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Mientras tanto no mientan tanto

miércoles, 4 de mayo de 2011

José Saramago: ¿Dónde está la democracia? (Subtitulado)

Las propuestas de los candidatos demuestran el triunfo de los Autoconvocados


Elecciones municipales en La Falda

Todos los vecinos que participaron con mayor o menor energía, y todos los que de un modo u otro comprendieron y apoyaron la movida de los Autoconvocados por el Gas a Precio Justo, pueden sentir hoy, a la luz de los hechos, un no tan pequeño triunfo interior.

La Falda está por decidir su nuevo Intendente, y lo hace luego de dos períodos de gobierno del Gran Pez Marcos Sestopal, a quien la historia no lo dejarà en el lugar que soñaba, querido por la gente, pero que en cambio sí lo deja, no hay duda alguna, mucho mejor posicionado en lo económico que como llegó al poder municipal. Igual a como le ocurre al candidato Daniel Buonamico, el más sestopalista de todos.

Una reforma a la Carta Orgánica para frenar a los autoritarios
Luego de una primera gestión (2003/2007), Sestopal enfrentó a una oposición que se había unido a contranatura (el Frente de todos y con todos), que sufrió una derrota política aleccionadora: la sociedad rechaza las uniones con forsé que se realizan con el único objetivo de desplazar del poder a otro. En este sentido, las varias listas que ahora se presentan, más allá del egocentrismo que seguramente anima a más de una, representan opciones más legítimas que la perdedora opción de aquél Frente de Todos.
Es cierto que la división de la oposición será la gran ventaja del oficialismo. Tan cierto como que juntos perdieron. En cualquier caso, ahora las opciones son más claras y nítidas. Pero esta realidad repetida nos lleva a escenarios electorales que no hablan bien de nuestro sistema de representación político institucional.
Sestopal ganó con menos del 30 % de los votos, y se quedó con el 50 % más uno de los concejales. O sea que con un respaldo de tres vecinos cada diez, con el sistema vigente, el que gane se quedará con una reprentación de absoluta mayoría. Evidentemente, algo no anda bien con esta matemática política. Y la solución, al menos en parte, está en una modificación de la Carta Orgánica Municipal.
Como se sabe, en la última reforma de la Constitución Argentina, se adoptó el sistema de ballotage o segunda vuelta para cuando ningún candidato alcanzara el 50 % más uno de los votos, o cuando obteniendo más del 41 % no tuviera respecto al segundo más de un 10 % de ventaja.
Imaginemos ahora un sistema similar para La Falda, que recoge la experiencia nacional, y que podría inspirar a otras ciudades. Así las cosas, si en las próximas elecciones se diera el siguiente resultado: Candidato A, 27 %; Candidato B, 21 %; y Candidato C 14 %, etc, resultaría ganador y tendría 5 de 8 concejales el Candidato A, que fue votado por el 27 %, o sea el Candidato cuyo programa de Gobierno es apoyado por menos de tres personas sobre diez. No resulta políticamente justo ni equilibrado, pero será así.
Ahora bien, si se establece el ballotage, luego de este resultado se debería ir a una segunda vuelta en la que sólo competerían el Candidato A y el Candidato B. Estos candidatos, entonces, tendrían que arrivar a consensos sobre programas de gobierno con los que salieron tercero, cuarto, quinto. Se formarían alianzas legítimas y ya no sólo electorales, sino de gobierno, de programas, de valores que se sienten comunes, de proyectos que se comparten y se comprometen a llevar adelante en caso de ganar. Así, quien resulte electo luego del ballotage lo será por al menos el 50 % más un voto. Esto le dará la fuerza y el sustento de una alianza para gobernar. Quedaría bien claro, además, quién es el jefe de la oposición. Sería, de hecho, un gobierno más participativo, ya que como a nadie le alcanzó para ganar sólo, debe después hacer un esfuerzo permanente por el consenso. Así, cualquier personalidad autoritaria y soberbia, como la de Sestopal, estaría más controlada por las fuerzas políticas que son, al final del camino, ciudadanos.

El triunfo de Autoconvocados
Pasó la parte dura del gas; el pago obligatorio. Pasaron los autoconvocados. Pasaron los momentos duros que hubo que afrontar. Y ahora podemos llegar a los barrios y decirles que vamos a tener el 85 % de vecinos gasificados, con pago de adhesión voluntaria y con 10 años de plazo”.
Con estas palabritas hizo referencia Buonamico al tema del gas y de los Autoconvocados. Fue en el acto de lanzamiento de su campaña. A su lado estaban Sestopal, el ministro Carlos Caserio poniendo toda la carne al asador para no perder La Falda y así evitar su más pronto pase a la historia, y el ex gobernador y candidato José Manuel de la Sota, mostrando su peluquín ahora blanco canoso, como señal de experiencia ¿de robar, como canta León Gieco?
En ese contexto Buonamico habló del gas y los Autoconvocados. Y a pesar de sentirse en la vereda de enfrente de aquella movida ciudadana, lo cierto es que sus promesas van en sintonía con los reclamos esenciales de Autoconvocados. Un precio justo, la adhesión voluntaria al momento de la obra, colegado a la posibilidad de sumarse cuando sea oportuno, y una financiación larga y posible, como se utiliza normalmente en estas obras.
O sea que luego de defender la obra tal cual la presentaron en su primera etapa, ahora reconocen, de hecho, que se debe hacer de otro modo. Del modo en que propusieron los Autoconvocados que, en este tema concreto, se anotan así un claro y contundente triunfo político. Y ni hablar del costo de la obra para cada vecino. En esta etapa que se continúa, más de tres años después, con un 75 % a 90 % de inflación real acumulada, se siguen respetanto los precios iniciales, lo que demuestra sin más el tamaño del robo que hizo el Gobierno Sestopal, y con un agravante. La empresa mentirosa, y sus abogados inescrupolosos, prometieron que “jamás irían por las propiedades de los deudores”. Como se sabe, todavía decena de vecinos están engrampados, gastando en sede judicial para evitar el despojo de sus propiedades como consecuencia de una obra pública destinada a mejorar la calidad de vida de los vecinos.
... y si no se hubiesen autoconvocado por las cloacas, hoy tendríamos el 100 % de los barrios con cloacas”, recordó a continuación en su discurso Buonamico, haciendo referencia a una de las grandes estafas económicas que intentó un Gobierno en La Falda, en este caso junto a la empresa Roggio. Unos vecinos autoconvocados de la época reaccionaron con una pueblada histórica porque se estaban por rematar decenas de propiedades a raíz de los costos excesivo de la obra. Cuando aquellos vecinos se movilizaron en defensa propia no impidieron que La Falda tuviera hoy el ciento por ciento de cloacas. Impidieron que decenas de propiedades cayeran en manos de estudios jurídicos representantes de empresarios y políticos corruptos.
Ese autoritarismo de la inconsulta en la obra del gas, que no escondía otra cosa que un negocio de corrupción política, demostrado no sólo en los números sino también en la experiencia comparada con otros municipios que en la misma época hicieron la obra, como Cruz del Eje, fue lo que enfrentaron con valor y determinación los vecinos Autoconvocados de La Falda.
Primero su ejemplo se extendió a las localidades vecinas de Punilla, cuyas autoridades encararon la obra con otra idea a la que aplicó La Falda, consultando e informando extensamente primero a los vecinos. Y ahora aquella lucha se ve reflejada en las propuestas de los partidos de la opocisión y hasta en las promesas electorales de Buonamico que, dicho sea de paso, si tan de acuerdo está, entonces ¿por qué no firmó el acta acuerdo con los Autoconvocados, como lo hicieron la totalidad de los demás candidatos? En este sentido la respuesta es clara: Buonamico responde a los mismos Amigos del Poder que quisieron hacer negocios privados con cualquier tipo de obra pública.
Otra conquista de la participación ciudadana fue el relanzamiento del Consejo de la Ciudad, que la administración Sestopal decidió luego de seis años de gobierno, y justo una semana después que los vecinos Autoconvocados lo reclamaron formalmente con una carta por Mesa de Entrada, donde se expresaba que si el Gobierno se negaba, se recurriría a la Justicia para que obligue a ejecutar lo que dice la Carta Orgánica. En aquella nota también se pidió por la vigencia de otra institución constitucional de la ciudad: El Defensor del Vecino, que ahora también todos prometen.
La realidad política del momento demuestra, más allá del resultado electoral del próximo domingo, que las ideas fundamentales que inspiraron y se desarrollaron en la movida de los Autoconvocados, son hoy promesas centrales de todos los candidatos. Un triunfo profundo de la participación ciudadana.