesta inequívoca a una nota de este cronista, cuando en relación a los beneficios directos que recibía su negocio particular por los cincuenta espectáculos que le permitía poner una veintena de mesas dentro del corralito exclusivo frente al escenario, salió a informar la venta del fondo de comercio en cuestión, ante la flagrante colisión de intereses público y privado que lo tenían como doble protagonista. Por un lado Secretario de Turismo que decidía la ubicación del escenario, y por el otro dueño de un bar que lo beneficiaba directa e indubitablemente. Buonamico se beneficiaba así mismo con el uso de dineros públicos y el poder que le confiere su carácter de funcionario específico del área.
“Vendí el negocio por una cuestión ética”, fue en respuesta a la primera frase de aquella crónica, donde se expresaba que “pedirle ética a Buonamico es como pedirle peras al olmo”.
Así, creyendo que todos somos lo bastante idiotas como para aceptar sus argumentos infantiles, salió a dar respuesta el Secretario de Turismo.
El bar que vendió ¿vale lo mismo con cuatro mesas que con veinte en la calle, dentro del corralito, frente a un escenario con cincuenta espectáculos de entrada libre, pagados por la Municipalidad?
A comienzos de diciembre pasado se impulsó un proyecto para repartir los espectáculos entre todos los lugares habilitados en la ciudad para tal fin. Y se proponía además la contratación de excelentes artistas de la región. Se daba así trabajo a quienes están aquí todo el año, artistas y comerciantes que apuestan por esta ciudad, no sólo en temporada.
Se respaldó la iniciativa con 400 firmas, se presentó en Audiencia Pública y se discutió en dos reuniones en el Concejo Deliberante. Todos coincidieron, incluso los concejales del oficialismo, ante la racionalidad de la propuesta. Pero finalmente dijeron que todo dependía de Buonamico. Cuando ya parecía que nada se lograría, se propuso aceptar al menos el punto de reubicar el escenario, para que la circulación vehicular y el ingreso al centro no se viera perjudicado. Pero ni eso se logró.
¿A cuánto vendió Buonamico la Casa de Nelly? ¿Ya había cobrado un monto relacionado a 20 mesas frente al escenario? ¿Vale lo mismo ese negocio con cuatro mesas que con veinte en la calle y los espectáculos municipales?
La ética en la función pública no es un atributo de Buonamico. Sus mentiras y negocios espurios están a la vista de cualquiera, menos de la Fiscalía de Cosquín a cargo de María Alejandra Hillman, que siempre tiene la asombrosa capacidad de mirar para otro lado.
jueves, 28 de enero de 2010
Los cuentos que Omar Hefling nos cuenta
Del excelso periodista y escritor Omar Hefling pueden decirse muchas cosas, lo sabemos, algunas un tanto sospechosas, otras sin el mínimo fundamento. Pero con la premeditada intención de que cada uno se sumerja como pueda en sus cuentos y aventuras hilarantes, sólo decimos que vamos a publicar en este blog un par de los que integran el libro “El escritor oculto” (una delicia para las neuronas) que acaba de presentar en La Casa de España Córdona, y en Ugolino RestoArte, de La Falda.
Comentarios sobre el libro de Oliverio
Ochava
Justino Vargas, el socio del silencio
La trayectoria de Justino Vargas, dice el periodista y antropólogo del deporte Oliverio Ochava, no tiene parangón en la historia mundial del referato. Ejerció durante cuarenta años el ingrato oficio de juez de línea en los torneos de ascenso de la Asociación de Fútbol de Córdoba. Además de su conducta intachable era todo un caballero. Jamás respondió ni con un gesto a las innumerables agresiones que cobró su humanidad. Según Oliverio, Vargas no llegaba al metro sesenta de estatura y no acusaba en la balanza más de cincuenta y cinco kilogramos; tenía la gallarda figura de un jockey. Con una meticulosidad increíble plasmó en un par de cuadernos "los fríos números de la desdicha", como Justino llamaba a sus estadísticas: "Corrí casi 5000 kilómetros al borde de la línea de cal empuñando el banderín de la justicia sin que nunca me temblara el pulso a la hora de marcar una infracción", rescata el profesor Ochava de una entrevista que le realizara conmovido por su valentía, elevándolo a la altura de los jueces italianos del caso mani pulite. Las estadísticas de Justino Vargas sobre las agresiones que padeció son escalofriantes y estremecedoras: "A lo largo de mi carrera me acertaron 6000 naranjazos, por lo que a mí vitamina C nunca me faltó; las diversas hinchadas hicieron gala de puntería haciendo blanco en mi persona en 3800 oportunidades con tomates y huevos podridos, y en alrededor de 1500, con piedras y monedazos.
Los cracks sin ética deportiva me hicieron víctima de por lo menos veinte agresiones físicas por lo que mi boca desdentada no es más que un clamor de justicia". Refiere Ochava con orgullo que las doce piezas dentarias, la totalidad de incisivos y caninos inferiores y superiores que le fueran obsequiadas por Justino antes de morir a comienzo de los ochenta, tendrán un sitial de honor en el "Museo de la Impunidad del Balonpié", que lentamente toma formas en el garaje de su casa. Su retiro se produjo a los sesenta años y si bien Justino adujo que la causa fue un boicot de las camadas jóvenes de jueces corruptos, en verdad fue por la pérdida de capacidad visual. Se dice que invalidó un gol en contra por posición adelantada, creyendo que era un delantero el defensor que en el intento de jugar con su arquero clavó la pelota en el fondo de la red. Según el profesor Ochava, los restos de de Justino Vargas descansan para siempre en el cementerio de San Vicente. En su tumba no hay flores, en la cabecera se yergue ondulante un banderín. Y hasta el día de hoy, todos los lunes aparecen sobre el rectángulo naranjas reventadas.
Para comunicarse con Hefling, haga un clik sobre su foto evoista e ingrese a su blog.
miércoles, 13 de enero de 2010
Dale ahora que no nos mira nadie
La participación ciudadana y la calidad de la democracia
“Dale ahora que no nos mira nadie”, imagino que debe decir un ladrón a otro, a punto de quedarse con lo ajeno, en cualquier circunstancia. Y es que llegado al momento cumbre de cualquier fechoría, justo cuando se está por pasar la línea, el instante a partir del cual ya no habrá retorno, estas personas buscarán asegurarse lo más que puedan que no habrá testigos del hecho que los puedan identificar, por ejemplo el momento de saltar la tapia en dirección a un garrafa de gas, por dar un caso casi inocente en los tiempos que corren.
La preocupación de cualquier persona será, en estos casos, que nadie los mire cuando hacen lo que hacen.
Cuando se encuentran a punto de saltar la tapia, justo en el límite a partir del cual ingresarán a una casa en busca del botín, cuando el delito comienza a ser configurado y de los planes se pasa a la acción, en ese preciso momento los ladrones deben asegurarse que nadie los mire, que no haya testigos. Por caso, la presencia de o la observación de un vecino podría ser letal para los malhechores. Si alguien diera aviso a las autoridades podrían ser agarrados in fraganti. O acaso identificados y luego buscados. Ese vecino no estaría haciendo otra cosa que transmitir la información de un hecho concreto, con lo cual perjudicaría decisivamente a nuestros ladronzuelos, quienes así se verían perjudicados, de modo directo, por la circulación de esa información.
Aunque no lo racionalicen de modo filosófico, nuestros ladrones de garrafas tienen como enemigo primero la esencia constitutiva de la libertad de expresión.
La libertad de prensa, que hace circular sin censura previa la información, atenta también contra estos pequeños apropiadores de lo ajeno.
¿Y si el vecino observa y decide callar por temor o indiferencia? ¿Y si la prensa deja de publicar información de hechos comprometedores que eventualmente pudieran poner en riesgo la impunidad de quienes los llevan a cabo? Así lo hiciera por temor, indiferencia o por la autocensura que cotiza en jugosas pautas publicitarias oficiales o privadas, cuando la prensa calla es otra puñalada a la libertad de expresión, al derecho ciudadano de acceder a la información de los temas que se relaciones con el interés público.
Si el vecino observa, se esconde y calla, verá cómo en su barrio se irán esfumando las garrafas.
La calidad de la democracia
De esto se trata la participación ciudadana como elemento esencial que define la calidad de la democracia y la calidad de vida general en una sociedad cualquiera.
Tentados por el veneno del poder, igual a como ocurre con la heroína, sólo parecen sus víctimas calmarse de momento con otra dosis más grande de poder y así hasta la locura.
Con frecuencia y regularidad asombrosas, fuera de la ética, en todas las latitudes, tiende el hombre a irse quedando con todo lo más que pueda, a acumular, a sumar en sus cuentas la mayor cantidad de dinero posible.
El veneno del poder, que tiene el aroma del papel moneda y el brillo del oro arrastra a los hombres y mujeres en todas las latitudes hacia la codicia sin límites, aún a costa de los otros, y desde los gobiernos peor aún, con el dinero y las necesidades de los otros.
En el planeta, de modo sistemático y racional, se miden vectores, se logran estadísticas que van mostrando resultados. Una de estas mediciones internacionales tiene que ver con la calidad de la democracia. El ranking, realizado en este caso por la revista inglesa The Economist, está basado en el análisis de 60 indicadores agrupados en cinco categorías, consideradas factores esenciales en una democracia: proceso electoral y pluralismo; libertades civiles; funcionamiento del gobierno; participación política, y cultura política. El índice de democracia es el promedio de los valores de cada categoría, en una escala del 0 al 10.
De acuerdo a este estudio, las democracias más plenas en el mundo se dan en los siguientes países: . 1 Suecia, 2 Islandia, 3 Holanda, 4 Noruega, 5 Dinamarca, 6 Finlandia, 7 Luxemburgo, 8 Australia, 9 Canadá, 10 Suiza.
No es casual, pero en estos países, sus ciudadanos gozan de la mejor calidad de vida. En estas diez naciones de la tierra se verifica, además, las menores diferencias socioeconómicas entre quienes más y menos tienen.
Si damos vueltas por el mundo y recogemos las pruebas, llegamos a una conclusión categórica: Donde la democracia es más plena, la gente vive más dignamente.
Y todo se debe, en principio, al grado de participación ciudadana en los asuntos públicos. Se trata del vecino que no se hace el distraído cuando a otro le van a robar la garrafa, y del ciudadano que se atreve, y de la prensa comprometida con principios y nos con gobiernos.
Así llegamos a nuestras comunidades. Y mientras hay cabezas duras o miopes que le endilgan a la democracia los males que vivimos, hay también por suerte cada vez más vecinos que se asumen ciudadanos, protagonistas de un destino común, que se vuelcan cada vez con mayor madures y convicción, a la participación ciudadana.
Todos ellos, los que participan desde las instituciones, desde la solidaridad, las 27 instituciones del Concejo de la Ciudad, los que se autoconvocan por algún motivo, los partidos políticos que buscan abrir sus puertas y en general desde cualquier lugar de participación por informal que esta fuera, están generando, aunque no lo sospechen, aunque con frecuencia sobrevenga el desánimo, una mejor calidad democrática de la sociedad, una mejor calidad de vida para todos.
En pequeñas comunidades como La Falda, donde la participación ha explotado en los últimos tiempos a partir de la reacción ciudadana frente a los desmanes de las autoridades, hay una cosa que ya es clara y cierta: El próximo Gobierno municipal, del signo político que sea, estará mucho más observado, mucho más controlado por esta participación.
El que viene será, sin dudas, un Gobierno mejor.
Dale ahora que no nos mira nadie
La participación ciudadana y la calidad de la democracia
"Dale ahora que no nos mira nadie”, imagino que debe decir un ladrón a otro, a punto de quedarse con lo ajeno, en cualquier circunstancia. Y es que llegado al momento cumbre de cualquier fechoría, justo cuando se está por pasar la línea, el instante a partir del cual ya no habrá retorno, estas personas buscarán asegurarse lo más que puedan que no habrá testigos del hecho que los puedan identificar, por ejemplo el momento de saltar la tapia en dirección a un garrafa de gas, por dar un caso casi inocente en los tiempos que corren.
La preocupación de cualquier persona será, en estos casos, que nadie los mire cuando hacen lo que hacen.
Cuando se encuentran a punto de saltar la tapia, justo en el límite a partir del cual ingresarán a una casa en busca del botín, cuando el delito comienza a ser configurado y de los planes se pasa a la acción, en ese preciso momento los ladrones deben asegurarse que nadie los mire, que no haya testigos. Por caso, la presencia de o la observación de un vecino podría ser letal para los malhechores. Si alguien diera aviso a las autoridades podrían ser agarrados in fraganti. O acaso identificados y luego buscados. Ese vecino no estaría haciendo otra cosa que transmitir la información de un hecho concreto, con lo cual perjudicaría decisivamente a nuestros ladronzuelos, quienes así se verían perjudicados, de modo directo, por la circulación de esa información.
Aunque no lo racionalicen de modo filosófico, nuestros ladrones de garrafas tienen como enemigo primero la esencia constitutiva de la libertad de expresión.
La libertad de prensa, que hace circular sin censura previa la información, atenta también contra estos pequeños apropiadores de lo ajeno.
¿Y si el vecino observa y decide callar por temor o indiferencia? ¿Y si la prensa deja de publicar información de hechos comprometedores que eventualmente pudieran poner en riesgo la impunidad de quienes los llevan a cabo? Así lo hiciera por temor, indiferencia o por la autocensura que cotiza en jugosas pautas publicitarias oficiales o privadas, cuando la prensa calla es otra puñalada a la libertad de expresión, al derecho ciudadano de acceder a la información de los temas que se relaciones con el interés público.
Si el vecino observa, se esconde y calla, verá cómo en su barrio se irán esfumando las garrafas.
La calidad de la democracia
De esto se trata la participación ciudadana como elemento esencial que define la calidad de la democracia y la calidad de vida general en una sociedad cualquiera.
Tentados por el veneno del poder, igual a como ocurre con la heroína, sólo parecen sus víctimas calmarse de momento con otra dosis más grande de poder y así hasta la locura.
Con frecuencia y regularidad asombrosas, fuera de la ética, en todas las latitudes, tiende el hombre a irse quedando con todo lo más que pueda, a acumular, a sumar en sus cuentas la mayor cantidad de dinero posible.
El veneno del poder, que tiene el aroma del papel moneda y el brillo del oro arrastra a los hombres y mujeres en todas las latitudes hacia la codicia sin límites, aún a costa de los otros, y desde los gobiernos peor aún, con el dinero y las necesidades de los otros.
En el planeta, de modo sistemático y racional, se miden vectores, se logran estadísticas que van mostrando resultados. Una de estas mediciones internacionales tiene que ver con la calidad de la democracia. El ranking, realizado en este caso por la revista inglesa The Economist, está basado en el análisis de 60 indicadores agrupados en cinco categorías, consideradas factores esenciales en una democracia: proceso electoral y pluralismo; libertades civiles; funcionamiento del gobierno; participación política, y cultura política. El índice de democracia es el promedio de los valores de cada categoría, en una escala del 0 al 10.
De acuerdo a este estudio, las democracias más plenas en el mundo se dan en los siguientes países: . 1 Suecia, 2 Islandia, 3 Holanda, 4 Noruega, 5 Dinamarca, 6 Finlandia, 7 Luxemburgo, 8 Australia, 9 Canadá, 10 Suiza.
No es casual, pero en estos países, sus ciudadanos gozan de la mejor calidad de vida. En estas diez naciones de la tierra se verifica, además, las menores diferencias socioeconómicas entre quienes más y menos tienen.
Si damos vueltas por el mundo y recogemos las pruebas, llegamos a una conclusión categórica: Donde la democracia es más plena, la gente vive más dignamente.
Y todo se debe, en principio, al grado de participación ciudadana en los asuntos públicos. Se trata del vecino que no se hace el distraído cuando a otro le van a robar la garrafa, y del ciudadano que se atreve, y de la prensa comprometida con principios y nos con gobiernos.
Así llegamos a nuestras comunidades. Y mientras hay cabezas duras o miopes que le endilgan a la democracia los males que vivimos, hay también por suerte cada vez más vecinos que se asumen ciudadanos, protagonistas de un destino común, que se vuelcan cada vez con mayor madures y convicción, a la participación ciudadana.
Todos ellos, los que participan desde las instituciones, desde la solidaridad, las 27 instituciones del Concejo de la Ciudad, los que se autoconvocan por algún motivo, los partidos políticos que buscan abrir sus puertas y en general desde cualquier lugar de participación por informal que esta fuera, están generando, aunque no lo sospechen, aunque con frecuencia sobrevenga el desánimo, una mejor calidad democrática de la sociedad, una mejor calidad de vida para todos.
En pequeñas comunidades como La Falda, donde la participación ha explotado en los últimos tiempos a partir de la reacción ciudadana frente a los desmanes de las autoridades, hay una cosa que ya es clara y cierta: El próximo Gobierno municipal, del signo político que sea, estará mucho más observado, mucho más controlado por esta participación.
El que viene será, sin dudas, un Gobierno mejor.
lunes, 4 de enero de 2010
La ciudad del Gran Pez, el decadente Sofovich y un candidato para el 2011
En el cuento “Historia del guerrero y la cautiva”, Jorge Luís Borges describe un hecho que lo asombra, ocurrido en Europa entre el siglo VI y VIII. Describe a un guerrero de una civilización rudimentaria, los bárbaros, que venían de la región del Danubio y del Elba, de lo que hoy se conoce como Alemania, “de las selvas inextricables, del jabalí y del uro”, para atacar ciudades del Imperio Romano. Ya en Italia, a las puertas de Ravena, el guerrero Droctulft, decidió convertirse y terminó defendiendo la ciudad, muriendo en esa misma batalla. Borges, entonces, se pregunta qué vio el guerrero para cambiar de idea. Lo describe con su genial maestría: “Las guerras lo traen a Ravena y ahí ve algo que no había visto jamás, o que no ha visto con plenitud. Ve el día y los cipreses y el mármol. Ve un conjunto que es múltiple, sin desorden; ve una ciudad, un organismo hecho de estatuas, de templos, de jardines, de habitaciones, de gradas, de jarrones, de capiteles, de espacios regulares y abiertos. Ninguna de esas fábricas (lo sé) lo impresiona por bella; lo tocan como ahora nos tocaría una maquinaria compleja, cuyo fin ignoráramos, pero en cuyo diseño se adivinara una inteligencia inmortal… Bruscamente lo ciega y lo renueva esa revelación, la Ciudad”.
La ciudad del Gran Pez
Varios siglos después que Droctulft, el intendente de La Falda, Marcos Sestopal, conocido en la comarca como El Gran Pez, no ha logrado en más de seis años de gestión, y con recaudaciones históricas, dar un ordenamiento mínimo a la ciudad. Aquellos jarrones y estatuas de Ravena son el mobiliario municipal urbano inexistente, la falta de cartelería básica, la inexplicable ausencia de cestos de basura y la consecuente mugre permanente de los espacios públicos. En las ciudades de la antigua Roma, los edificios principales formaban los espacios abiertos donde el pueblo se reunía. Aquí le dimos el Hotel Edén a los Amigos del Poder y de paso le hacemos toda la promoción con dineros públicos. Los empleados de alumbrado público se disculpan ante los vecinos que reclaman por las calles oscuras, confesando la falta de focos por falta de dinero, pero se paga la luz a los amigos. A otros vecinos que intentan formar una fundación de fines benéficos el Gran Pez, en persona, les dice que no hay un peso para nada. Pero después no se miden los gastos para Sofovich y su gaterío decadente y televisivo. No hay dinero para tratar a nuestros jóvenes cuando caen víctimas del alcohol y las drogas duras, pero el secretario de Turismo Daniel Buonamico se gasta fortunas en cuarenta espectáculos de entrada libre que aportan tan poco que ni se anima a poner el escenario en el playón del andén del ferrocarril, temiendo un previsible fracaso de asistencia de público, que demostraría la inutilidad del millonario gasto como elemento de atracción al turista ¿Alguien imagina que los turistas vienen a La Falda atraídos por los espectáculos de la Avenida? Todos imaginamos, sin embargo, que algo extraño debe ocurrir en la oficina de Buonamico, donde se pagan los contratos más onerosos de la Argentina, según el testimonio de los propios artistas beneficiados por el generoso Secretario de Turismo. Por citar un caso, en febrero pasado, una cantante de tango estaba feliz porque, por primera vez en su vida, había cobrado siete mil pesos por una actuación, más los pasajes, el hotel, almuerzo, cena y remis al aeropuerto. Ni en el Sheraton de Buenos Aires le pagan la mitad. Estos ejemplos se multiplican y la generosidad de Buonamico, con los dineros públicos, no tiene límites.
“Felicitaciones por el Intendente que tienen”
Eso dijo Sofovich en el Auditorio el lunes pasado, en la fiesta de apertura de temporada. “Algo histórico, nunca visto”, lanzó el locutor, mientras las decadentes Primas cantaban “Sacá la mano Antonio que mamá está en la cocina”.
¿Cuánto nos saldrá la movida del verano de Sofovich a los faldenses?
Sin dudas, de aquellas ciudades romanas, el Gran Pez sólo ha recuperado la cuestión del circo. “Pan y circo”, la fórmula antigua que se multiplicó hacia la decadencia de aquél imperio.
Sestopal está ido. La ciudad no le interesa. Sólo le queda gastar el dinero que ahora no tiene para buscar el efecto efímero de codearse con famosos decadentes. Fracasó su faraónica y costosa obra de gas, no convoca ni a los empleados municipales para hacer su mentiroso consenso y el plan integral no ha logrado integrar a nadie porque nadie le cree y ahora, para salvar las papas de aquellos intereses que representa, viene el ministro Carlos Caserio y anuncia junto al Gobernador seis millones de pesos para remodelar la Av. Edén.
La obra es necesaria y es interesante como punto de partida de una planificación urbana inexistente. Los barrios y toda la ciudad también necesitan inversión pública. Está planteada desde hace ocho años por arquitectos, ingenieros y profesionales locales. Con lo que se gastó en espectáculos gratuitos en toda su gestión, ya estaría terminada, y la ciudad comenzaría a parecerse a una ciudad agradable para ser visitada, para asombro de los visitantes, que por ahora seguirán llegando a la abandonada Terminal de ómnibus que tenemos, sucia y destruida.
Una figura con buena imagen se busca
Sestopal, políticamente, está liquidado. Entonces Caserio acordará con el Defensor del Pueblo Mario Decara, también con billetera abultada de dineros públicos, una figura “respetable” para que inaugure sobre finales del año que ya comienza la obra de la Avenida Edén. Y habrá más circo, y mucho dinero para eventos efímeros. Y allí aparecerá el sucesor del Gran Pez.
Será una persona de buena imagen, incluso alguien que pudiera tener buenas intenciones. Pero representará los intereses del dúo dinámico de la política vernácula. Y Guillermo Piñeiro seguirá en la Procuración. Y los negocios seguirán porque los Amigos del Poder siempre estarán allí. Para todos ellos, el Gran Pez y sus caprichos es la pesadilla que hay que soportar y apuntalar un tiempo más, mientras se viene la figura de recambio.
Mientras tanto, en esta temporada, Sofovich nos repetirá las felicitaciones por tener el Intendente que tenemos y por su equipo de Gobierno.
En el mientras tanto, brindemos por el año nuevo, que nos recuerda, puntual, que todo pasa. Pero atenta la neurona, que el fin del Gran Pez no significará, necesariamente, el final de este proyecto de poder que nos gobierna, basado en el saqueo de las arcas públicas.
La ciudad del Gran Pez
Varios siglos después que Droctulft, el intendente de La Falda, Marcos Sestopal, conocido en la comarca como El Gran Pez, no ha logrado en más de seis años de gestión, y con recaudaciones históricas, dar un ordenamiento mínimo a la ciudad. Aquellos jarrones y estatuas de Ravena son el mobiliario municipal urbano inexistente, la falta de cartelería básica, la inexplicable ausencia de cestos de basura y la consecuente mugre permanente de los espacios públicos. En las ciudades de la antigua Roma, los edificios principales formaban los espacios abiertos donde el pueblo se reunía. Aquí le dimos el Hotel Edén a los Amigos del Poder y de paso le hacemos toda la promoción con dineros públicos. Los empleados de alumbrado público se disculpan ante los vecinos que reclaman por las calles oscuras, confesando la falta de focos por falta de dinero, pero se paga la luz a los amigos. A otros vecinos que intentan formar una fundación de fines benéficos el Gran Pez, en persona, les dice que no hay un peso para nada. Pero después no se miden los gastos para Sofovich y su gaterío decadente y televisivo. No hay dinero para tratar a nuestros jóvenes cuando caen víctimas del alcohol y las drogas duras, pero el secretario de Turismo Daniel Buonamico se gasta fortunas en cuarenta espectáculos de entrada libre que aportan tan poco que ni se anima a poner el escenario en el playón del andén del ferrocarril, temiendo un previsible fracaso de asistencia de público, que demostraría la inutilidad del millonario gasto como elemento de atracción al turista ¿Alguien imagina que los turistas vienen a La Falda atraídos por los espectáculos de la Avenida? Todos imaginamos, sin embargo, que algo extraño debe ocurrir en la oficina de Buonamico, donde se pagan los contratos más onerosos de la Argentina, según el testimonio de los propios artistas beneficiados por el generoso Secretario de Turismo. Por citar un caso, en febrero pasado, una cantante de tango estaba feliz porque, por primera vez en su vida, había cobrado siete mil pesos por una actuación, más los pasajes, el hotel, almuerzo, cena y remis al aeropuerto. Ni en el Sheraton de Buenos Aires le pagan la mitad. Estos ejemplos se multiplican y la generosidad de Buonamico, con los dineros públicos, no tiene límites.
“Felicitaciones por el Intendente que tienen”
Eso dijo Sofovich en el Auditorio el lunes pasado, en la fiesta de apertura de temporada. “Algo histórico, nunca visto”, lanzó el locutor, mientras las decadentes Primas cantaban “Sacá la mano Antonio que mamá está en la cocina”.
¿Cuánto nos saldrá la movida del verano de Sofovich a los faldenses?
Sin dudas, de aquellas ciudades romanas, el Gran Pez sólo ha recuperado la cuestión del circo. “Pan y circo”, la fórmula antigua que se multiplicó hacia la decadencia de aquél imperio.
Sestopal está ido. La ciudad no le interesa. Sólo le queda gastar el dinero que ahora no tiene para buscar el efecto efímero de codearse con famosos decadentes. Fracasó su faraónica y costosa obra de gas, no convoca ni a los empleados municipales para hacer su mentiroso consenso y el plan integral no ha logrado integrar a nadie porque nadie le cree y ahora, para salvar las papas de aquellos intereses que representa, viene el ministro Carlos Caserio y anuncia junto al Gobernador seis millones de pesos para remodelar la Av. Edén.
La obra es necesaria y es interesante como punto de partida de una planificación urbana inexistente. Los barrios y toda la ciudad también necesitan inversión pública. Está planteada desde hace ocho años por arquitectos, ingenieros y profesionales locales. Con lo que se gastó en espectáculos gratuitos en toda su gestión, ya estaría terminada, y la ciudad comenzaría a parecerse a una ciudad agradable para ser visitada, para asombro de los visitantes, que por ahora seguirán llegando a la abandonada Terminal de ómnibus que tenemos, sucia y destruida.
Una figura con buena imagen se busca
Sestopal, políticamente, está liquidado. Entonces Caserio acordará con el Defensor del Pueblo Mario Decara, también con billetera abultada de dineros públicos, una figura “respetable” para que inaugure sobre finales del año que ya comienza la obra de la Avenida Edén. Y habrá más circo, y mucho dinero para eventos efímeros. Y allí aparecerá el sucesor del Gran Pez.
Será una persona de buena imagen, incluso alguien que pudiera tener buenas intenciones. Pero representará los intereses del dúo dinámico de la política vernácula. Y Guillermo Piñeiro seguirá en la Procuración. Y los negocios seguirán porque los Amigos del Poder siempre estarán allí. Para todos ellos, el Gran Pez y sus caprichos es la pesadilla que hay que soportar y apuntalar un tiempo más, mientras se viene la figura de recambio.
Mientras tanto, en esta temporada, Sofovich nos repetirá las felicitaciones por tener el Intendente que tenemos y por su equipo de Gobierno.
En el mientras tanto, brindemos por el año nuevo, que nos recuerda, puntual, que todo pasa. Pero atenta la neurona, que el fin del Gran Pez no significará, necesariamente, el final de este proyecto de poder que nos gobierna, basado en el saqueo de las arcas públicas.
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