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Mientras tanto no mientan tanto

miércoles, 13 de abril de 2011

¿Quién nos quiere llevar hacia allá?


Daniel Buonamico, el más sestopalista de todos, candidato a Intendente

Buonamico dice que es un funcionario pùblico honesto y que sólo se interesa por La Falda. Sin embargo, durante sus años como Secretario de Turismo ha demostrado exactamente lo contrario a todo lo que ahora, en campaña, afirma.

Un sueño en la ciudad. Animarse siempre a más. Sólo hay que saber quien nos lleva hacia allá”, dice la letra del jingle de su campaña electoral a Intendente de La Falda. Asi que Daniel Buonamico nos propone hacernos la clara pregunta: ¿Quién nos quiere llevar hacia allá?
Independientemente que no queda muy claro dónde sería ese “hacia allá”, debo decir que tengo memoria suficiente para poder reconocer, en este caso, quién es el que se propone para conducir el viaje. Y, ciertamente, antes de ser llevado por Buonamico a cualquier parte, preferiría viajar sólo de por vida. Veamos por qué.

Yo hice todo como Sestopal, pero ahora no soy como Sestopal
Curiosidades de la política. Según afirmó el ministro sponsor Carlos Caserio en la presentacion de Buonamico como candidato, las encuestas le dan bárbaro al oficialismo. No sólo Buonamico es el dirigente más conocido y mejor posicionado, sino que la valoración popular de la persona del Gran Pez Marcos Sestopal es excelente. Dice Caserio que Unión Por Córdoba elige sus candidatos de un modo simple y concreto. Se hace una encuesta, y el que más voto tiene va como candidato. Por esa razón lo impuso una vez a Sestopal, tras el no de Juan Carlos Biglioco. Y por eso lo impone ahora a Buonamico, tras el nuevo no del empresario farmacéutico. Y lo impone a Buonamico por su nivel de conocimiento, cosa que no necesariamente quiere decir que sea el más votado.
Tras escucharlos en la conferencia de prensa, uno concluye que las cosas, en verdad, no estan bien para el oficialismo.
Hace veinte años atrás, cuando Caserio era un pequeño dirigente de Valle Hermoso, logró con su impronta personal y su inteligencia política destacada quebrar la hegemonía radical de la época hasta llegar a donde llegó. En Punilla, a finales de los años ochenta y principios de los noventa, todas las ciudades y pueblos eran gobernadas por el radicalismo. Eran los tiempos en que Eduardo Angeloz arrasaba en las urnas. Con esfuerzo y mucho trabajo político, Caserio fue el artífice fundamental en el peronismo de Punilla y en el primer triunfo de José Manuel de la Sota en la Provincia. Por aquellos tiempos De La Sota le ganaba a Angeloz en Córdoba Capital, y perdía por paliza en el interior. Hasta que un día el interior quedó a cargo de Caserio, quien tejió alianzas y apoyó candidatos ganadores que le dieron, finalmente, el triunfo a De La Sota. Pero como se sabe, toda hegemonía política tiene su fin. Y Caserio está, por estas horas, muy cerca del final de su reinado. Las internas que en cada localidad le surgen al peronismo no son otra cosa que un cuestionamiento a su autoridad política, impensado poco tiempo atrás. Y él más que ninguno sabe que los “compañeros” son fieles y leales pero sólo te acompañan hasta la puerta del cementerio.
Caserio ya no es el mismo. Su estrella se está apagando. Y si pierde Buonamico en La Falda la descomposición de su poder territorial se hará evidente. Por eso, con cierta disimulada desesperación, y ante la falta de un candidato bien posicionado, opta por Buonamico, atrapado en su lógica política que le indica que en La Falda vale más un apellido histórico y tradicional que cualquier otro argumento, virtud o capacidad. Y ya jugada la carta, las mentiras se decantan solas. Sino, cómo se entiende que por un lado Sestopal sea un Intendente con una altísima consideración de su imagen, y por otro lado Buonamico haga malabares y contorsiones para diferenciarse. En la esclarecedora entrevista que le hicieron la semana pasada Nicolás Heredia y Mario Thibault, publicada en la edición anterior de Ecos de Punilla, Buonamico dijo textualmente: “Creo que mucha gente se opone a las formas, no a lo que se hace, y yo me opongo, en cierta forma, a la manera en que se han hecho las cosas”. Luego dejó más clara la idea: “Lo de Marcos (Sestopal) lo agradezco, conlleva un costo político la forma en que se hizo, lo lleva y terminará su mandato llevándolo en su balance”. En otras palabras, la imagen personal de Sestopal, luego de ocho años de Gobierno, es un verdadero desastre. Caserio lo sabe y traspira la gota gorda. Buonamico lo sabe y trata de despegarse por todos los medios, asegurando que no es igual al Gran Pez. La primera mentira es que las encuestas le dan bien. La segunda mentira, la más importante, es que Buonamico es diferente a Sestopal. La memoria colectiva de su paso por la función pública asegura todo lo contrario.

Igual que a Sestopal, a Buonamico le molesta la participación ciudadana
Durante los ocho años de Gobierno del Gran Pez Sestopal, Buonamico fue siempre su Secretario de Turismo. En todo ese tiempo, suficiente para evaluar hoy quién es el que nos quiere llevar hacia allá, Buonamico nunca impulsó la idea de crear una Cámara de Turismo que propiciara la participación del sector privado en las decisiones estratégicas del negocio más importante que tiene la ciudad. Antes de su brillante idea de la Cámara de Turismo, existía en La Falda en Ente de Promoción Turística, con idéntico objetivo. Habia sido una experiencia primera, que sólo debía corregir y perfeccionar la nueva administración. Allí estaba el espíritu democrático de la participación ciudadana en las decisiones estratégicas y en el control de los dineros públicos. Pero la dupla Sestopal – Buonamico lo eliminó de un plumazo, argumentando que era burocrático. Una vez eliminada la participación y el consecuente control ciudadano, Buonamico y Sestopal se dedicaron a hacer negocios privados con los dineros públicos, sin permitir el mínimo control. Así, como se recordará, todavía no existen rendiciones de cuentas de varios y costosos festivales del Tango. Así, se recordará, Buonamico le daba sin realizar ninguna licitación ni concurso público el negocio de restaurante dentro del Festival a uno de los más emblemáticoos Amigos del Poder, el empresario Alejandro Rossi, quien luego se quedara, de manera directa, sin licitación y por 30 años con la concesión y explotación del Hotel Edén. Recuerdo una conferencia de prensa donde Buonamico explicó que no se cobraba un cánon fijo por el servicio de restaurante en el Festival del Tango, sino que el empresario amigo rendía a la Municipalidad un porcentaje de las ventas. Entonces se le preguntó por quiénes habían realizado el control de esas ventas, a lo que Buonamico respondió que nadie, que no era necesario porque el empresario rendía cuentas al final. Así, tratándonos de boludos, amparado en la impunidad, Buonmico hizo todo tipo de negocio privado con los dineros públicos.
Antes de eso había propuesto “La Falda aventura asegurada”, donde engañaba imvitando a los turistas a bucear en el Lago, entre otras ridículas propuestas. La construcción de unos estand precarios de madera, dispuestos en el playón de la ex Estación del Ferrocarril, costaron según sus palabras, en aquella época, 80 mil pesos. Un verdadero afano.
Otra de las recordadas son las piletas del Complejo Siete Cascadas, consideradas por varios profesionales de la construcción como “las más caras del mundo”. Más cerca en el tiempo, ya con los Amigos del Poder instalados en el Hotel Edén, Buonamico se encargaba, con los dineros de todos, de pagarles los gastos, la promoción, los teléfonos, la luz, la publicidad y los espectáculos. Se suponía que eran empresarios que venían a invertir a La Falda. Lo que nunca nos dijeron es que las inversiones serían hechas con los dineros del Municipio. Y estos son sólo unos pocos ejemplos del presunto interés por La Falda que ahora declama Buonamico.
Otra de este hombre humilde siempre preocupado por los intereses de los faldenses la recuerdo bien, y es la demostración total de su mentirosa diferencia con Sestopal y de su preocupacion real por hacer siempre negocios propios con la plata de todos.
Durante el invierno de 2009, junto a un grupo de artistas de la región se realizó un ante proyecto directamente vinculado al turismo. Se proponía en grandes líneas que en lugar de tantos espectáculos gratuitos en el mismo escenario de la Av. Edén, que sólo favorecía a un par de negocios, entre ellos el de su propiedad entonces, La Casa de Nelly, se hicieran espectáculos en todos los lugares habilitados para tal fin. Con ello, los dineros municipales destinados a promover la cultura y a generar movidas en épocas de alta temporada, serían redistribuidos con equidad, yendo un alto porcentaje a artistas de La Falda y la región, que luego viven todo el año aquí. Se propuso además reorganizar la circulación vehicular en el centro de la ciudad, ya que con el área peatonal se morían literalmente decenas de cuadras aledañas con fuerte presencia comercial. El plan incluía, además, que la seguridad de policías a pié en el verano se extendiera más allá de cuatro cuadras de la Edén. La idea de fondo era fomentar una movida artístico y cultural, financiando incluso una escuela de música para que los frutos de la temporada los pudiera recoger cada vez más gente de la zona. Se respaldó el proyecto con 400 firmas y se presentó en la Audiencia Pública para ser incluído en el presupuesto 2010. Luego fuimos al Concejo Deliberante y se lo explicó durante horas en dos sesiones consecutivas. Al final del largo proceso de participación ciudadana, el vice intendente Pancho Mendieta nos dijo que la cosa era linda pero que no iba a prosperar porque a Buonamico no le interesaba. Pero cómo, dijimos, si nunca vino a discutir el tema. “Es que a él no le gusta que se metan en su área”, aclaró el concejal Pedro Agost, que ahora bien lo acompaña en la fórmula.
Así que esto no era algo que Sestopal había hecho de un modo autoritario y Buonamico, se supone según sus palabras, se oponía pero al fiinal obedecía para no romper la armonía del Ejecutivo. Esto era su proprio autoritarismo, y su cerrada defensa a un negocio particular como la Casa de Nelly. Luego de los cuestionamientos por este punto que hicimos, anunció un día que “por una cuestión ética”, había vendido el negocio frente al escenario de la Av. Edén. Y la pregunta es sencilla ¿Vale lo mismo un negocio con cuatro mesas que uno con 20, frente al escenario, durante toda la temporada con espectáculos de entrada libre?
La Av. Edén se hizo sin consultar a nadie porque se cerraron negocios particulares como el que hizo Buonamico, quién además los hizo y los seguirá haciendo pagando los cachets a artistas más caros del país, como publicamos en varios casos.
Luego de ocho años cerrando la participación ciudadana y negando el control público de las sumas millonarias que pasaron por sus manos, Buonamico llamó a los comerciantes y hoteleros para la movida en Brasil, haciéndose el democrático justo un par de meses antes de las elecciones.
Si realmente quiere una Cámara de Turismo con participación y control ¿por qué nunca la implementó? ¿Por qué no lo hace ahora? Nunca lo hizo ni nunca lo hará porque necesita seguir haciendo negocios privados con los dineros públicos. Y los vecinos, para eso, deben estar lejos, lo más lejos posibles del poder real.
Este es el verdadero Daniel Buonamico, el que demostró ser durante todos estos años. Todo lo demás son mentiras electorales que repetirá hasta el hartazgo para no perder sus privilegios y el de sus Amigos del Poder.
En la esclarecedora entrevista que mencionamos, haciéndose el filósofo, dijo Buonamico al mejor estilo del Gran Pez: “el verdadero carácter del hombre se da en el análisis de cómo se comporta en cada circunstancia”. Esto es lo que ha sido analizado aquí, con sólo algunos ejemplos de su comportamiento.